Juan, de 58 años de edad, ha vivido en la ciudad de Panamá toda su vida. Padre de tres hijos y abuelo de dos nietos, siempre ha sido conocido por su espíritu trabajador y optimismo. Sin embargo, hace cinco años, la vida de Juan cambió cuando fue diagnosticado con insuficiencia renal crónica, una enfermedad que lo obligó a depender de la hemodiálisis para sobrevivir.
La primera vez que Juan escuchó la palabra “hemodiálisis” fue un día que jamás olvidará. “Recuerdo al doctor explicándome que mis riñones ya no podían filtrar las toxinas de mi sangre y que necesitaría una máquina para hacerlo por mí”, cuenta Juan. “Fue un golpe duro, pero sabía que tenía que ser fuerte por mi familia”.
Desde entonces, Juan ha asistido tres veces por semana a sus sesiones de hemodiálisis. Cada sesión dura alrededor de cuatro horas, durante las cuales una máquina filtra y purifica su sangre. Es un proceso largo y agotador, pero Juan se ha acostumbrado a verlo como una parte necesaria de su rutina.
“Al principio, era difícil adaptarse. La primera sesión fue la más aterradora. Me sentía cansado y mareado, y no entendía por qué tenía que pasar por esto”, recuerda Juan. “Pero poco a poco, con el apoyo de mi familia, me he ido adaptando”. Llega al Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid a las 4:00 a. m. para ingresar al turno de las 7:00 a. m. a la sesión de hemodiálisis.
El lugar se ha quedado pequeño para la cantidad de pacientes que requieren tratamiento y, a veces, no hay insumos básicos como batas y gorros, entre otros.
Juan solo espera que la licitación que está llevando a cabo la Caja de Seguro Social (CSS) sea en beneficio de los pacientes y que se cuente con áreas de hemodiálisis como la que se tiene en la Ciudad de la Salud.
Dos consorcios en lucha
Mientras los pacientes viven a diario un drama para recibir su sesión de hemodiálisis, dos consorcios se disputan la licitación del “servicio de hemodiálisis y suministro de kits de hemodiálisis, así como el diseño, construcción y habilitación de unidades de hemodiálisis, según especificaciones técnicas”, cuyo precio de referencia era de $180.8 millones.
De hecho, la Comisión Verificadora, el pasado 12 de junio, recomendó adjudicar al Consorcio Damos Vida, integrado por DaVita y Sintec, el contrato con un precio de $178.2 millones. Mientras que el otro competidor, el Consorcio PMC-PM (Promed Medical Care, S.A. y Promoción Médica, S.A.), presentó una oferta de $190.4 millones, es decir, $9.6 millones por encima del precio de referencia establecido en el acto público.
No obstante, luego de la decisión de la Comisión Verificadora, el Consorcio PMC-PM está solicitando anular el informe de la comisión y cancelar la licitación.
Esta es la segunda vez que la CSS realiza esta licitación, puesto que la primera convocatoria fue cancelada el 5 de mayo de 2023. En ese acto público, solo presentó propuesta el Consorcio Renal, integrado por DaVita, Sintec y Constructora Nova, que ofertó $168.8 millones. Ahora presentó una propuesta de $10 millones más, ya que los equipos que traerán son de fabricación alemana y no china como inicialmente se planteó.
Alonso Rodríguez, presidente del Grupo de Pacientes de Diálisis (Grupadi), manifestó que los pacientes que representa le han expresado su malestar. “No puede ser que estemos sujetos a una sola empresa que maneja y entrega todos los equipos y máquinas; no podemos caer en eso, en el monopolio”, dijo.
A juicio de Rodríguez, “pareciera que existe un monopolio” porque el proveedor que actualmente está brindando el servicio de hemodiálisis (Promed) ha sido beneficiado con contratos directos por parte de la CSS. Denunció que “esta situación se registra año tras año y queremos que esto cambie y que haya libre competencia y que otras empresas participen”.
“Nosotros somos los que sufrimos y vemos la cantidad de personas durmiendo en sillas o personas sin tener para comer, ya que llegan solo con el pasaje”, manifestó.
Para Rodríguez, la presentación constante de reclamos puede llevar a que la licitación sea declarada desierta y entonces seguir trabajando con la empresa ya contratada. “Tenemos cuatro años de atraso con este proyecto”, dijo.
Solicitan suspensión
Un grupo de 250 pacientes de la Asociación Nacional de Pacientes con Insuficiencia Renal Crónica (Anpircf), capítulo Coclé, envió una carta el pasado 14 de junio al director general de Contrataciones Públicas, Raphael Fuentes, donde solicitan que la licitación se suspenda porque en algunos puntos atenta contra la supervivencia de los pacientes.
Los miembros de la Anpircf sostienen que, como pacientes, no pueden estar de acuerdo en que se desmejore la calidad de los filtros que utilizan en la terapia de hemodiálisis, ya que esto sería como aceptar que los vayan matando poco a poco con un filtro de mala calidad que dejaría toxinas en su cuerpo y llevaría a una septicemia.
Otros puntos que inquietan a los pacientes son la ubicación de las salas, la colocación de ambulancias en las salas de hemodiálisis y no incluir la administración privada de salas de hemodiálisis. Por ello, los pacientes solicitan encarecidamente que se suspenda y se divida el diseño y construcción de salas del resto de los ítems.
La entidad de seguridad social, a través de un comunicado, informó que el proceso ha sido ampliamente revisado y negociado con los proponentes y las asociaciones de pacientes, con el acompañamiento de la Defensoría del Pueblo, que ha participado en calidad de veedor del proceso.
Además, que la actual administración se ratifica en su compromiso de actuar en apego a la transparencia y a las normas legales vigentes.
Las autoridades de la CSS indican que en los últimos años se ha visto como la capacidad hospitalaria para atender esta enfermedad ha quedado rebasada por la cantidad de pacientes que mensualmente están ingresando al tratamiento.
*Juan nombre ficticio para evitar inconvenientes a la hora de recibir terapia.
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