La pandemia fue un punto de inflexión para el país, ya que sacó a la luz las deficiencias y la necesidad de invertir en la transformación del sistema nacional de salud, con el fin de cerrar las brechas de acceso a los servicios sanitarios que tiene la población.
Así fue descrito el escenario sanitario del país en el foro “Panamá como centro de innovación en salud: oportunidades para el desarrollo sostenible y económico” organizado recientemente por la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, donde un grupo de expertos en salud brindaron un diagnóstico de las condiciones del sistema sanitario.
En la presentación central del evento, Jorge Luis Prosperi, especialista en salud pública y miembro del Consejo Consultivo de Salud, dejó claro que en el sistema sanitario existen al menos siete deficiencias en las que las autoridades tienen que trabajar, así como fortalezas que deben ser aprovechadas para generar el cambio esperado hacia la innovación.
Las siete deficiencias mencionadas son: la frágil capacidad de rectoría del Ministerio de Salud (Minsa), la segmentación y fragmentación del sistema de salud, el modelo de atención enfocado en la enfermedad, calidad y calidez de la atención, las deficiencias en la infraestructura, equipos e insumos y medicamentos, desabastecimiento de insumos y medicamentos, así como la deficiente capacidad gerencial, y en ocasiones técnica, en todos los establecimientos del sistema de salud.
Prosperi detalló que el sistema de salud panameño tiene un enfoque de curar enfermedades, por lo que uno de los principales desafíos debe ser redirigir las acciones hacia la prevención y diagnóstico temprano.
Remarcó que otro reto que tiene el país es la digitalización de los expedientes médicos, los cuales permitirían recopilar, actualizar y analizar los datos de pacientes, y con ello lograr la toma de decisiones informadas, la priorización y la definición de políticas sanitarias basadas en la realidad.
Presupuesto: Fortaleza
Entre las fortalezas se mencionó como principal que el país cuenta con los recursos económicos para mejorar el sistema de salud, pues —por ejemplo— para este año se dispuso un presupuesto de $9,112,862,733 entre el Minsa y la Caja de Seguro Social (CSS), de los cuales $2,532,140,770 son para el Minsa y $6,580,721,963 para la CSS (ver gráfica).
El monto representa el 36% del presupuesto general del Estado para la vigencia fiscal 2022 y cercano al 8% del Producto Interno Bruto (PIB). Antes de la pandemia, Panamá invertía 4.5% de su PIB en salud, dos años después es casi el doble.
A juicio de Prosperi, este dinero administrado de forma eficiente, es más que suficiente para comenzar la innovación que necesita el sistema de salud.
Sin embargo, el director general de la CSS, Enrique Lau Cortés, señaló que en el caso de la institución que dirige, la mayoría de los recursos están destinados para el fondo de invalidez, vejez y muerte.
En ese sentido, en Gaceta Oficial se indica que del presupuesto que tiene la CSS para la vigencia fiscal 2022 $2,431,944,200 son para el fondo de invalidez, vejez y muerte, es decir, 37%.
Lau Cortés reconoció que la ruta para maximizar el uso de los recursos disponibles es la innovación, y que este es un trabajo de todos los sectores del país.
Subrayó que la Ciudad de la Salud es un ejemplo de lo que está realizando el país en miras al futuro, ya que en estas instalaciones se crearán centros de investigación e innovación en salud para la implementación de nuevas tecnologías y análisis de datos.
El secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Eduardo Ortega Barría, sostuvo que se debe definir qué se quiere en salud, porque el país se está transformando muy rápidamente, y también se debe preparar el recurso humano para enfrentar los nuevos retos.
“Es importante definir la estrategia y no confundirla con la táctica. El problema es que nuestra táctica ha sido resolver la enfermedad, pero no hemos definido la estrategia de que es lo que queremos realmente en salud”, dijo.
Ortega Barría agregó que una reestructuración del sistema público de salud debe ir de la mano con el privado, que no se puede caminar de manera separada, porque sino pasarán los años y no se darán avances en el tema.
Sobre el tema, Pedro Contreras, técnico del departamento de instalaciones y servicios del Minsa, planteó que el mayor reto que se tiene es cambiar el modelo de atención, el cual es un tema que se viene hablando desde hace muchos años. Sin embargo, dijo que no se ha dicho cómo se logrará ese cambio en el sistema de salud.
El funcionario manifestó que la pandemia de la enfermedad Covid-19 dejó en evidencia las falencias y que se debe crear un sistema de salud más resiliente y sostenible con el tiempo.