En la Iglesia Católica, uno de los rituales realizados durante los Jueves Santos es el lavatorio de pies, que conmemora el gesto de humildad de Jesús lavando los pies de sus discípulos antes de la Última Cena.

Este Jueves Santo, en la ciudad de Panamá, la familia Baduka −proveniente de Nigeria, África, y que cruzó el Atlántico y la peligrosa selva de Darién huyendo de la violencia− fue recibida en la Catedral Basílica Santa María la Antigua. Allí, el monseñor José Domingo Ulloa Mendieta les lavó y besó los pies como gesto de solidaridad y servicio.
“Si la Eucaristía no nos motiva a ayudar al necesitado, al enfermo, al que huye de su patria, no estamos aprovechándola como se debe”, expresó Ulloa Mendieta.
#JuevesSanto
— Radio Hogar (@RadioHogar) March 29, 2024
La familia Baduka, que cruzó el Atlántico y la selva de Darién, huyendo de la violencia en Nigeria, África, fue recibida en la Catedral Basílica Santa María la Antigua, dónde el Arzobispo José Domingo Ulloa Mendieta les lavó y besó los pies.#migrantes pic.twitter.com/rRNBxJ781l
Antes, en este mismo Jueves Santo, el monseñor Ulloa Mendieta visitó el centro femenino de rehabilitación Cecilia Orillac de Chiari, donde celebró la Última Cena del Señor y también hizo el gesto del lavatorio de pies con las reclusas. El Miércoles Santo, realizó un acto similar en el centro penitenciario La Joya.
“Que este día en el que Jesús nos ha dado ejemplo, para que así también hagamos como Él ha hecho con nosotros, nos inspire a ser agentes de cambio y promotores de la dignidad de cada persona privada de libertad, independientemente de su origen, raza, religión o situación migratoria”, añadió.
Feligreses se reúnen en Casco Antiguo para conmemoración del Jueves Santo, donde se recuerda el lavatorio de los pies y la última cena de Jesucristo con los apóstoles. Video: Miguel Cavalli pic.twitter.com/OJXzvD7bms
— La Prensa Panamá (@prensacom) March 29, 2024
Recientemente, el papa Francisco instó a la Iglesia de Latinoamérica a trabajar para eliminar la indiferencia hacia los migrantes que atraviesan la selva del Darién en busca de una vida mejor. “En el Darién, con los hermanos y hermanas migrantes. Es allí donde nos esperan, en la orilla terrestre de un mar de lágrimas y muerte que une a hombres, mujeres y niños de diferentes partes del mundo”, escribió el Papa en su mensaje publicado por el Vaticano.
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