La Organización Panameña de Trasplantes (OPT) informó el pasado 28 de octubre, mediante una circular a los coordinadores hospitalarios y coordinadores de trasplantes, que el programa quedaba suspendido temporalmente por la falta del medicamento basiliximab.
La circular, que lleva la firma del director de la OPT, César Cuero, explicaba que la decisión fue adoptada por no contar con el fármaco, que es clave para evitar que el paciente rechace los órganos trasplantados.
De hecho, la función del basiliximab es hacer que las células blancas llamadas linfocitos no se produzcan para evitar que el paciente rechace el órgano.
El paciente debe recibir dos dosis de basiliximab, una antes de realizarle el trasplante y la otra cuatro días después del procedimiento quirúrgico. Una ampolla de este medicamento inmunosupresor en el mercado puede tener un costo que oscila entre $500 a $1,000.
Ante esta situación, la Caja de Seguro Social (CSS) reaccionó mediante un comunicado donde señaló que existe un contrato vigente con el proveedor producto de la licitación 005-2022, que tiene una entrega pendiente de 79 ampollas que estaban previstas para el año 2023.
“El medicamento está en Panamá, en manos del proveedor y ya se han realizado las gestiones para garantizar que la próxima semana, cumplidos los procesos de revisión ante la Dirección de Farmacia y Drogas del Ministerio de Salud, como ente regulador, lo tengamos disponible para dar continuidad al programa en beneficio de los pacientes”, indica la CSS.
Agrega la nota de la entidad que el éxito del Programa de Trasplantes durante este año ha generado que se sobrepase la cantidad de basiliximab que se tenía programado utilizar.
No obstante, hasta el día de hoy, todos los pacientes que han sido trasplantados, incluso los de esta semana, cuentan con su dosis de basiliximab que se requiere para garantizar su aplicación, aseguró la CSS.
Datos de la entidad indican que este año se han efectuado un total de 76 trasplantes, de los cuales 12 son de renales vivos relacionados, 21 renales con donante fallecido, 1 hepático de donante vivo (el primero en Panamá), 9 hepáticos de donante fallecido, 1 de corazón y 23 de médula ósea. Mientras que 9 son de córnea que no requieren el medicamento.
El trasplante de riñón se comenzó a realizar en el país en la década de 1990. Luego, en el 2000, se efectuó de médula ósea; en 2002 de córnea; nueve años después, en el 2011, el primer procedimiento hepático, y en el 2016, de corazón.
