El ruido amenaza la calidad de vida en el distrito de Panamá

El ruido amenaza la calidad de vida en el distrito de Panamá
El problema no solo se limita a bares y restaurantes, sino que abarca, también, actividades industriales y proyectos de construcción. Elysée Fernández


El ruido excesivo que producen algunos comercios e industrias le está robando la tranquilidad a los vecinos de corregimientos como San Francisco, Bella Vista y San Felipe.

El problema no solo es producido por bares y restaurantes, sino que también abarca actividades industriales y proyectos de construcción que, según los vecinos, perjudica a diario su calidad de vida.

Tessie Melara, residente de San Francisco, es una de las personas perjudicadas por el ruido que se produce entre las calles 70 y 72 de este corregimiento, sobre todo en horas nocturnas.

Hace un mes, Melara envió cartas al centro de salud de Boca La Caja, así como al Municipio de Panamá y la junta comunal de San Francisco, pero no recibe respuesta sobre sus quejas.

Por ejemplo, Melara manifiesta en sus escritos que los niveles de ruido que emanan de las terrazas abiertas de los bares y restaurantes de la zona llegan hasta sus apartamentos y generan “mucha incomodidad” a los vecinos en horas nocturnas.

Melara enumeró los problemas de salud que genera el ruido excesivo: trastorno del sueño con complicaciones asociadas, estrés, ansiedad, depresión, hipertensión y problemas cardiovasculares.

“Estos niveles de ruido están causando una desmejora en la calidad de vida y de la salud de los vecinos”, señaló la residente de San Francisco en su nota enviada a las autoridades, a quienes recordó que el Acuerdo Municipal 141 del 23 de septiembre de 2014 establece que las discotecas, bares y cantinas, bodegas, restaurantes o cualquier otro comercio cerrado no podrán instalar equipos de sonido o audio en terrazas, balcones y aceras.

“Estos no son restaurantes, son discotecas con terrazas. Las autoridades no toman la iniciativa de velar por el bien común y les recuerdo que los restaurantes no votan, pero nosotros sí”, acotó.

Melera midió el ruido que producen estos negocios durante sus actividades nocturnas y detectó que marcan 72 decibeles, nivel que supera lo establecido en la normativa vigente para horas de la noche, fijado entre 50 y 55 decibeles.

En efecto, el Decreto Ejecutivo 306 del 4 de septiembre de 2002 estipula que negocios como bares, discotecas o restaurantes tienen prohibido generar ruido por encima de 55 decibeles entre las 6:00 a.m. y las 9:59 p.m., y no se puede pasar de 50 decibeles entre las 10:00 p.m. y las 5:59 a.m.

Si eso sucede, el decreto señala que deberán suspender sus operaciones hasta que se resuelva el problema.

Facundo Clúa, dirigente comunitario de San Francisco, indicó que la postura de los residentes del corregimiento es que se necesita hacer docencia con los dueños de los comercios sobre los niveles máximos de sonido permitidos y supervisión por parte de las autoridades del Municipio de Panamá, que son las responsables de poner orden en este asunto.

“Necesitamos la presencia de los inspectores de la Dirección de Legal y Justicia en horarios nocturnos. Sin embargo, nos informan que después de las 6:00 p.m. solo quedan cinco inspectores para todo un distrito. Ante esto, hay que sensibilizar a los comerciantes y también se deben escuchar las quejas de los vecinos”, sostuvo.

En palabras de Clúa, en diciembre de 2021, sostuvieron conversaciones con las autoridades del Municipio de Panamá, lo que generó que se hicieran mayores inspecciones, pero el tema ya quedó en el olvido y las fiestas siguen.

San Felipe y Bella Vista

La misma queja la tiene Octavio Del Moral, presidente de la Asociación de Vecinos y Amigos del Casco Antiguo, quien indicó que es hora de que se haga algo contra este problema.

Según Del Moral, en esa zona hay comerciantes que, en su afán de lucro, no respetan la normativa sobre el ruido y eso afecta la tranquilidad de los moradores del lugar. “Aquí, los locales comerciales deben mantener el ruido a lo interno de sus instalaciones, pero lo que estamos viendo son equipos de sonido y bocinas en balcones”, se lamentó.

De hecho, consideró que se trata de un tema que requiere fiscalización permanente. “Cuando la comunidad presiona, bajan el ruido, pero luego vuelven a hacer lo mismo”, puntualizó.

Ricardo Domínguez, representante de Bella Vista, planteó que la misma problemática se presenta en su corregimiento con los restaurantes y proyectos de construcción de la zona, por lo que recomendó involucrar más al Municipio, a la Policía Nacional y el Ministerio de Salud, como regentes del control del ruido en el país.

“No hay inspectores municipales y ayudaría que la Policía Nacional se involucre más”, opinó Domínguez, quien agregó que no solo los restaurantes con terraza provocan el ruido, sino también las iglesias y actividades en la cinta costera los fines de semana. “Hay que tomar este tema muy en serio”, dijo.

Por su parte, la vicealcaldesa de Panamá, Judy Meana, reconoció que hay problemas con el ruido en todo el distrito e instó a la población a presentar las denuncias. También hizo un llamado a los comerciantes a cumplir la norma.

“Las pruebas que nos den los vecinos se van documentando. Pedimos que pongan las denuncias”, aportó.

En 2021, el diputado independiente Juan Diego Vásquez presentó en la Asamblea Nacional el anteproyecto de ley 171, que establece medidas para el control del ruido en el país, aunque el documento está a espera de primer debate.

El documento establece, entre otros puntos, que en los establecimientos en los cuales se genere ruido deben instalarse equipos de medición para que tanto el personal como los clientes puedan visualizar el nivel de presión sonora en decibeles a los que están expuestos y proveer información sobre los posibles riesgos.

Estudios de la Organización Mundial de la Salud concluyen que la exposición frecuente al ruido excesivo produce pérdida de audición con el tiempo.


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