Encuentran restos de iglesia de Chagres

Encuentran restos de iglesia de Chagres


Un equipo de arqueólogos, antropólogos, historiadores e ingenieros de diversas instituciones, trabajan con ahínco para desentrañar las historias perdidas en el hermoso paraje de la costa del Caribe, en el que el ingeniero Juan Bautista Antonelli recomendara en 1588, construir una fortaleza para defender la entrada del río Chagres y proteger así la ruta comercial creada por la Corona española.

Las excavaciones hechas hasta el momento están sacando a la luz las sólidas estructuras que fueron parte de la tercera versión del Castillo San Lorenzo el Real de Chagres, así como restos de la iglesia del siglo XVIII del poblado de Chagres que surgió junto a la fortaleza militar. Es solo el comienzo.

El proyecto liderado por Tomás Mendizábal, arqueólogo e investigador del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales de Panamá (CIHAC-AIP), afiliado al Ministerio de Cultura, es financiado por la Secretaría Nacional de Ciencias, Tecnología e Innovación (Senacyt), y cuenta con el apoyo de importantes instituciones académicas y de investigación del país.

Un fuerte con cuatro vidas y muchas historias

Tomás Mendizábal, doctor en Arqueología e investigador permanente del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales de Panamá (CIHAC-AIP), está exultante estos días. Y no es para menos.

Gracias al financiamiento otorgado por la Senacyt, está liderando un importante proyecto que permitirá recuperar la rica historia del Castillo San Lorenzo el Real de Chagres, así como del poblado de Chagres surgido a su vera. Un poblado que permaneció en el área de la desembocadura del río Chagres hasta 1916, cuando sus habitantes tuvieron que marcharse por decisión de quienes construyeron el Canal.

Se trata de un proyecto multidisciplinario que cuenta con la participación de importantes instituciones como el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, el Ministerio de Cultura, el Museo del Canal, el Patronato de Portobelo y San Lorenzo, las Universidades de Panamá y Tecnológica, así como la Universidad del Norte de Barranquilla y, por supuesto, el CIHAC-AIP.

La fortificación

El Castillo San Lorenzo el Real de Chagres, junto a las baterías y reductos de San Fernando, Santiago y San Jerónimo de Portobelo, forman parte del sistema militar de defensa ideado por la corona española en el Caribe a partir del siglo XVI, para proteger la ruta por la que navegaban los buques cargados de oro y plata provenientes de México y Perú, rumbo a las costas españolas.

Los constantes ataques de piratas y enemigos varios de España, hacía indispensable crear un sistema defensivo. Y justamente esa fue la tarea encomendada por el rey Felipe II y el Consejo de Indias al ingeniero militar Juan Bautista Antonelli y al maestre de campo Juan de Tejeda, quienes viajaron al Caribe en 1586 para conocer el área que debían proteger.

Tras una minuciosa inspección de la geografía de las islas y tierra firme, presentaron un plan para fortificar los puertos que consideraban clave para la defensa del Caribe y que incluían a San Juan en Puerto Rico, Santo Domingo en La Española, La Habana en Cuba, Santa Marta y Cartagena de Indias en Colombia, Nombre de Dios, Portobelo, el río Chagres en Panamá y San Agustín en La Florida. El plan fue autorizado por el rey en 1588.

En lo que a Panamá respectaba, la construcción de un sistema de protección era urgente, ya que a partir de la segunda mitad del siglo XVI se habían producido varios ataques piratas.

Con la premura que el tema demandaba, en 1590 comenzó la construcción de la primera versión del Castillo San Lorenzo el Real de Chagres, en el sitio recomendado por Antonelli debido a su gran valor defensivo. Se trataba de un acantilado junto a la desembocadura del río Chagres que permitía una amplia visión del mar. La estructura, que terminó de construirse alrededor de 1610, estaba ubicada en la punta del acantilado a nivel del mar y constaba de una plataforma de artillería y una torre.

De esta primera estructura, así como de la segunda hecha de madera y tierra construida en la parte de arriba del acantilado alrededor de 1650, no queda rastro alguno. La primera se la llevó el mar y la segunda fue destruida por el pirata Henry Morgan tras haber saqueado la ciudad de Panamá en 1671.

Las estructuras que han sobrevivido al tiempo y la indiferencia, y que estos días están siendo acicaladas como parte del proceso de puesta en valor de la ruta colonial transístmica, es la cuarta versión del Castillo San Lorenzo el Real de Chagres construido en 1768 por el ingeniero Manuel Hernández.

Al erigirse esta nueva y última versión de la fortificación, se tapó con tierra las estructuras más pequeñas ideadas por Antonio Fernández de Córdoba, quien había sido enviado por la corona española para reconstruir el fuerte arrasado por Morgan, así como la ciudad de Panamá que terminó trasladando al sitio de Ancón. En consecuencia, la tercera versión del fuerte quedó sepultada bajo el patio de armas del castillo actual. Hasta ahora.

Estos días hay mucho entusiasmo en el sitio donde se realizan las excavaciones. Solo unas semanas después de iniciado el proyecto, y tras los trabajos de geofísica realizados por Alexis Mojica de la Universidad Tecnológica que permitió ser precisos en la búsqueda, ya están saliendo a la luz las piezas del fortín ideado por Fernández de Córdoba, que fue la primera estructura de mampostería construida en la parte de arriba del acantilado.

“Lo que estamos sacando es parte del baluarte, el foso y la contraescarpa del foso de la tercera fortaleza que se construyó en este lugar”, explica Mendizábal con evidente entusiasmo, mientras muestra las sólidas estructuras talladas en la roca madre del acantilado.

El equipo también tiene muchas expectativas con lo que puedan encontrar en el fondo del foso que se excavó en 1670 y se tapó en 1760. “Se trata de una burbuja arqueológica de unos 90 años que nos va a dar mucha información sobre la cultura material de la gente que vivía aquí”, agregó Mendizábal.

La gente

El proyecto incluye también la prospección arqueológica del sitio donde se ubicaba originalmente el poblado de Chagres, así como documentar el proceso que provocó que el pueblo se fuera moviendo a lo largo de los siglos XVII y XVIII en la medida que crecía la fortaleza, hasta ubicarse finalmente en la desembocadura del Chagres en el siglo XIX.

También aquí se han producido resultados rápidos y sorprendentes. “Encontramos un pequeño muro en el área donde el mapa de Manuel Hernández de 1779 indicaba que estaba la iglesia del pueblo. Además, encontramos dos entierros, lo que confirma que se trata de la iglesia”, relata el arqueólogo Jean-Sebastian Pourcelot del Museo del Canal, institución que lidera esta parte del proyecto.

“Desde que construyeron la fortaleza, había gente que vivía cerca de ella. Hoy solo tenemos los restos de la fortaleza, pero no la historia del pueblo…. aquí vivió gente que a través de los siglos estuvo muy involucrada en la ruta comercial panameña desde la época colonial y en el siglo XIX con la fiebre del oro de California. Hay muchas crónicas de esos viajeros que hacían una parada en el pueblo de Chagres”, explica Pourcelot.

Adicionalmente se está realizando un trabajo de antropología y memoria oral con los habitantes de Nuevo Chagres, que son los descendientes de quienes vivieron en el pueblo original desde 1600, y que fueron obligados a dejar su tierra y sus casas en 1916 por decisión de la Administración norteamericana del Canal. Esa tarea la coordina Guillermina de Gracia del Centro Regional Universitario de Coclé.

Finalmente, mientras los equipos panameños rescatan la historia sepultada en el hermoso entorno elegido por Antonelli para construir el fuerte, Lineth Suira recopila y analiza en los archivos españoles los documentos de la época que enriquecerán la investigación.

Se trata de un proyecto que promete abrir camino en el desarrollo de las ciencias sociales en Panamá, al tratarse de un trabajo interdisciplinario que incluye historia, arqueología y antropología realizado por profesionales de primer nivel, en un notable ejemplo de colaboración interinstitucional. Un enorme paso adelante que llena de orgullo a la historiadora Marixa Lasso, directora ejecutiva del CIHAC-AIP, quien ve en la fortaleza institucional el camino que permitirá continuar la senda que está abriendo la historia del pueblo de Chagres y la fortaleza que le dio vida.

El equipo multidisciplinario del proyecto

Dr. Tomás Mendizábal, CIHAC-AIP

•Mgtr. Jean-Sébastien Pourcelot, Museo del Canal Interoceánico de Panamá

•Dr. Juan Guillermo Martín, Universidad del Norte, Barranquilla

•Dr. Alexis Mojica, Universidad Tecnológica de Panamá

•Dra. Guillermina De Gracia, Centro Regional de Coclé, Universidad de Panamá

•Linneth Suira, doctoranda en historia por la Universidad de Sevilla

•Dra. Ashley Sharpe, Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales,

•Patronato de Portobelo y San Lorenzo



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