Daniel Muschett está jubilado. No obstante, su experiencia de 24 años en la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) le permite referirse a la crisis de agua en el país, la cual ahora está condicionada por fenómenos relacionados con el cambio climático.
El exvicepresidente de Administración de Recurso Hídrico de la ACP en entrevista con La Prensa, planteó que de no tomarse decisiones sobre búsqueda de nuevas fuentes de agua, el país afrontará en los próximos años una grave crisis de agua debido a que la temperatura ha aumentado y los patrones de lluvias no son los mismos de antes.
Muschett recordó que la ACP realizó estudios para nuevos embalses en lugares como Bayano, río Indio y el río Santa María, pero no se tomó una decisión final del Gobierno central para la puesta en marcha de estos proyectos.
Para el ingeniero, el agua es un tema al que hay que darle la importancia y seriedad que amerita.
¿Cuál es su diagnóstico de lo que viene ocurriendo con el tema del agua?
En los últimos años, desde 2018 para acá, la tasa de evaporación aumentó en los lagos de la cuenca hídrica del Canal por mayor intensidad solar y los embalses han estado sujetos a periodos secos extremos. Se trata de una realidad que no es nueva, pero que también abarca a otras regiones del país. No obstante, la ACP realizó estudios sobre nuevas fuentes de agua en Bayano, río Indio y Azuero, específicamente el río Santa María. Esta situación hay que atenderla, porque se trata de un recurso finito. El consumo de agua que se tenía proyectado para 2025 se alcanzó en 2012, lo que demuestra cómo aumentó el consumo.
¿Cómo debemos atacar este problema?
La primera tarea es reconocer que tenemos una situación urgente que requiere soluciones que no se hacen de la noche a la mañana. Construir un nuevo embalse o un nuevo sistema para aumentar la producción con otras fuentes hídricas es una tarea que dura cinco y quizás 10 años. Si no la comenzamos ahora, en 10 años vamos a estar en una crisis muy seria. Hay un Plan de Seguridad Hídrica que se elaboró en 2016, luego de una gran sequía en 2015, pero han pasado siete años y no se ejecuta. Hay que buscar fuentes alternas de agua porque para Panamá Oeste no dan abasto las potabilizadoras que están allí, en Panamá centro se sigue extrayendo más agua con una población mayor y en el interior también hay que buscar soluciones.
¿Por qué no se ejecutaron estos estudios?
Todos los estudios eran para cuencas hídricas fuera de la cuenca del Canal, con lo cual el siguiente paso era tomar una decisión sobre la mejor alternativa. Se recopiló una gran cantidad de información sobre los caudales y medidas de mitigación que acompañarán esos desarrollos. Le correspondía al Gobierno central tomar una decisión final, luego de recibir los estudios.
¿Qué futuro se nos avecina si no tomamos una pronta decisión en el tema del agua?
El futuro tiene dos aristas. Desde la perspectiva del Canal de Panamá, una crisis con el agua afectaría la operación porque se reduciría la carga que atravesaría por el mismo. Lo otro sería que a nivel nacional cada vez habrá menos producción y, por ende, muchos ciudadanos afectados. Para eso hay que hacer inversiones y tomar decisiones rápidas si lo que queremos son nuevos embalses o buscar nuevas fuentes de agua confiable. No es fácil trabajar con el clima porque no lo controlamos.
¿Cuál es su análisis del cambio climático y cómo impacta el país?
El cambio climático ya es una realidad y en algunos lugares del país vamos a tener sequías muy fuertes y en otro lugar inundaciones. También puede ser que ambas cosas ocurran en el mismo lugar el mismo año, por lo cual hay que preparar a las comunidades. Esto será una tarea de nunca acabar, pero tenemos la ventaja que en la ACP tenemos la responsabilidad y mandato legal de cuidar el recurso hídrico, así como lo tiene el Ministerio de Ambiente. Este tema no puede esperar y hay que romper con la estructura de buscar pequeñas soluciones cada año. No podemos depender del clima que cada año está cambiando más. Ya este país tiene diagnósticos para tirar para el aire, ahora hay que tomar decisiones conjuntas y no aisladas.
¿Qué balance hace del crecimiento urbano sin planificación y cómo impacta el recurso agua?
Mi opinión de lo que ocurre en el Oeste es que creció sin planificación. Allí está la planta potabilizadora de Mendozas, cuya producción se ampliará a 20 millones de galones más y te aseguro que el día uno, cuando la producción total sea 60 millones de galones diarios, la misma estará acaparada por la población. La planificación urbana debe incluir decisiones conjuntas sobre agua, energía, seguridad y calles. Pareciera que trabajamos todos por separado o cada uno por su cuenta.


