Panamá confirmó esta semana un total de 8,172 casos de dengue, una enfermedad transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti. Esta cifra representa un aumento de 4,941 casos en comparación con los registrados por el departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa) para el mismo período en el 2023, cuando se reportaron 3,231 casos.
En respuesta al incremento, la Caja de Seguro Social (CSS) está implementando medidas para gestionar el aumento de pacientes hospitalizados. Actualmente, hay 53 personas ingresadas en las instalaciones de la CSS debido a esta enfermedad.
Rudick Kant, jefe del departamento de Epidemiología de la CSS, señaló que “los pacientes que están ingresando a los hospitales presentan signos de alarma. Esto indica que han iniciado un cuadro febril, con dolor de cabeza, detrás de los ojos y en las articulaciones”.
Agregó que, durante la evolución de la enfermedad, estos pacientes pueden presentar vómitos persistentes, dolor abdominal intenso sostenido, sangrado por las mucosas y las encías, presencia de moretones en el cuerpo, debilidad general, mareos y náuseas.
“Este tipo de pacientes ha ameritado ser ingresados a nuestros hospitales para recibir toda la atención necesaria y evitar que evolucionen hacia complicaciones o un dengue grave”, destacó Kant.
En la última semana epidemiológica se ha registrado una defunción por dengue, elevando el total a 16 muertes en lo que va del año 2024, en comparación con las 18 defunciones registradas en todo el año 2023.
El dengue se presenta de manera abrupta tras un período de incubación de 5 a 7 días. La enfermedad atraviesa tres fases distintivas: febril, crítica y convaleciente.
Durante la fase febril, la fiebre es el primer síntoma notable, acompañada de dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolores musculares, en las articulaciones y los huesos, además de erupciones cutáneas y manifestaciones hemorrágicas menores. Esta fase puede durar varios días y requiere monitoreo constante debido a la posible aparición de complicaciones.
La fase crítica es particularmente peligrosa y requiere atención médica inmediata. Los signos de alarma incluyen vómitos persistentes, dolor abdominal severo, sangrado, dificultad para respirar, hipotensión postural, agrandamiento del hígado y aumento progresivo del hematocrito, indicativo de hemoconcentración. Las manifestaciones hemorrágicas pueden incluir petequias, equimosis, púrpura, epistaxis, sangrado de encías y hematuria, o un resultado positivo en la prueba del torniquete.
Finalmente, la fase convaleciente marca el inicio de la recuperación, pero también debe ser vigilada cuidadosamente para prevenir recaídas o complicaciones.
Las autoridades como cada semana, el Minsa reitera la importancia de mantener limpias las casas y entorno laboral, revisar las mallas de las puertas, ventanas y ver debajo de los fregaderos, ya que son sitios que puede haber criaderos del mosquito transmisor.
Factores del incremento
El pediatra, infectólogo e investigador clínico Xavier Sáez-Llorens indicó que el país está atravesando su peor año epidémico de dengue en más de dos décadas, una situación que refleja una tendencia preocupante en gran parte de la región latinoamericana.
A juicio de Sáez-Llorens, el incremento alarmante en los casos de dengue se debe a una combinación de factores, como los cambios climáticos y la adaptación del mosquito vector, que han contribuido a la expansión de la enfermedad. La urbanización desmedida de áreas silvestres y la migración descontrolada también han favorecido la proliferación del vector.
Además, subrayó que el intenso turismo aéreo y marítimo, la falta de colaboración comunitaria en la eliminación de criaderos y la acumulación de basura no recolectada agravan la situación. La insuficiencia de recursos económicos y humanos para controlar la población de mosquitos, junto con la circulación de los cuatro serotipos del virus del dengue, ha llevado a un significativo aumento en el número de infectados y enfermos, precisó.
El investigador clínico sostuvo que incorporar la vacunación contra el dengue también podría impactar favorablemente en la protección de la población.
Vacuna estudiada en Panamá
La OMS aprobó una vacuna el pasado 15 de mayo y recomendó su uso en niños entre 6 y 16 años de edad que viven en regiones con altas tasas de la enfermedad. La vacuna que se aplica con dos dosis genera protección contra los cuatro serotipos del dengue.
La vacuna Qdenga conocida también como TAK-003, fabricada por la farmacéutica japonesa Takeda, fue estudiada además en Panamá por un equipo de científicos del Centro de Investigación Cevaxin. Demostró ser eficaz en la prevención de hospitalizaciones relacionadas con el dengue, con un 84% de eficacia y una protección del 61% contra los síntomas de la enfermedad, lo que la convierte en una herramienta crucial en la lucha contra el dengue.
La aprobación por parte de la OMS significa que los países más afectados por el dengue, especialmente aquellos con recursos limitados, pueden acceder a esta vacuna para proteger a sus poblaciones vulnerables en este momento crítico.
En el caso de Panamá, a pesar de los estudios realizados en el país, la pasada aminitración del Minsa no adquirió la vacuna Qdenga.
En América Latina, la vacuna contra el dengue está disponible en Brasil (sistema público y privado), Argentina y Colombia (sistema privado), mientras que en Asia, varios países la tienen disponible a nivel privado y la comunidad Europea la ofrece para viajeros.
Para Sáez-Llorens, Panamá debería considerar la introducción de la vacuna de manera rápida y oportuna para evitar casos graves y muertes por dengue en la población objetivo, en combinación con otras medidas de salud pública.