El Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), reportó un caso de rabia silvestre en un bovino macho en el corregimiento de Vallerriquito, distrito de Las Tablas, provincia de Los Santos.
La Dirección Nacional de Salud Animal, aseguró que este caso se registra después de casi tres años sin la aparición de casos de rabia en esta provincia, siendo los últimos reportes de la enfermedad en el distrito de Tonosí en el año 2022.
Aunque no se ha confirmado oficialmente, los especialistas sugieren que este caso podría estar relacionado con la migración de murciélagos hematófagos, debido a la alteración de su hábitat natural por la construcción de obras en la zona.
La rabia es una zoonosis causada por un virus que ataca el sistema nervioso central de todos los animales de sangre caliente, incluidos los humanos, según explicaron los especialistas Humberto Hernández del MIDA y Héctor Cedeño del Ministerio de Salud (Minsa).
Explicaron que la rabia se clasifica en dos tipos: la rabia silvestre, transmitida por animales como murciélagos hematófagos, zorros, coyotes y zorrillos, y la rabia urbana, asociada a perros y gatos.
Los casos recientes de rabia en humanos en Panamá datan de 1993 (2 en Puerto Obaldía, Guna Yala) y de 2002 (2 casos en San Juan, Colón), pero estos fueron causados por mordeduras de murciélagos hematófagos.
La principal vía de transmisión de la rabia silvestre es el contacto con saliva infectada de murciélagos hematófagos, quienes, al alimentarse, crean heridas que permiten la entrada del virus al sistema nervioso de su víctima.
Otros animales también pueden transmitir el virus mediante mordeduras o arañazos. Todos los mamíferos de sangre caliente, incluyendo vacas, caballos, cerdos, cabras, perros y gatos, son susceptibles.
Para los seres humanos, el riesgo es alto si hay contacto directo con animales infectados o sus fluidos. Factores como la ubicación de la herida (cabeza, cuello o extremidades superiores) influyen en la velocidad con la que el virus alcanza el sistema nervioso central.
“Si la mordedura del animal rabioso fue a través de la ropa de la víctima, solamente una pequeña cantidad de saliva contaminada llegará hasta la herida, lo cual puede retardar el proceso de afectación”, añadieron.
Además, los expertos explicaron que la rabia constituye un alto riesgo para la salud pública, ya que es una enfermedad mortal que no tiene cura.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los primeros signos son comunes a otras afecciones: fiebre, dolor, sensaciones de hormigueo, y picor o quemazón en la herida, inusuales o no explicables por otra causa.
Sin embargo, la enfermedad puede adoptar dos formas.
En la primera, la rabia furiosa, los enfermos presentan signos de hiperactividad, excitación, alucinaciones, falta de coordinación, hidrofobia (miedo al agua) y aerofobia (miedo a las corrientes de aire o al aire libre).
En estos casos, la muerte puede producirse a los pocos días por paro cardiorrespiratorio.
La segunda forma es la rabia paralítica, que abarca aproximadamente el 20% de los casos humanos. Esta forma tiene una evolución menos grave y, por lo general, más prolongada.
Los músculos se paralizan gradualmente, empezando por los más cercanos a la herida. El paciente entra en coma lentamente y acaba falleciendo.
Vacunar a los animales, evitar el contacto con fauna silvestre y buscar atención médica inmediata en caso de exposición son acciones que los especialistas recomiendan para proteger la salud pública y mantener bajo control esta enfermedad.
La Coordinación Regional de Salud Animal en Los Santos ha intensificado las medidas preventivas y de control para evitar nuevos casos y le han solicitado a los productores ganaderos para que vacunen a sus animales contra la rabia, de acuerdo con los calendarios establecidos de vacunación.
En el caso de que cualquier animal presente mordeduras de murciélagos hematófagos o síntomas nerviosos, caídas o muertes sospechosas, se comuniquen con las agencias del Mida o a través de la línea de alerta de la dirección en WhatsApp al número 6550-8486.
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