El proyecto de la línea de transmisión eléctrica Sabanitas-Panamá III, entre Panamá y Colón, recorrerá parte de los terrenos del Parque Nacional Soberanía y del Parque Nacional Camino de Cruces.
Así consta en el estudio de impacto ambiental categoría III, el cual fue presentado este mes al Ministerio de Ambiente para su respectiva evaluación. El proyecto tiene como promotor a la Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (Etesa).
Según el documento, la línea de transmisión, con una extensión de 46 kilómetros, es necesaria para aumentar la capacidad de transmisión desde la provincia de Colón hacia la ciudad de Panamá y para poder transmitir de manera confiable, eficiente y segura la generación de las nuevas centrales termoeléctricas, cumpliendo con todas las normativas vigentes.
Su costo es $88.6 millones y consiste en la construcción de una línea de transmisión con doble circuito y dos conductores por fase, la cual tendrá una capacidad de transmisión de potencia aproximada de mil megavoltamperio (MVA) por circuito. La línea tendrá 168 estructuras a lo largo de la autopista Panamá – Colón.
En los extremos de la línea de transmisión se construirán dos subestaciones, una en Sabanitas, provincia de Colón, denominada subestación Sabanitas; y otra en Mocambo, provincia de Panamá, denominada subestación Panamá III.
De hecho, el proyecto abarca los distritos de Colón y Panamá, en las provincias del mismo nombre, e involucra siete corregimientos en la provincia de Colón (Sabanitas, Cristóbal, Nueva Providencia, Limón, Buena Vista, San Juan y Santa Rosa) y dos corregimientos en la provincia de Panamá (Chilibre y Ancón).
Áreas protegidas
Si bien el 70% de los 46 kilómetros de la línea de transmisión recorrerá la servidumbre de la autopista Panamá-Colón, la cual ya está intervenida, el 30% restante pasará por el Parque Nacional Soberanía y el Parque Nacional Camino de Cruces.
Cuando una obra o proyecto se desarrolla en área protegida, su promotor deberá solicitar a la Dirección de Áreas Protegidas y Vida Silvestre del Ministerio de Ambiente una aprobación de viabilidad, como lo establece el artículo 26 del Decreto Ejecutivo 123 del 14 de agosto de 2009, que reglamenta la Ley de Ambiente.
Dicha viabilidad ambiental fue aprobada por el Ministerio de Ambiente el año pasado, luego de una solicitud realizada por Etesa. No obstante, esta obra también requirió el aval de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), ya que la línea recorrerá parcialmente terrenos de la cuenca del río Chagres.
Fue así como la ACP emitió una nota el pasado 31 de agosto de 2021, en la que aprobó la ejecución del proyecto eléctrico.
En el escrito, la ACP le indicó a Carlos Mosquera Castillo, gerente de Etesa, que debía solicitar a través de la Oficina de Asuntos Corporativos de la ACP el permiso de compatibilidad con la operación del Canal.
Adicionalmente, la ACP le dejó un mensaje claro a las autoridades de Etesa: “se advierte que la presente aprobación no constituye un pronunciamiento de la ACP sobre la conveniencia del proyecto u obra, o una autorización de proceder con los trabajos a los que se refiere la solicitud; se limita únicamente a expresar que, a juicio de la ACP, las actividades propuestas no afectarán la calidad y cantidad del recurso hídrico de la Cuenca Hidrográfica del Canal”.
Entre las acciones que según la ACP debe cumplir el promotor antes de arrancar con la obra, están: presentar el estudio ambiental, solicitar un permiso de compatibilidad, implementar medidas de control de erosión durante la construcción del proyecto para evitar la sedimentación de los cuerpos de agua y permitir a los técnicos de la ACP el acceso al proyecto, con el objeto de hacer las verificaciones y fiscalizaciones de la protección del recurso hídrico.
En lo que respecta al permiso de compatibilidad, el gerente de Etesa envió una nota el pasado 7 de febrero de 2022 solicitando a Ricaurte Vásquez, administrador de la ACP, dicho aval.
Mitigación
De acuerdo con el estudio ambiental suministrado por Etesa, para la ejecución de esta obra se contempla la “minimización de afectaciones”, en especial en las áreas protegidas, por lo que se tiene establecido realizar la tala y poda únicamente de aquellos árboles con una altura mayor a 20 pulgadas en relación con el terreno, dentro del área de la servidumbre requerida para la línea, siempre y cuando el crecimiento de los mismos pueda interferir con el funcionamiento de la línea.
Mientras que los árboles que están a orillas de ríos, quebradas, lagos o algunas cerca de potreros no serán cortados completamente, para protegerlos.
“Adicionalmente, se considerarán todas las posibilidades técnicas y estructurales para mantener el alineamiento del proyecto dentro de la servidumbre existente de la autopista Panamá-Colón, y de esta manera reducir la afectación a áreas de vegetación significativa o edificaciones existentes”, dice el documento que está siendo evaluado por el Ministerio de Ambiente.
Las zonas donde el proyecto tiene la mayor parte del trazado corresponden en su mayoría a comunidades que han surgido en las periferias de las ciudades, tanto de la provincia de Colón (Río Rita, El Giral, Nuevo San Juan) como de la provincia de Panamá (Kuna Nega, Valle de San Francisco, Mocambo).
Este proyecto fue adjudicado a la empresa española Elecnor y se estima que los trabajos finalicen en 2024.