Infierno en el tapón del Darién: ‘Seis hombres armados nos violaron’

Infierno en el tapón del Darién: ‘Seis hombres armados nos violaron’
El año pasado cruzaron la selva 520,085 migrantes. Archivo


Las aterradoras historias de migrantes que cruzan el tapón de Darién continúan llenando de horror y asombro el día a día. En esta intrincada selva, cada relato supera al anterior en su grado de sorpresa y tragedia. Mientras tanto, en medio de la desesperación y el peligro, parece reinar la ley del más fuerte, exacerbada por la aparente inacción de las autoridades de Panamá y Colombia.

En medio de la desgarradora odisea migratoria a través de Darién, los relatos de sufrimiento como el de Yarisnadis Toscano resuenan con una fuerza devastadora. Con valentía, comparte la terrible experiencia de ser violada por seis hombres armados mientras se adentraba en la selva en busca de un futuro más seguro. La narrativa de pérdida y despojo es desgarradora: pasaportes, dinero, celulares y otras pertenencias fueron arrebatados en un acto de violencia despiadada.

“Nos violaron a las mujeres en la selva, allí no hay justicia. Pasamos por una trayectoria muy fea antes de llegar al pueblo llamado Bajo Chiquito”, dijo la mujer a La Prensa.

Como el caso de Toscano, hay cientos de otros que no se denuncian. La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha reportado más de 1,300 casos de violencia sexual entre abril de 2021 y enero de 2024, pero es posible que las cifras reales sean aún mayores. No obstante, entre enero de 2021 y diciembre de 2023, la Procuraduría General de Panamá informó a Human Rights Watch que solo había conocido sobre 285 víctimas de violencia sexual.

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Migrantes venezolanos suben una montaña con la intención de llegar a Panamá. EFE

A esto hay que agregar que decenas, si no cientos, de personas han perdido la vida o han desaparecido durante el cruce. Muchos no han sido encontrados. Aunque la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informa que 245 personas desaparecieron entre 2021 y marzo de 2023, es posible que la cifra real sea mucho mayor.

En un caso documentado por Human Rights Watch en octubre de 2022, una pareja venezolana emprendió el viaje junto con sus tres hijos a través de la selva del Darién. En medio de la ardua caminata, un desconocido se ofreció a llevar a su hijo de 6 años para acelerar el viaje. Pronto, el grupo les adelantó, dijo la pareja a Human Rights Watch.

Cuando los alcanzaron a la mañana siguiente, el hombre les dijo que su hijo se había ahogado al cruzar el río. Las autoridades tardaron ocho días en iniciar la búsqueda, e Interpol emitió una alerta por su desaparición más de un mes después. Hasta la fecha, el niño sigue desaparecido.

La fuerza pública en la mira

Las historias no se limitan a crímenes en la selva. También hay denuncias de migrantes que sufrieron acoso por parte de los agentes de la fuerza pública en las estaciones de recepción de migrantes.

Dayanara Montúfar (seudónimo), de 33 años, salió de su ciudad natal, Barranquilla, en Colombia, y una vez cruzó la peligrosa jungla, le tocó esperar varios días en la estación de migrantes de Lajas Blancas, en Darién, antes de que pudiera continuar su camino. Ella esperó allí casi dos semanas, pero vivió un constante acoso por parte de los agentes del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).

“Los guardias panameños tenían conversaciones hasta altas horas de la noche [con las mujeres migrantes], buscando sexo a cambio de ayuda para cargar los teléfonos o abrir un cupo en autobús”, dijo a Human Rights Watch.

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Migrantes cruzan varios ríos y quebradas. EFE

Por ejemplo, narró que un día, le dio su teléfono a un funcionario del Senafront que se había ofrecido a cargarlo. El agente regresó con el teléfono a las 11:00 p.m. y sugirió que debían “sentarse y hablar”, pero ella dijo que era tarde. Dayanara también refirió a Human Rights Watch la situación de una joven que estaba siendo acosada por dos oficiales. Uno venía a verla todas las noches y una noche durmió en su casa de madera.

En otro caso, Andrés Midreros (seudónimo), de 25 años, y su esposa, ambos profesores, salieron de Cuba sin documentos, según dijeron a Human Rights Watch. Ambos vivieron más de cuatro años en Sudamérica, incluyendo en Surinam, Brasil, Chile, Perú y Ecuador, antes de dirigirse hacia el norte y cruzar el Darién.

Después de cuatro o cinco días en Lajas Blancas, Andrés vio cómo un oficial del Senafront insultaba a un migrante haitiano e intervino para defenderlo. El funcionario ordenó al cubano que le siguiera hasta la oficina y, una vez dentro, lo amenazó con una barra de hierro, según dijo.

Cuando Andrés intentó huir, un grupo de unos 12 funcionarios lo regresaron a la oficina. Lo golpearon en la cara y el cuerpo y le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza para asfixiarlo, de acuerdo a su relato a Human Rights Watch. El cubano informó del incidente tanto a la Defensoría del Pueblo como al Servicio de Migración, pero Senafront señaló a Human Rights Watch que no habían recibido ninguna queja disciplinaria en contra de sus funcionarios.

Las denuncias

La Procuraduría General de la Nación informó a Human Rights Watch que había recibido 654 causas por delitos cometidos en la región del Darién entre enero de 2021 y diciembre de 2023; más de 1,700 víctimas habían sido afectadas. De ese total, había logrado 26 condenas.

Adicionalmente, la Procuraduría reportó que conocía alrededor de 1,100 víctimas de tráfico ilícito de migrantes a nivel nacional entre enero de 2021 y diciembre de 2023. En ese contexto, había imputado a 78 personas por este delito en 2021, 88 en 2022 y 24 en 2023.

Human Rights Watch dijo constatar que la Procuraduría no cuenta con una estrategia para investigar y procesar casos ocurridos en el tapón del Darién. Así lo describió en un informe: “No existe una priorización clara de los casos y hay pocos esfuerzos por investigar patrones recurrentes en los diversos casos o analizarlos de forma colectiva para identificar y tratar de desmantelar a los grupos delictivos que operan en la zona”.

La ONG con sede en Nueva York, Estados Unidos, dio a conocer que la cooperación entre los fiscales panameños y colombianos es “limitada”.

También hay obstáculos para obtener evidencia forense. El médico forense más cercano, encargado de realizar exámenes médicos y documentar los efectos físicos y psicológicos de las agresiones sexuales, se encuentra en La Palma, a unas dos horas en carro de Metetí.

Reunión Panamá-Colombia

La canciller de Panamá, Janaina Tewaney, sostuvo ayer viernes un encuentro con su homólogo colombiano, Luis Gilberto Murillo, en el que hablaron sobre seguridad y defensa, flujos migratorios e interconexión eléctrica, con miras a la celebración de los 100 años de relaciones entre ambos países.

Durante la reunión, Tewaney reconoció, sobre los informes que indican que ambos países no están haciendo lo suficiente en el tema migratorio en Darién, que hay aspectos que deben mejorar, pero que se trata de un reto de grandes proporciones.

“Nos gustaría que se reconociera el esfuerzo de ambos países... Estos organismos que elaboran estos informes deberían ayudarnos a solicitar mayor apoyo de la comunidad internacional”, apuntó.

Por su parte, Murillo señaló que el Darién no debe ser conocido únicamente por la tragedia, sino por su biodiversidad, y detalló que Colombia está trabajando en una propuesta para declarar el norte de esa zona como Reserva de la Biósfera.

“El desafío de la migración trasciende a nuestros dos países, es un desafío regional y global. Y no aceptamos que se diga que hemos abandonado a la población en el Darién porque no es así. Colombia y Panamá han hecho grandes esfuerzos”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia.



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