Homofobia y misoginia: las razones por las que renunciaron cinco directivos de la Fundación Democracia y Libertad

Cuatro de los cinco miembros que renunciaron a la junta directiva de la Fundación Democracia y Libertad, entidad que administra el Museo de la Libertad y los Derechos Humanos, coincidieron que la posición de la mayoría de sus integrantes no respeta ni comprende los principios básicos de derechos humanos de todas las personas, sin distinción de género u orientación sexual.

Betty Brannan Jaén de Berger, Daniel Pichel, Alonso Illueca, Nelva Marissa Araúz Reyes y Ricardo González de Mena dejaron sus cargos el miércoles 23 de junio. Los cinco, además, formaban el comité de contenido del museo.

En principio, el grupo divulgó un comunicado conjunto para anunciar que su renuncia obedecía a desacuerdos con decisiones adoptadas por la mayoría de la junta directiva, con posterioridad al 4 de junio pasado, día en que se llevó a cabo un evento de la comunidad LGBTIQ+. Ahora, cuatro de ellos divulgaron las cartas de renuncia que remitieron al presidente de la fundación Raúl A. Morales R., aportando más información y explicaciones a semejante decisión.

Betty Brannan Jaén es fundadora y donante del museo. Reconoce que las disputas a lo interno de la junta directiva por el reconocimiento a los derechos de la comunidad LGBTIQ+ fueron la razón por la que, en 2019, renunció como presidenta. Aunque fueron momentos difíciles, luego se ilusionó con la incorporación de Alonso Illueca (octubre de 2020) y Nelva Marissa Araúz Reyes (abril de 2021), ambos abogados especialistas en derechos humanos, lo que -pensaba- permitiría a la junta directiva manejar los temas “con más altura, comprensión y modernismo”. En eso se equivocó.

“La posición mayoritaria en esta junta directiva sigue siendo una que ni respeta ni comprende principios básicos de derechos humanos, y que –es más—no respeta a quienes sí estamos comprometidos con esos principios. Así es que en las últimas semanas, los integrantes de la mayoría en la junta directiva han dicho cosas profundamente irrespetuosas e insultantes y hasta tomaron una decisión secreta para sorpresivamente imponerla como fait accompli. Cuando esta última etapa de insultos, mala fe y juego sucio se suman a la homofobia y a la misoginia ya evidente desde algún tiempo, me queda claro que no puedo seguir en esta directiva”, señala Brannan Jaén en su nota a Morales.

Con posterioridad a la celebración del movimiento LGBTIQ+, la mayoría de la junta directiva autorizó la celebración de un evento de un movimiento “pro familia”, encabezado por Juan Francisco de la Guardia, quien públicamente rechaza la unión y el reconocimiento de derechos civiles en parejas de un mismo sexo.

En su carta de renuncia, Illueca relata que las posturas asumidas por un número plural de la directiva se aparta de su visión y entendimiento de lo que debe ser un museo de derechos humanos, “en donde no debe existir espacio alguno para la discriminación, la homofobia y misoginia”.

Las acusaciones de homofobia y mosoginia también son recogidos por Nelva Araúz Reyes, en su nota de renuncia. Señala que se han dado una serie de situaciones a lo interno de la junta directiva, que evidencian una “clara oposición de parte importante de ella, a un actuar inclusivo y congruente con lo que declara ser o al menos aspirar a ser la misión, valores y visión del museo”.

“Se han proferido descalificativos y realizado actos que han violentado principios como el respeto, la probidad y la buena fe de integrantes de la junta directiva, entre las que me incluyo, en aras de lograr una posición mayoritaria, que facilite limitar el avance de una visión progresista, inclusiva y acorde con lo que propugna ser la organización. En esta dinámica varios descalificativos han tenido fuertes tintes misóginos y homofóbicos”, agregó.

Por su lado, Daniel Pichel -también fundador y donante del museo- consideró que uno de los elementos claves para que funcione armónicamente cualquier junta directiva, especialmente al tratar temas sensibles, propios de una institución de derechos humanos, “tiene que ser la absoluta confianza en la palabra y buena fe entre todos sus miembros, lo cual me parece evidente, ya no existe”.

La junta directiva la completan Raúl A. Morales R. (que la preside actualmente), Mahesh Khemlani, Roberto Eisenmann III, Ignacio Mallol Tamayo, Pedro Fábrega y Moisés Cohen.

El jueves, la Fundación Democracia y Libertad emitió un comunicado, en el que reitera su compromiso con la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la promoción del derecho a la inclusión y a la protección contra la discriminación.

José González Pinilla

Editor