La comunidad científica que forma parte de la organización Ciencia en Panamá hizo un llamado al Gobierno Nacional, especialmente al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), para que reconsidere los presupuestos de las instituciones vinculadas a la ciencia y que fueron afectados por los recortes de las últimas semanas.
Para la organización que reúne a científicos de las ciencias naturales, sociales e ingenierías, debido a dichos recortes presupuestarios habrá repercusiones en todo el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, así como para el desarrollo del país.
En ese contexto, dos de las entidades científicas más perjudicadas en el tema presupuestario fueron la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges).
En el caso de Senacyt, solicitó $88 millones y se le recomendaron $46.6 millones, de los cuales $39.7 millones corresponden a inversión y $6.9 millones a funcionamiento. Mientras que el Icges pidió para el próximo año un presupuesto de $34.9 millones y el MEF le asignó $32.7 millones, de los cuales $16.7 millones serían para inversión y $16 millones para funcionamiento.
Para Eduardo Ortega, director de la Senacyt, la discusión del presupuesto sigue abierta y es optimista en que las autoridades del MEF escuchen su petición de mejorar el presupuesto para el año 2023.
“Este capítulo no está cerrado y espero la próxima semana nos brinden un mejor presupuesto. Nosotros presentamos una contrapropuesta de $55 millones, que nos permite hacer lo indispensable”, puntualizó.
Ortega remarcó que es “importante” invertir en ciencia y tecnología, porque han demostrado mejorar la calidad de vida de todas las sociedades, así como su riqueza.
“La ciencia y la tecnología se traducen en transformación digital, mejor agricultura, salud, transporte y logística. No hay segmento de la vida cotidiana donde la ciencia no tenga presencia”, puntualizó el científico.
Las consecuencias
De acuerdo con Ciencia en Panamá, el recorte presupuestario a la Senacyt, por ejemplo, obligará a reducir el número de nuevos proyectos en investigación y desarrollo, el equipamiento de laboratorios para el Centro Regional de Innovación en Vacunas y Biofármacos, los recursos de inversión del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat-AIP) y muchas otras inversiones en investigación.
Los especialistas también recordaron que el Gobierno Nacional asumió el compromiso de aumentar la inversión pública en investigación y desarrollo al 1% del Producto Interno Bruto (PIB); actualmente es de 0.13% del PIB.
Como parte de sus argumentos, la oenegé planteó que la ciencia es “indispensable” para conocer las ventajas comparativas de Panamá en la economía global y para generar las innovaciones que hagan cada vez más competitivas esas ventajas.
Además, usaron dos ejemplos puntuales para subrayar la importancia de la inversión en ciencia. Tal es el caso del año 2020, en el que murieron 172 personas por diarrea en Panamá. Consideran que todas estas muertes podrían evitarse si se mejora la calidad de agua trabajando juntos los técnicos gubernamentales, las comunidades organizadas y los investigadores científicos.
Lo otro es que en 2019 fue eliminado el uso de las bolsas plásticas de un solo uso en Panamá, lo cual disminuyó el impacto ambiental ocasionado por casi 60 millones de bolsas en el ecosistema, reforzó la imagen global de Panamá como país proactivo ante el cambio climático y creó nuevas oportunidades de colaboración y acceso a recursos. Esto fue logrado, según la oenegé, gracias a la colaboración entre ingenieros, científicos, empresarios y políticos con visión amplia.
Hospitales
Los principales hospitales de Panamá se vieron afectados por estos ajustes presupuestarios. El Ministerio de Salud (Minsa) presentó una vista presupuestaria para la vigencia fiscal 2023 de $3 mil 542.2 millones y le recomendaron $2 mil 564.1 millones.
La ministra de Salud (encargada), Ivette Berrío, señaló que hicieron una solicitud de reconsideración de al menos $428 millones más, ya que los ajustes perjudican el presupuesto de hospitales como el del Niño, el Oncológico y el Santo Tomás.
