Esta semana, el país fue testigo de un crimen de odio. El pasado miércoles 16 de agosto, circuló el video de un hombre iracundo golpeando salvamente a una mujer en plena calle, mientras gritaba insultos.
La víctima es Estrella, una mujer trans, de 27 años de edad, recién mudada a la capital, que hoy se debate entre la vida y muerte en la sala de cuidados intensivos del Hospital Santo Tomás, mientras sus familiares, amigos, defensores de derechos humanos y miembros de la comunidad LGTB+ exigen, una vez más, que las autoridades pongan un alto al creciente fenómeno de la violencia en el país.
Y es que día a día se difunden más hechos de violencia en las calles, ya que varios son grabados por ciudadanos con sus celulares o por las cámaras de vigilancia instaladas en sectores y provincias del país.
Por ejemplo, el viernes, el mismo día en que cientos de ciudadanos marchaban al Santo Tomás para hacer una vigilia y exigir justicia para Estrella, un tribunal en Chiriquí condenó a 30 años de cárcel a un exsacerdote por violación sexual agravada, exhibicionismo obsceno y actos libidinosos en perjuicio de un niño de 5 años de edad.
Estadísticas
En Panamá, los casos de violencia más comunes se dan contra el orden jurídico familiar y el estado civil, principalmente violencia doméstica.
En lo que va de 2023, el Ministerio Público ha registrado 13,910 casos de violencia doméstica. En cinco años, entre 2018 y 2022, los casos pasaron de 18,611 a 22,602. La cifra incluye casos contra menores de edad y contra adultos mayores.
Estos casos son los que se presentan ante el Ministerio Público. Ocurren muchos otros que no llegan a las esferas judiciales, especialmente aquellos que ocurren en el ámbito intrafamiliar.
La violencia también está acabando con la vida de miles de panameños. En los últimos cinco años, los casos pasaron de 439 en 2018 a 501 el año pasado. En los primeros seis meses de 2023, se han registrado 323 homicidios.
Miradas
Pero, ¿a qué se debe este fenómeno de la violencia?
De acuerdo a un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Estados no siempre tienen una definición clara de este problema, que es de salud pública. Además, recuerda el organismo, las normas cambian con el tiempo y no todo el mundo está de acuerdo en qué es un comportamiento aceptable o qué es lo que se puede considerar dañino.
Según la psicóloga líder de la iniciativa social Te Escucho Panamá, Vali Maduro, estamos en un mundo con altos niveles de estrés y de ansiedad en el que la gente tiene que aprender a manejar sus emociones a través de reflexión mental. Según Maduro, cuando alguien se encuentra afectado emocionalmente, la capacidad de reflexión y de pensar lógicamente disminuye, lo que se puede traducir muchas veces en violencia.
El ministro de Seguridad Pública, Juan Pino, ha insistido en reiteradas entrevistas que el fenómeno de la violencia, particularmente en lo relacionado a los homicidios y la percepción de inseguridad, está relacionado al narcotráfico.
“No hay inseguridad en el país, pero sí hay una problemática con bandas rivales que se pelean la droga. Como se han fracturado, la pelea es por el territorio y la venta de sustancias ilícitas”, dice. Insiste en que el 80% de los crímenes registrados en el país está relacionado con el tráfico de drogas.
La socióloga de la Universidad de Panamá, Briseida Barrantes, dice que la violencia en Panamá está relacionada con la estructura del poder dentro de la sociedad: existe “una visión patriarcal de dominio masculino”. Agrega que en la medida en que la sociedad avanza, se exige más seguridad y justicia para evitar discriminación y esto también crea contradicciones.
Señala que si bien las redes sociales pueden ayudar a visibilizar el problema sensibilizando a la población, también provocan mucha desinformación, promovida especialmente por grupos que se niegan a reconocer algunas realidades.
Recordó que las autoridades, que están obligadas a prevenir y frenar la violencia por Constitución y la ley, han ratificado diversos acuerdos contra la violencia. Por ejemplo, el 190 de 2019 de la Organización Internacional del Trabajo, que aborda el acoso en el mundo laboral como una forma de violencia. “La violencia es un triángulo vicioso. Puede ser visible o invisible, reflejada en la estructura social y también cultural”, añadió Barrantes.
¿Cómo se realiza una denuncia de violencia?
Para presentar una denuncia se debe acudir al Ministerio Público o al juez de paz de la localidad donde se haya cometido el delito. Se debe hacer por escrito y la denuncia tiene que contener la identificación de la persona que la presenta, la descripción detallada del hecho delictivo, el nombre del presunto autor o autores, y cualquier otra información que pueda ayudar en la investigación.
Hay que recordar que la denuncia es un acto personal, por lo que quien la presenta debe ser mayor de edad y estar en pleno uso de sus facultades mentales.
El Ministerio Público también mantiene disponibles para recibir denuncias las líneas telefónicas: 520-1047 y 520-1053