La Ciudad de la Salud, en Clayton, corregimiento de Ancón, es el vivo ejemplo de cómo puede salir mal un proyecto: sin planificación, en medio de un área protegida y con cambio de contratista.
Luego de 11 años de haber sido licitada en 2012 por $554 millones, esta obra de la Caja de Seguro Social (CSS), cuyo costo final será de $1,000 millones, se espera sea concluida a finales de este año 2023.
Ahora, las dudas que surgen por parte de los gremios médicos y pacientes tiene que ver con la cantidad de personal de salud que laborará en el lugar, la calidad de la atención que recibirán los asegurados, el mantenimiento de las instalaciones y el equipamiento de los edificios de este complejo médico.
Uno de los que ha seguido de cerca el desarrollo de esta obra, desde que fue licitada, es Domingo Moreno, coordinador de la Comisión Médica Negociadora Nacional (Comenenal), quien señala que es “bueno” que este proyecto esté finalmente saliendo adelante; sin embargo, recuerda que su construcción estuvo rodeada de falta de planificación.
El médico subraya que la obra tiene muchos desafíos por delante: requiere personal idóneo y que se acondicionen más vías de acceso. También se refirió al mantenimiento constante y un adecuado equipamiento.
Calculó que cuando la Ciudad de la Salud se encuentre funcionando a su máxima capacidad, requerirá de unas 12 mil personas, entre personal de salud, limpieza y administrativos, entre otros.
Para tener una referencia, Moreno comparó a la Ciudad de la Salud con el Complejo Arnulfo Arias Madrid, el centro hospitalario más grande del país, el cual alberga entre 4 mil y 5 mil funcionarios, lo que abarca a personal de salud y administrativo.
“Aunque traslademos a todos los trabajadores del Complejo a la Ciudad de la Salud, no tendremos suficiente recurso humano”, aportó.
Aunque le gustaría ser más optimista, el coordinador de Comenenal señala que si no se planifica de manera correcta, el escenario que se avecina sería trasladar los problemas del Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid a la Ciudad de la Salud, en los próximos años.
“A esto, agrégale la falta de insumos y medicamentos, ya que la mesa de medicamentos no logró sus objetivos. Tenemos un avance de infraestructura, pero no hay personal y recurso humano. Hay escasez de recurso humano y es algo que ocurre también en el interior del país”, remarcó Moreno.
Mantenimiento
Sobre el mantenimiento, Moreno señala que hay una gran responsabilidad en mantener toda la estructura en un buen estado y garantizar que las instalaciones cumplan con las normas sanitarias para recibir a los pacientes, ya que la Ciudad de la Salud abarca 225 mil metros cuadrados de construcción.
En ese contexto, planteó que cuando se licitó el proyecto se calculaba que el mantenimiento de la Ciudad de la Salud podría costar alrededor de $320 millones por año, entre electricidad, limpieza, jardinería y otros requerimientos.
“Ahora mismo, no sabemos quién hace la limpieza de Ciudad de la Salud y si se están cumpliendo las normas. Lo mejor para el Estado, en el tema de mantenimiento y limpieza, es hacer una licitación en la que se cubran todas las necesidades de esas instalaciones y garantizar una buena atención a los pacientes”, puntualizó.
Moreno indicó que, en lo que respecta a mantenimiento, se debe realizar un acto público, para garantizar los mejores intereses del Estado.
Por su parte, Roger Barés, presidente del Comité de Protección al Paciente y Familiares, señaló que ven con “buenos ojos” que se construya esta mega obra y cualquiera estructura hospitalaria, pero considera que las autoridades de la CSS deben tener una mejor planificación, con el fin de que no haya carencias en la Ciudad de la Salud.
“Si abres un hospital, hay que garantizar el personal y su mantenimiento adecuado. Los asegurados pedimos una mejor calidad en la atención”, indicó.
Este medio hizo consultas a la CSS sobre cómo hará para garantizar el personal que se requiere en la Ciudad de la Salud y cuál sería su plan de mantenimiento para la estructura, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.
Ya el contratista entregó a la CSS la primera etapa de este proyecto, que abarcó el Instituto Cardiovascular y Torácico. Se trata de un pabellón de hospitalización con 300 camas y unidades de cuidados intensivos, farmacia y consultorios.
También fue concluida la segunda fase, con la apertura del Instituto de Trasplante, que además incluyó un área de nefrología y un banco de sangre.