Muchos piensan que el hambre está en África, sin embargo, en Panamá, a unos 24 kilómetros de la Presidencia de la República, está ubicado el corregimiento de Veracruz, en donde hay personas que pasan dos o tres días sin comer.
La situación de hambruna no es nueva en el país, ya que el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), destacó que hay 280 mil personas que padecen hambre.
En Panamá la tasa de personas que padecen hambre pasó de 7.5% en 2020 a 5.8% en 2021, pero todavía persiste el problema en la población más vulnerable.
Helga Barría, miembro de la Fundación Rescate de los Alimentos
Este movimiento surgió en el 2016 con el objetivo de combatir el hambre y promover la seguridad alimentaria en Panamá”.
La cofundadora de la Fundación Rescate de los Alimentos, Helga Barría Fábrega, indicó a La Prensa que en su caminar en la organización no solo ha encontrado a personas en hambruna en el área de Veracruz, sino también en la zona más productiva del país como es Tierras Altas y Boquete, provincia de Chiriquí, en donde hay personas que no tienen acceso a un plato de comida.
Añadió que el tema de la seguridad alimentaria en Panamá afecta significativamente el desarrollo físico, psicológico y cognitivo de los niños y niñas, especialmente, aquellos que viven en zonas rurales y en hogares encabezados por mujeres.
De hecho, en el país el 12.5% de la población sufre de inseguridad alimentaria y la situación es aún más preocupante en las áreas rurales, según datos del Programa Mundial de Alimentos.
Además, el informe de Seguridad Alimentaria y Nutricional en Panamá 2020 menciona que a nivel nacional el 18.1% de los niños y niñas menores de 5 años de edad tienen desnutrición crónica (bajo peso para la talla). También señala que en las zonas rurales la tasa de desnutrición crónica en la población infantil es mayor que en las zonas urbanas.
Ante este escenario, Barría manifestó que urge tener una conversación honesta sobre los desperdicios de comida y el hambre en Panamá. “Tiramos a la basura más de 100 toneladas diarias de comida sin pensarlo dos veces y mientras tanto hay miles de niños y niños que pasan más de dos días sin comer”, expresó.
¿Si producimos alimentos suficientes para alimentar a todo el mundo, por qué hay personas pasan hambre? Pues porque esto no pareciera ser un tema de capacidad, si no de intereses y codicia. La hambruna moderna no ha sido causada por la falta de comida, ha sido causada por la pobreza. Los recursos económicos han sido distribuidos de manera tan desigual que los pobres simplemente no tienen suficiente dinero para “darse el lujo” de comprar la comida que estaría disponible para comprar si tuvieran el dinero para pagarla, aseguró la entrevistada.
Para Barría, este año ya hemos estado experimentando muy de cerca la sobreproducción y los problemas de logística de abastecimiento por temas de pandemia y guerra. Pero, tan pronto como el próximo año nos estaremos enfrentando a la escasez de alimentos. Las guerras, el cambio climático y el fenómeno de El Niño, las sequías, y los cambios en las temporadas de cultivo amenazan la agricultura antes de lo que se creía.
En ese sentido, dijo que alrededor del mundo, 1/3 de las tierras cultivables están al borde del colapso y se espera ver un desplome significativo (hasta un 25%) en la producción de alimentos básicos (trigo, maíz y arroz) para el 2030 (menos de 7 años). Con esto vamos a tener que lidiar con los conflictos que la inseguridad alimentaria y la hambruna nos traerán y que aún no hemos comenzado a dimensionar, agregó.
A la situación que se vive en Veracruz o “el granero productivo” Tierras Altas y Boquete se suman los “apartheid alimentario” que viven los barrios pobres como El Chorrillo, Curundú, Felipillo, entre otros.
Un ejemplo a seguir
La fundación lleva adelante un plan piloto para la sostenibilidad comunitaria y seguridad alimentaria en la escuela Alto de Jaramillo, en Boquete, en donde se impacta de manera directa a 65 niñas y niños y beneficia de manera indirecta a más de 350 personas de la comunidad.
La iniciativa tiene como finalidad mejorar el acceso a alimentos saludables y sostenibles para los estudiantes y la comunidad local, mientras se promueve la participación y el compromiso de la comunidad en el proceso a través de una variedad de acciones y estrategias.
A través de alianzas garantizamos más del 70% de alimentos rescatados para operar el comedor de la escuela, lo que nos brinda una alternativa sostenible para el abastecimiento de la demanda alimentaria de la comunidad a un costo económico muy reducido. Esto además contribuye a mejorar la calidad y cantidad de alimentos disponibles en la comunidad, especialmente para aquellos estudiantes que dependen del comedor escolar como fuente principal de alimentación, manifestó Barría.
También sostuvo que las mujeres son fundamentales en la producción, distribución y consumo de alimentos en la comunidad, su involucramiento activo en la búsqueda de soluciones alimentarias sostenibles es clave para el éxito de cualquier estrategia de seguridad alimentaria. Es por esto por lo que, de manera simultánea a la operación del comedor escolar, se prepara a las mujeres de la comunidad para identificar sus necesidades y problemáticas y utilizar las herramientas con las que cuenta la comunidad para buscar soluciones sostenibles y adaptadas a su contexto.
Panorama regional
En América Latina y el Caribe se registra un elevado grado de inseguridad agroalimentaria, con 288 millones de personas que tienen dificultad para alimentarse adecuadamente.
Así lo señaló Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional en América Latina de la FAO, al alertar además que 56.6 millones de personas al cierre de 2021 padecían hambre en la región, lo que representa 30% más que en el 2019.
“Esta tendencia lamentablemente no está bajando, y no podemos analizar el problema del hambre sin ver el tema de nutrición. Hay 131 millones de personas que se nutren mal en una región que tiene la capacidad y podría producir alimentos hasta para mil 300 millones de personas en el mundo y nosotros somos la mitad de esta población”, enfatizó.