Las tres asignaturas en que más fracasaron los estudiantes

Las tres asignaturas en que más fracasaron los estudiantes


En medio de la crisis educativa y el paro de los docentes surge el balance del primer trimestre escolar del año 2022, que deja aún peor parada a la educación, ya que los estudiantes en escuelas oficiales del país presentan deficiencias en matemática, español e inglés.

Así lo muestran datos recabados a través del Sistema de Administración de Centros Educativos (Siace) del Ministerio de Educación (Meduca), los cuales precisan que, en total, 147 mil 669 estudiantes no alcanzaron la calificación mínima de 3.0 en dichas asignaturas.

El mayor número de fracasos se registró en matemática, asignatura en la que 67 mil 357 alumnos obtuvieron un promedio de entre 1.0 y 2.9 durante el primer trimestre. Otros 24 mil 255 estudiantes ni siquiera tienen nota de matemática en sus boletines (ver tabla adjunto).

El informe, al que tuvo acceso este diario, muestra que las tres regiones educativas donde se registraron más fracasos en matemática son: comarca Ngäbe Buglé (11 mil 974 alumnos), Panamá centro (9 mil 291) y Panamá Oeste (7 mil 371).

La matemática es el talón de Aquiles de los estudiantes y así consta en el Estudio Regional Comparativo y Explicativo, ERCE 2019, realizado por la Organización Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas inglés) antes de la pandemia. En dicha medición, los estudiantes de tercer y cuarto grado obtuvieron un promedio de 654 puntos en matemática, un resultado inferior a la media regional de 698. En sexto grado, Panamá tuvo puntaje de 645, inferior a los 698 puntos del promedio regional.

Las otras dos materias

La segunda asignatura en la que los estudiantes del país también fracasan es español. En total, 48 mil 192 alumnos obtuvieron una calificación inferior a 2.9 y unos 23 mil 678 no tienen nota en sus boletines en esa asignatura.

De nuevo, las tres regiones donde los alumnos tienen mayor deficiencia son la comarca Ngäbe Buglé (10 mil 417 estudiantes), Panamá centro (6 mil 218) y Panamá Oeste (4 mil 930).

Estas calificaciones no son una sorpresa, porque en las evaluaciones realizadas durante las primeras semanas de clases se observó que en los terceros grados muchos niños todavía no saben leer ni escribir y que en el caso de los cuartos y quintos grados presentan una baja comprensión lectora.

La tercera materia que llama la atención por la cantidad de fracasos es inglés, en la que 32 mil 120 alumnos registraron una calificación menor a 2.9 y 31 mil 459 aparecen sin nota en el Siace.

Las estadísticas arrojan las deficiencias de los estudiantes que, al concluir el primer trimestre escolar, no asimilaron los conocimientos necesarios en las tres materias mencionadas.

Inequidad educativa

A juicio del especialista en educación y excoordinador del Consejo Permanente Multisectorial para la Implementación del Compromiso Nacional por la Educación (Copeme) Antonio Castillo, las deficiencias en el aprendizajes en materias como matemática, español e inglés es creciente, de primaria a premedia y media, y se agrava en áreas como la comarca Ngäbe Buglé, Bocas del Toro, entre otras regiones vulnerables, lo que demuestra que la inequidad educativa se fortalece con las desigualdades socioeconómicas y que no es una situación coyuntural de pandemia o de protestas, sino un problema estructural del Estado.

Sostuvo que visiblemente la actual crisis impacta el sistema educativo cuando cientos de estudiantes de diversos grupos de edades están en peligro de abandonar la escuela, y muchos de ellos se podrían ver forzados a trabajar en condiciones desfavorables.

Además, indicó que de forma silenciosa la desnutrición y el hambre golpean a alumnos de primera infancia y de otros grupos etarios que, aunque permanecen en el sistema, carecen de la energía, nutrición y salud necesarias para aprender.

Este escenario demuestra que la inequidad educativa tiene una raíz económica y su impacto por la perdida de aprendizajes, destrezas y habilidades para la vida y el emprendimiento tiene un costo sociocultural y económico invaluable, acotó.

Por su parte, el dirigente magisterial y representante de los educadores ante el Copeme, Humberto Montero, remarcó que el sector gremial siempre manifestó la necesidad del retorno a la presencialidad, porque la virtualidad no puede reemplazar al docente en el proceso de acompañamiento.

Añadió que las clases virtuales fueron una estrategia que llevó adelante el Meduca para que los estudiantes no perdieran el año escolar, sin embargo, había lineamientos que los padres de familia debían seguir, pero no se siguieron y los padres les hacían las tareas a sus hijos.

“El fracaso de los estudiantes no es solo responsabilidad de los docentes; también es del estudiante, de los padres de familia y del Meduca. Cada uno tiene 25% de responsabilidad en este tema”, enfatizó.

Adjuntos

Primer Trimestre 2022.pdf


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