Ana Quezada quedó embarazada a los 16 años –hoy tiene 31-, cursaba el quinto año de secundaria en un colegio del sector privado. Aunque reconoce que en esa época sus padres hablaban poco de sexo no los culpaba, sabía que ella había cometido un error: “uno a los 16, aunque es niño, sabe lo que es bueno y lo que es malo, así que en ese momento me echaba la culpa a mí misma”.
Cada vez que puedo y veo a una muchacha embarazada a corta edad me veo reflejada en ella, entonces trato siempre de hablarles aunque no me incumbe, les digo que sigan estudiando, que no se embaracen más, que no tengan más hijos hasta que puedan de verdad mantener un niño. Yo lo hice de esa manera.
Ana Quezada
Hoy, 15 años después de traer a su primera hija al mundo se enorgullece de lo que ha logrado. Se fijó metas y las cumplió y es una mujer autónoma: terminó su secundaria de noche, fue a la universidad y tiene una maestría. Tiene un buen empleo, buen salario, su casa y su automóvil y le dio a su primera hija una hermanita.
La historia de Ana no es, quizás, la que más se repite entre las jóvenes que quedan embarazadas cuando aún no alcanzan siquiera su mayoría de edad, pero es un ejemplo que muestra que se puede salir adelante y ser la excepción en las estadísticas. Ella tuvo el apoyo de sus padres –aunque fue una decepción para ellos cuando se enteraron de que serían abuelos de forma temprana- y también el del padre de su hija –en ese momento de 19- pero lo más importante fue que maduró, se dijo a sí misma que ese bebé no había pedido venir al mundo y que tenía que procurarle lo mejor.
Y es que más allá de las crecientes cifras del embarazo no intencional en Panamá, hay vidas de niñas y adolescentes con una maternidad no planificada que, en la mayoría de los casos se traduce en menor escolaridad, en menores oportunidades de empleo y de buena remuneración y, en el caso del Estado, de menores aportes al fisco. También en historias de violencia y sufrimiento, y de muerte. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) lo puso en cifras contundentes recientemente tomando como insumo los registros nacionales de 2019. Un dato revelador que afloró es que los embarazos no planificados representaron la pérdida de 323 años de vida a raíz de las muertes maternas y 200 años de vida productiva potencial perdidos. Como si eso fuera poco, su peso en dólares fue de $525 millones, equivalentes al 0.74% del PIB de Panamá o a que la actividad en el canal de Panamá esté parada 90 días. Esa cifra incluye los costos de oportunidad y los de atención sanitaria por el embarazo y el parto.
Los datos oficiales de 2019 indican que en el país se registraron 72 mil 456 nacidos vivos, de los cuales 12 mil 267 fueron de mujeres de entre 10 y 19 años, uno de cada seis nacimientos, y 458 de ellos surgieron de niñas de entre 10 y 14 años. Para dimensionar aún más el problema, otra cifra: entre 2007 y 2019, en el país hubo 181 mil 668 nacimientos vivos de mujeres de entre 10 y 19 años, según cifras de la Contraloría de la República.
Panamá es el cuarto país con mayor número de embarazos en América Latina, región que está a la cabeza en embarazo no intencional. Y es sobre esta realidad que se busca impactar a través de las Guías de Sexualidad y Afectividad, una herramienta didáctica que se prevé se empiece a utilizar en el año lectivo 2022 por aquellos docentes que hayan sido capacitados acerca de su implementación.
Contenido de las guías
Son cinco: una dirigida a los estudiantes de Educación Básica General (Primaria 1 a 6), una para los estudiantes de Premedia (7 a 9), una para los estudiantes de Educación Media (10 a 12), una para adolescentes embarazadas, madres adolescentes y sus padres o acudientes y una para los padres o acudientes de los estudiantes de Educación Básica General y Educación Media (1º a 12º).
Los textos, que son una guía de orientación y formación para uso del facilitador, tienen en sus primeras páginas una información base, que es igual para todas –objetivo de las guías, leyes nacionales, contexto histórico de salud en materia de embarazos y enfermedades de transmisión sexual, y enfoque pedagógico- y luego, los contenidos, que se abordan de acuerdo con el nivel escolar. En todos hay un lenguaje que impulsa valores y fortalecimiento de la autoestima, e información basada en la ciencia, proveniente de entidades como el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud y la Organización Mundial de la Salud. Las actividades previstas estimulan el aprendizaje participativo, el debate y el respeto por las ideas del otro.
En el caso de los estudiantes de primer grado se trabaja, entre otros temas, sobre el concepto de la familia y los amigos, las partes del cuerpo y las emociones. Cada área corresponde a una sesión, durante la cual se realizan dinámicas, se cuentan historias, se explican conceptos y se impulsa al estudiante a expresar sus opiniones y sus emociones. En estas edades, la guía se apoya mucho en imágenes. Por ejemplo, al trabajar situaciones agradables y desagradables, al trabajar el árbol familiar y al explicarles las emociones básicas que pueden sentir (alegría, tristeza, enojo, miedo); también al advertirles cómo algunas conductas de los adultos que los involucran son inapropiadas (pedirles guardar secretos o intentar tocarlos).
En cuarto grado, en una de las diversas actividades que hay, a través de una dinámica se induce a los niños a hablar de alguna situación que les ha producido miedo, qué acciones de su padre o su madre les hacen sentir feliz o qué hacen estos para hacerlos sentirse protegido.; En otra dinámica grupal deben escoger un actor o actriz y a través de gestos o mímicas deberán interpretar un animal y un medio de comunicación y el resto del grupo deberá adivinar. La idea con las charadas es hablar del concepto de comunicación adecuada, que esta puede ser verbal y no verbal y que muchas veces las personas se pelean por no haber aprendido a comunicarse.
En sexto grado, las sesiones incluyen temas como el autoconcepto y la aceptación, sentir interés por otros, mitos de la pubertad y la reproducción humana.
Los cinco documentos también cuentan con materiales de apoyo, en algunos casos abarcan definiciones de conceptos o lecturas sobre contenidos relacionados.
Las guías para los estudiantes de premedia abarcan aspectos como la sexualidad en la adolescencia, tengo mis valores claros, el uso adecuado de las redes sociales, la importancia del proyecto de vida (7º); el noviazgo, prevención del embarazo en la adolescencia, las ITS y el VIH (8º); mitos del embarazo en la adolescencia, mi seguridad virtual, maternidad y paternidad, dirijo mis pasos hacia mi proyecto de vida (9º).
En séptimo grado, durante las actividades de grupo se hace énfasis en aspectos como qué es la sexualidad humana y cuáles son las principales dudas y preocupaciones del adolescente sobre esto; también se habla sobre la amistad y cómo identificar cuando es positiva o dañina. En octavo hay actividades sobre valores y toma de decisiones; y en noveno se aborda la autoestima, por qué es importante y cómo se relaciona con la sexualidad. En todas estas sesiones se promueve la escucha activa y el compartir de experiencias entre los estudiantes.
Al abordar la prevención del embarazo en la adolescencia, después de una dinámica de inicio que busca conocer cuánto saben los estudiantes sobre métodos anticonceptivos, se lee lo que expone la guía sobre ellos y por qué es importante conocerlos. Luego los jóvenes trabajarán en el diseño de una campaña de concienciación dirigida a chicos de su edad, sobre prevención del embarazo y las ITS.
Como material de apoyo hay una lectura sobre ¿Qué es el ciberbullying, el sexting y el grooming? y Consejos para prevenirlos. También se les habla sobre cómo anticipar situaciones de presión de grupo y qué pueden hacer para prepararse; que decir no, no debe avergonzarlos, y que rodearse de personas que tengan sus mismos valores y creencias puede ayudarlos a resistir estas situaciones.
Con respecto a los estudiantes de media, las guías profundizan en temas comunes a todas, como valores, enfermedades de transmisión sexual y métodos para prevenir los embarazos. Además, abarcan contenidos como es mejor esperar, conozco mis habilidades para diseñar mi proyecto de vida (10º); decir no asertivamente (11º); planifico mi futuro; tomo buenas decisiones hoy, noviazgo-sano noviazgo-tóxico (12).
En la sesión correspondiente a los mitos del noviazgo se mencionan, entre otros: “si tu novio o novia te cela, es que te quiere”, “la violencia en el noviazgo es un asunto privado, que se debe resolver sin ayuda de otras personas”, “los hombres son violentos por naturaleza” y “las mujeres violadas se lo han buscado”. Para cada mito la guía ofrece el mensaje real. En el caso del noviazgo sano y el tóxico, como material de apoyo hay un Test sobre violencia en el noviazgo que les permitirá (en función de la puntuación) determinar si están involucrados en relaciones que van desde aquellas que no presentan violencia hasta relaciones violentas.
En esta guía se encuentra una tabla que muestra los tipos de anticonceptivos que existen, se hace una breve descripción de ellos y se apuntan sus ventajas y desventajas.
En la sesión sobre el embarazo en la adolescencia se promueve una lluvia de ideas sobre las causas (falta de educación sexual, falta de madurez, temor de preguntar y/o conversar, abuso sexual, curiosidad, entre otras) y las consecuencias (fracaso y deserción escolar, rechazo al bebé, muerte de la adolescente, entre otras) de este, con el objetivo de que los estudiantes analicen cómo convertirse en padres durante esta etapa de la vida puede evitar que cumplan sus metas y sus sueños.
En otro ejercicio, los jóvenes leerán el histórico discurso de Martin Luther King “Yo tengo un sueño” -el docente les habla sobre el personaje y su lucha-, y luego los invitarán a intercambiar opiniones sobre el mensaje que tiene y a convertirlo en una canción con el ritmo que prefieran. Luego, los estudiantes discutirán los “Pasos para elaborar mi proyecto de vida” y la importancia de tener sus metas claras; luego deberán elaborar o, al menos proyectar, su propio proyecto de vida.
Puede consultar todas las guías en el portal Educa Panamá.
La implementación
Luz María Córdoba, psicóloga de la Dirección Nacional de Servicios Psicoeducativos del Ministerio de Educación (Meduca), quien participó en todo el proceso de elaboración de las guías, manifestó que su aporte más importante es que contribuyen a la formación integral de los estudiantes, ya que no solamente se está viendo la parte cognitiva de la educación, sino también la parte afectiva, de desarrollo de habilidades para la vida.
Las guías fueron revisadas y validadas por el Meduca, la Alianza Panameña por la vida y la familia, grupos de padres de familia, comunidades de fe, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, la CSS, el Minsa, el Mides y el Instituto Nacional de la Mujer.
Precisó que en la penúltima semana de noviembre culminarán con la capacitación de poco más de 400 funcionarios de la Dirección Nacional de Servicios Psicoeducativos en las cinco guías, quienes serán los que capacitarán a los profesores de orientación, al personal del equipo SAE (servicios de apoyo educativo) y a los docentes cuyas asignaturas se relacionan con los contenidos que están en las guías (biología, ciencias naturales, desarrollo comunitario), así como a los maestros de primaria. Este proceso se desarrollará en el marco de las capacitaciones que efectuará la Dirección de Perfeccionamiento en el verano de 2022. El objetivo es que todos los docentes que sean preparados puedan empezar a utilizar esta herramienta de enseñanza en el año lectivo 2022, para lo cual también contarán con el apoyo del personal de los gabinetes psicopedagógicos del Meduca.
Las guías son un paso
Para la profesora Aracelly De León, directora del Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá, la educación es la clave para frenar la espiral de embarazos. Y pone el acento en la educación formal, porque, afirma, esta tarea requiere de recursos, conocimiento y una preparación que la mayoría de las veces no está en manos de la familia. Además, añade, no es fácil para los padres hablar de educación sexual con los hijos porque esto implica reconocer los propios errores.
A propósito de la falta de conocimiento a la que alude De León, en los contenidos para padres con adolescentes embarazadas o que ya son madres las guías abordan, entre otros aspectos, cómo se sienten con respecto al embarazo de la adolescente, cómo pueden apoyarla y establecer una relación de confianza; también se les habla de derechos, de maternidad y paternidad responsable, y apoyo con límites y con amor.
Apunta que las Guías de Sexualidad y Afectividad son un elemento dentro de ese proceso de educación, que se requiere además una gran campaña educativa a través de los medios para combatir todos los mensajes que circulan por la televisión y las redes sociales, los cuales, afirma, también están presentes en las novelas, los chistes y la música, y que le hablan a las jóvenes de estereotipos y de la mujer como un objeto sexual.
Los medios de comunicación tienen una enorme responsabilidad en los estereotipos que transmiten de la mujer que es aceptada: bonita, delgada, sonriente; no se valoran las otras cualidades, como el conocimiento, la personalidad, la integridad, la autonomía. Y los jóvenes de hoy, más que los de antes, tienen una gran necesidad de sentirse aceptados.
Aracelly De León, Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá
De León manifiesta que la ausencia de los padres y del Estado es decisiva en este problema social, cuya génesis tiene mucha relación con que la familia panameña está en crisis: la mayoría de los hogares funcionan con una mujer al frente, que pasa muchas horas fuera de la casa por trabajo y por tanto pasa poco tiempo con sus hijos; y muchos hombres tienen hijos con varias mujeres y se dicen ‘yo no tengo hijos, hijos tiene mi mujer’, así que no se identifican con la responsabilidad de la crianza ni con la manutención. Todo ello incide, afirma De León, en que los chicos están a su libre albedrío, muchas veces sin vigilancia, supervisión y mucho menos orientación.
Las guías comenzaron a elaborarse en 2016 y no fue hasta fines de 2019 cuando el documento consensuado estuvo listo.