La migración irregular por la selva de Darién creció 76% en 2022

La migración irregular por la  selva de  Darién creció 76% en 2022
En las últimas semanas se ha notado un incremento de ecuatorianos ingresando por Darién. En noviembre pasado se registraron 6 mil 350, siendo la principal nacionalidad que se adentró por esta área selvática del país. Archivo


La selva de la muerte. Así le llaman a Darién los miles de migrantes que cruzan todos los años esa densa y riesgosa franja de selva, entre Panamá y Colombia. Incluso, algunos de ellos, una vez ingresan allí, no viven para contarlo.

Si bien desde 2010 vienen reportándose estadísticas sobre el flujo migratorio por esa zona del país, 2022 fue un año sin precedentes. Entre enero y noviembre de este año cruzaron la frontera de Darién 227 mil 987 caminantes, algo nunca antes visto en el país, según los reportes del Servicio Nacional de Migración.

Eso es cuatro veces la población que tiene la misma provincia de Darién, la cual es de 60 mil habitantes aproximadamente. A esto hay que agregar las dramáticas consecuencias de este incremento migratorio: al menos 30 muertes, menores de edad que llegaban a los albergues sin la compañía de sus padres, agresiones sexuales, robos y un sinnúmero de viajeros enfermos y exhaustos por la dura travesía.

El 2022 se caracterizó por una gran diáspora de venezolanos llegando a Darién, dinámica que se redujo en noviembre, luego de que Estados Unidos aplicara nuevas medidas migratorias restrictivas al ingreso a ese país. De hecho, entre enero y noviembre de este año cruzaron la selva 148 mil 953 venezolanos, lo que representa un 65.3% del total de los caminantes irregulares que arribaron a Panamá.

Uno de ellos fue Jorge Luis Colmenares, que en agosto cruzó la selva junto a su mascota, una perrita a la cual llamó Brenda. De momento, el joven, luego de recorrer varios países, ahora mismo se encuentra en Canadá, según él, “probando suerte”.

Como muchos, narra historias terroríficas sobre la selva de Darién. “A nadie le deseo que camine por la selva. A mí no me quedó otra opción ante la crisis que hay en Venezuela”, narra el joven, que dice haber visto a niños sin sus padres y cadáveres en su recorrido.

Este año, cuerpos de seguridad, como el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), han dado cuenta de la muerte de unos 30 migrantes, entre ellos, menores de edad, que pierden la vida por diversas causas, como enfermedades, inmersión o asaltos de bandidos con presencia en las peligrosas rutas.

En su caso, Colmenares llegó a Estados Unidos en septiembre, pero, debido a la “falta de oportunidades” y “problemas con la documentación”, comenta que este mes decidió emprender su marcha ahora con destino a Canadá.

“Espero que acá me vaya mejor”, indica el venezolano desde aquel frío país.

La tragedia

A diferencia de Colmenares, María perdió a su esposo mientras cruzaba uno de los caudalosos ríos de Darién. Junto a amigos realizaron una búsqueda por la zona, pero no logró encontrar el cuerpo de su cónyuge.

“Una parte de mí se quedó en esa maldita selva”, narró la mujer, quien ahora se encuentra en Venezuela. Dijo que optó por no seguir su viaje a Estados Unidos, luego que ese país estableciera nuevas medidas de restricción en el mes de octubre.

De acuerdo con el “Proyecto Migrantes Desaparecidos” de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el cual documenta casos de personas migrantes, Darién es uno de los puntos en las Américas que presenta un mayor subregistro de datos sobre personas migrantes fallecidas y desaparecidas, debido a los peligros de dicha ruta, en materia de topografía y otros riesgos, como la presencia de grupos criminales que cometen un sinnúmero de actos de violencia contra los migrantes. Además, la dificultad de acceso representa un reto para recolectar datos sobre estas fatalidades.

En ese contexto, 2021 fue el año con mayor número de fallecimientos de personas migrantes registrados en las Américas desde 2014, cuando se inició el Proyecto Migrantes Desaparecidos.

De enero a diciembre de 2021, en el continente se registraron mil 248 decesos y desapariciones de personas migrantes, de las cuales, 596 sucedieron en América del Norte, 324 en América Central, 180 en el Caribe y 148 en América del Sur.

Casos como el de María, generalmente, no son documentados porque ocurrieron en zonas donde las autoridades panameñas no tienen presencia y porque no encuentran los restos de las personas fallecidas.

Disminución

El paso de migrantes irregulares por la selva de Darién registró una significativa disminución en el mes de noviembre. Según datos publicados por las autoridades migratorias, el mes pasado se reportó el ingreso por la frontera de Darién de 16 mil 632 personas. Esto representó 43 mil 141 viajeros menos de los registrados, por ejemplo, en octubre.

Octubre de este año fue el mes con más viajeros, que llegaron a los puntos de recepción migratoria en Darién, en número de 59 mil 773.

No obstante, como se había proyectado por las autoridades, la cantidad de migrantes venezolanos descendió considerablemente: a 668 en noviembre, después de los 40 mil 593 que cruzaron durante octubre.

Ahora llama la atención que en las últimas semanas se ha notado un incremento de ecuatorianos ingresando por Darién. En noviembre se registraron 6 mil 350, siendo ahora la principal nacionalidad que se adentra por esta área selvática del país.

La directora de Migración, Samira Gozaine, informó que en los últimos días se ha registrado un promedio diario de 240 personas ingresando por la frontera.

La visita

La embajadora de Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte, visitó esta semana el área fronteriza de Darién para conocer de primera mano los retos en el manejo de la migración.

La diplomática recorrió la comunidad de acogida de Bajo Chiquito, así como el albergue de migrantes en San Vicente, Metetí, donde conversó con residentes de la comunidad indígena emberá, migrantes y personal de organizaciones internacionales que les atienden.

Su mensaje fue claro: “Las historias de los migrantes son desgarradoras. Este es un peligroso viaje que nadie debe emprender. Es indispensable atacar las situaciones que llevan a las personas a dejar sus países, y también crear mecanismos para garantizar una migración humana, segura y ordenada. En esto estamos trabajando con Panamá”.

Además, subrayó que el objetivo de su visita era “conversar” con todos los involucrados en el tema, desde organismos internacionales, hasta los cuerpos de seguridad que protegen el área.


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