El departamento de Epidemiología de la Dirección General de Salud del Ministerio de Salud (Minsa) confirmó ayer 5 de marzo dos casos del gusano barrenador en humanos en el país.
Se trata de una mujer de 94 años de edad, procedente de la comunidad Cerro Caballo, en la provincia de Chiriquí, la cual fue recluida en el Hospital Luis “Chicho” Fábrega en Santiago, provincia de Veraguas.
Mientras que el segundo caso se reportó en una menor de 4 años de edad, procedente de la Peña de Santiago, en Veraguas, la cual también fue atendida en el Hospital Luis “Chicho” Fábrega y posteriormente fue trasladada al Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel en la ciudad de Panamá.
El Minsa, a través de un comunicado, indicó que ambas pacientes fueron dadas de alta y se mantienen en recuperación en sus hogares.
El gusano barrenador es la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, que en su fase larvaria afecta a todos los animales de sangre caliente, incluidos los seres humanos. Pueden aparecer en áreas con presencia de estas moscas o lugares con medidas higiénicas deficientes.
— Ministerio de Salud de Panamá (@MINSAPma) March 5, 2024
El veterinario y epidemiólogo del Minsa, Héctor Cedeño, explicó que han intensificado la vigilancia epidemiológica y fortalecido las medidas sanitarias.
Subrayó que en mayo de 2023 detectaron un caso de gusano barrenador en una migrante de Colombia que llegó a Metetí, Darién, pero fue atendida oportunamente. Los casos en humanos son muy esporádicos, dijo.
Además, Cedeño recordó que los casos en animales se reportaban solo en Darién; sin embargo, ya hay en todas las provincias de Panamá.
Animales de sangre caliente, los más afectados
El epidemiólogo del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios Gorgas (Icges), Jean Paul Carrera, explicó que el gusano barrenador es una larva de la mosca Cochliomyia hominivorax; un parásito que, durante la fase larvaria, afecta a todos los animales de sangre caliente, incluyendo a los seres humanos.
Sostuvo que en las zonas rurales donde se observe la presencia de moscas del gusano barrenador, se deben tomar medidas inmediatas para eliminarlas y evitar la disposición de huevos en la piel o heridas frescas abiertas, así como mantener una buena higiene personal y de los animales para reducir el riesgo de infección por las larvas de las moscas del gusano barrenador.
En años anteriores, el gusano barrenador se mantenía limitado a la presentación de casos de forma fluctuante en la provincia de Darién, con algunas detecciones muy esporádicas en la provincia de Panamá; sin embargo, en el año 2023, se detectó gusano barrenador de ganado en animales en prácticamente todas las regiones del país, según datos del Ministerio de Desarrollo Agropecuario.
Expertos de epidemiología
Esta enfermedad se origina cuando las moscas del barrenador del ganado llegan a las heridas frescas de los animales para depositar sus huevos, provocando una miasis cutánea, produciendo una invasión de los tejidos de los animales que dañan la piel”.
Esta enfermedad se presenta por la infestación que se adquiere generalmente en heridas frescas previas por causas naturales o por prácticas ganaderas que no son tratadas de forma adecuada y también pueden producirse en las mucosas de los orificios corporales. Las moscas hembra son atraídas por las heridas en cuyos bordes ponen sus huevos y se reproducen.
El epidemiólogo Carrera recomendó a las personas donde existe evidencia de casos de gusano barrenador usar camisas de manga larga y pantalones largos, especialmente para trabajar donde pueden estar presentes. También aplicar repelentes de insectos en áreas propensas a la presencia de moscas del gusano barrenador e inspeccionar regularmente la piel para detectar heridas y tratar adecuadamente, acotó.
Especies causantes de miasis
El estudio Incidencia de miasis en Panamá durante la erradicación de Cochliomyia hominivorax realizado por un equipo de científicos del Icges durante los años 1998 al 2005, registró 19 mil 897 casos de miasis, de los cuales 15 mil 245 correspondieron a Cochliomyia hominivorax y 4 mil 652 a otras especies de moscas. De ellas, el 95% de las miasis causadas por Cochliomyia hominivorax fue en los primeros años del programa de erradicación, y se evidenció una relación lineal entre el aumento de casos de miasis causadas por otras especies y los años.
Además, indica que para los años 2002 a 2005 se registraron 2 mil 497 casos de miasis, atribuidos a: Dermatobia hominis (57.9%), Phaenicia spp. (19.6%), Cochliomyia macellaria (19.3%), y Chrysomya rufifacies (0.4%), y ninguno a Cochliomyia hominivorax. Además, encontraron gusanos identificados como Sarcophagidae (2.5%) y Muscidae (0.3%). Estas larvas se recuperaron de vacas (46.4%), perros (15.3%), humanos (14%), pollos (11.9%), cerdos (5.8%), caballos (3.5%), y ovejas (1%).
La investigación liderada por el entomólogo del Icges, Sergio Bermúdez, demostró que las especies causantes de miasis tuvieron un comportamiento estable durante los años 2002-2005, presentando valores cercanos a cero, lo que indica que los casos de miasis no variaron durante los años de estudio, incluso después de la erradicación de Cochliomyia hominivorax.
Bermúdez en el estudio explicó que es importante resaltar que una parte importante de la campaña de erradicación es mostrar a los cuidadores de animales cómo limpiar heridas, administrar medicamentos y recolectar larvas. Sin embargo, cuando los casos de Cochliomyia hominivorax disminuyen, especialmente en las provincias occidentales de Panamá, muchos ganaderos o dueños de mascotas descuidan el cuidado de sus animales, y el número de casos aumenta. Este patrón se observó en los años 2001-2005, dijo.
El investigador indicó a La Prensa: “que la ovipostura podría ocurrir en animales cuando tienen algún tipo de herida, por ejemplo, que se les corte los cuernos, el corte del cordón umbilical u otras heridas relacionadas. Mientras que en el caso de humanos podría ser en personas en condiciones de susceptibilidad como enfermos que no pueden moverse, niños pequeños o bebés, así como personas en hospitales que no tienen la capacidad de quitarse una mosca o la masa de huevos”.
En Costa Rica confirmaron el 26 de febrero pasado el primer caso registrado en el país de gusano barrenador en un humano, ante lo que los expertos comenzaron las labores para comprobar o descartar más casos.