El tapón de Darién, ubicado entre Colombia y Panamá, se ha convertido en el escenario de un dramático éxodo que supera cualquier expectativa y estadística previa.
La magnitud de la tragedia se manifiesta en la pérdida de vidas, la desprotección de niños no acompañados, la violencia desenfrenada y la presencia de miles de seres humanos sumidos en condiciones deplorables, constituyendo un sombrío panorama cotidiano en esta inhóspita región del país.
En medio de este escenario se encuentra la población de menores de edad, la cual es una de las más vulnerables que viaja en esta numerosa caravana de personas. Las estadísticas del Servicio Nacional de Migración precisan que entre enero y el 26 de diciembre de 2023, cruzaron por Darién 112 mil 560 migrantes menores de 18 años. Solo este mes van 4 mil 580 niños, niñas y adolescentes que llegaron a los centros de recepción de migrantes.
Esta población representa el 22% del total de todos los migrantes que se adentraron a los peligros de la jungla darienita este año, la cual es de unas 516 mil 667 personas principalmente de países como Venezuela, Haití y Ecuador.
La crisis humanitaria es tal, que el tránsito de menores de edad por la selva de Darién es una realidad que ha sido calificada por organizaciones como el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) como “alarmante”, puesto que cada año llegan más.
Y a pesar de las medidas restrictivas implementadas por Estados Unidos en 2022 y 2023, la caravana de migrantes persiste, desafiando todo obstáculo en su desesperado viaje. Igualmente, las acciones gubernamentales no han logrado contener el flujo humano que busca superar adversidades extremas en su búsqueda de un futuro más promisorio.
La historia
Uno de los infantes que formó parte de este drama es Santiago, quien tiene 11 años y discapacidad motora. Su madre, Michelle describe la situación: “Santiago no puede caminar y tiene problemas de esfínter y allá en Venezuela no tenemos cómo mantenerlo: no hay pañales ni medicinas. Necesita terapias, mejores oportunidades de estudio… Hace un año decidimos salir, pero no teníamos cómo cargarlo”.
Michelle salió muy débil de la selva con síntomas de enfermedades gastrointestinales.
Argenis y Henry son primos de la familia, y fueron ellos quienes ayudaron a Michelle y a Daniel, el papá de Santiago, a cargarlo cuando salieron de Necoclí, en Colombia, hasta cuando llegaron a Bajo Chiquito, en Panamá.
Entre ellos se turnaron el viaje de seis días por trillos de lodo robados a la jungla, caminillos en paredes de roca y ríos. El que quedaba libre en cada trayecto, cargaba la silla de ruedas del niño que tampoco debía quedarse atrás.
El incremento
Esta situación se agravó en 2022, cuando hubo un gran número de migrantes atravesando Darién. De hecho, durante ese año ingresaron caminando al país desde la frontera con Colombia, tras cruzar la peligrosa selva del Darién, 40 mil 438 niñas, niños y adolescentes, de los cuales mil 119 cruzaron sin compañía o separados de sus familias.
Unicef, en un informe denominado “El rostro cambiante de la niñez migrante en América Latina y el Caribe”, plantea que la movilidad de esta población alcanzó un nuevo récord este año 2023, en medio de la violencia, la inestabilidad política y el cambio climático.
Autoridades de este organismo internacional han mostrado su inquietud porque cada vez hay más niños y niñas en movimiento, de edades cada vez más tempranas, a menudo solos y de diversos países de origen, incluso de lugares tan lejanos como África y Asia.
Del lado de Colombia defensores de derechos humanos también han mostrado su inquietud. Así lo ha planteado el defensor del Pueblo de ese país suramericano, Carlos Camargo: “A la Defensoría del Pueblo le preocupa el aumento en el número de migrantes, lo que sin duda significa un riesgo mayor de vulneración de derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, por ejemplo, a ser víctimas de distintas formas de violencia, incluida la sexual, como también de hurtos, trata de personas y tráfico de migrantes y discriminación. Violencias que son ejercidas por las estructuras ilegales que delinquen en esos lugares irregulares de tránsito”.