La falta de ordenamiento territorial es identificado como el principal problema ambiental del país. En eso coinciden urbanistas, ecologistas y entidades como el Ministerio de Ambiente (Miambiente).
En términos generales, si una determinada región no cuenta con un ordenamiento territorial adecuado, hay más probabilidades de que sea propensa a inundaciones, deslizamientos de tierra o tenga inconvenientes con servicios básicos como el agua, la energía eléctrica o la recolección de la basura.
Para urbanistas como Manuel Trute esa ha sido una de las principales deudas que tiene el país en materia de planificación urbana, aunque planteó que nunca es tarde para comenzar a ordenar el territorio.
El planteamiento de Trute se da en medio de un proceso de elaboración de 14 planes de ordenamiento territorial que desarrolla el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot) en diferentes regiones.
De acuerdo con informes de la Dirección de Ordenamiento Territorial del Miviot, hay estudios que se realizan con recursos institucionales como son los de los distritos de Portobelo en la provincia de Colón, Chepo en Panamá y Aguadulce en Coclé.
Mientras que a través de licitación pública, se llevan a cabo los planes de Arraiján y La Chorrera, en la provincia de Panamá Oeste; Atalaya, Santiago y Soná, en Veraguas; isla Manzanillo, en Colón; Boquete y Tierras Altas, en Chiriquí.
También están en Pedasí, en Los Santos; Taboga, en Panamá; y Bocas del Toro, en la provincia del mismo nombre.
El avance
De momento, el que presenta mayor avance es el de Portobelo, el cual está listo en un 100%, pero se encuentra a la espera que la Alcaldía de ese distrito autorice la fecha para la convocatoria de la consulta ciudadana.
Le siguen los planes de ordenamiento para los distritos veragüenses de Santiago y Atalaya, que presentan 97% de progreso. Estos se encuentran en el desarrollo de talleres de consultas ciudadanas y se tiene programado para el próximo 27 de enero la última reunión de consulta ciudadana del distrito de Santiago.
Sobre los planes de ordenamiento para áreas turísticas y que comprenden los distritos de Bocas del Toro, Boquete, Tierras Altas, Soná, Pedasí y Taboga, cuentan con un adelanto de 18%.
Según el Miviot, como parte de este proceso se programaron seis talleres presenciales para la visión estratégica y estudios de escenarios de cambio climático en estas regiones.
A juicio de Trute lo “positivo” de todo este proceso es que habrán instrumentos orientarán el desarrollo en estos municipios, sobre todo porque promueven actividades turísticas.
“Es una oportunidad de oro para promover la descentralización verdadera, ya que son los municipios los que tienen que implementar esos planes. No obstante, hay que dotar a los municipios de los recursos necesarios para que puedan ejecutar estos planes. Debe haber un compromiso del Gobierno central”, acotó.
En palabras de Trute no tiene sentido que se elaboren estos planes y luego no se puedan poner en práctica en esos distritos.
De acuerdo con el urbanista lo que ha venido sucediendo durante las últimas décadas, ante la ausencia de ordenamiento territorial, es que el mercado inmobiliario ha decidido dónde se desarrolla y construye en Panamá, lo cual no es correcto.
“Los procesos de urbanización en las ciudades presentan algunos problemas como lo son la reducción de los cauces de los ríos, la deforestación o deslizamiento de tierra”, puntualizó.
Los problemas
El informe titulado Los principales problemas ambientales de Panamá, elaborado por el equipo técnico de la Dirección de Política Ambiental del Ministerio de Ambiente, identificó, jerarquizó y analizó las causas que contribuyen con la destrucción y degradación de los recursos naturales del país.
En ese documento, la falta de ordenamiento territorial fue evaluada como el problema que más daños ocasiona a los recursos naturales.
Por ejemplo, menciona que los conflictos en el uso potencial de suelos, y la destrucción y la degradación de los bosques resultaron ser los dos efectos más importantes de este problema ambiental directo, relacionado con la ausencia de ordenamiento territorial.
De hecho, el estudio recuerda que la planificación y ordenamiento territorial también es identificado como una “debilidad” en los resúmenes de los acuerdos de las comisiones temáticas del Pacto Bicentenario “Cerrando Brechas”.
En ese contexto, indica que la falta de planificación o la no aplicación de los instrumentos de ordenamiento existentes ha ocasionado un sinnúmero de problemas, principalmente en la ciudad de Panamá.
Algunos de ellos son: pérdida y degradación de la biodiversidad, contaminación del agua, contaminación de los suelos y destrucción de los bosques.