Cada vez que llueve fuerte en la ciudad capital, Wanda Díaz, la rueda de agua que atrapa los desechos sólidos flotantes en el río Juan Díaz, cerca del corredor sur, en el distrito de Panamá, deja en evidencia el grave problema que existe con el manejo de la basura desde los hogares y con la contaminación de los ríos.
Un mes después de su puesta en funcionamiento, el pasado 22 de septiembre, esta rueda de agua que trabaja en conjunto con la barrera flotante conocida como BoB, recoge botellas de plástico, pelotas, zapatos, foam, envases de desodorantes, juguetes de niños y neveras, entre otros materiales que flotan en el río.
Así lo informó la directora ejecutiva de la organización ambiental Marea Verde, Sandy Watemberg, quien precisó que con la lluvia fuerte del pasado 13 de octubre se recogieron 22 bolsas de botellas plásticas, cada una de 1.3 metros cúbicos, lo que representa un contenedor lleno de basura correspondiente a una semana.
Watemberg indicó que están conscientes de que para el éxito de este proyecto se requieren cambios profundos en la manera en que los panameños generan y disponen de los desechos plásticos, por lo que la organización ambiental adelanta un proyecto que busca sensibilizar a las comunidades sobre el manejo correcto de los desechos sólidos e incentivar una cultura de reciclaje en la población en general.
En ese sentido, la ambientalista subrayó que es necesario que las autoridades refuercen sus planes de educación ambiental en las escuelas, incluyendo programas de implementación de lo aprendido, ya que por lo general las organizaciones no gubernamentales son las que llevan adelante estos esfuerzos, con pocos recursos.
En Panamá, cada año se descargan al mar 102 mil 229 toneladas de basura, es decir, un promedio de 280 toneladas por día, de acuerdo con las estadísticas del más reciente informe publicado por el Programa de Naciones para el Medio Ambiente (2019).
Mientras, se calcula que el 40% de la basura que se produce a diario en la ciudad capital -unas 700 toneladas- va a parar a los océanos del país. La mayoría de esas toneladas corresponde a plástico, un elemento que tarda unos 400 años en degradarse.
El problema de la contaminación por plásticos en los ecosistemas marino-costeros en Panamá es complejo, manifestó el consultor ambiental Álvaro Quirós, quien destacó que las poblaciones de la ciudad de Panamá y sus periferias residen en las cuencas de siete ríos: Curundú, Matasnillo, Río Abajo, Matías Hernández, Juan Díaz, Tapia/Tocumen y Cabra. De estos, solo los tres últimos mantienen vivos sus ecosistemas ribereños. Lamentablemente, los demás son ríos enfermos, contaminados e intoxicados por la gran cantidad de residuos y desechos que son arrojados por las poblaciones en sus cuencas, explicó.
Los plantemientos de Quirós se dieron en el simposio Repensar el plástico: Hacia una gestión integral para la reducción de la contaminación del plástico, organizado esta semana por la Sociedad Audubon de Panamá y National Audubon, en colaboración con otras organizaciones.
Además, el informe De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos, publicado en 2021 por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), señala que el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y sus volúmenes se triplicarán para 2040, con consecuencias irreversibles para la salud, la economía, la biodiversidad y el clima.
En Panamá, el manejo de los residuos sólidos está enfocado en su recolección y disposición, en lugar de la reducción, reutilización, reciclaje o aprovechamiento energético y compostaje.
De hecho, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD) informó que se encuentra trabajando en la reglamentación de la Ley 276 de 2021, que regula la gestión integral de los residuos en el país.
La nueva normativa establece que el Ministerio de Educación debe crear un programa de educación para la gestión de residuos, el cual será impartido en todos los niveles de enseñanza.