El 10 de marzo comenzó el año escolar 2025 en Panamá, con el urgente desafío de recuperar el aprendizaje perdido debido a la pandemia de covid-19. Durante dos años consecutivos, las clases fueron a distancia debido a la emergencia sanitaria, y los paros docentes siguientes también marcaron ese periodo de rezago significativo en el proceso educativo.
Sin embargo, este año, el panorama no parece ser muy diferente. A tan solo un mes del inicio de clases, los gremios magisteriales han convocado dos paros: uno de 24 horas y otro de 48 horas. Además, el 23 de abril está previsto un paro indefinido en rechazo a la reforma de la Caja de Seguro Social (CSS), lo que agrava aún más la situación.
La ministra de Educación, Lucy Molinar, cuestionó el lunes 7 de abril a los dirigentes de gremios magisteriales que han convocado una nueva huelga después de Semana Santa.
Molinar destacó que la situación actual, marcada por las huelgas, está afectando el proceso educativo de los estudiantes. “Nuestros estudiantes no pueden ser rehenes de la decisión de un grupo de personas. No podemos tener a los estudiantes secuestrados, impidiéndoles el derecho a tener las herramientas para construir su futuro”, afirmó.
La ministra también señaló que los gremios magisteriales mantienen una agenda que abarca diversos temas, como la soberanía, el embalse y Donald Trump, entre otros. “Si esa va a ser la tónica durante todo el año, es mejor que se hagan a un lado y se dediquen a la política”, expresó, sugiriendo que las huelgas continúan siendo un obstáculo para avanzar con los planes educativos en el país.
Asimismo, Molinar indicó que hay miles de docentes desempleados, alrededor de 10,000, dispuestos a trabajar, mientras que otros optan por mantener una agenda “política”. “Lo mejor sería que se dediquen a la política y pongamos a gente a la que de verdad le importe la educación de nuestros niños”, agregó.
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Las constantes interrupciones en el calendario escolar no hacen más que retrasar la recuperación de los contenidos y el aprendizaje que los estudiantes necesitan. Las huelgas, aunque es un derecho. afectan directamente a los niños y jóvenes, que ya enfrentan los efectos de años de clases a distancia y ajustes en los planes de estudio.
En este contexto, Humberto Montero, vocero del Frente Nacional de Educadores Independientes (Frenei), aseguró que la calidad de la educación en Panamá sigue siendo una de las principales preocupaciones del sector docente.
Montero subrayó que el Ministerio de Educación (Meduca) es el principal responsable de las deficiencias que aquejan al sistema educativo. A pesar de las reiteradas solicitudes de los educadores para revisar y actualizar el currículo educativo, el Meduca no ha hecho esfuerzos significativos en este sentido.

“Es fundamental que cada cuatro años se revise el plan curricular para mantenerlo actualizado con las necesidades del siglo XXI, pero en las últimas administraciones no se ha hecho absolutamente nada. Esto ha generado un desfase en la educación de los estudiantes”, señaló Montero. Según él, este desfase es uno de los mayores obstáculos que enfrentan los estudiantes, quienes no cuentan con un currículo adecuado que los prepare para los retos actuales del mundo académico y laboral.
Desafíos para el acceso a la universidad
El diagnóstico sobre la calidad educativa se hace aún más evidente cuando se observan los resultados de los jóvenes que intentan ingresar a carreras universitarias. Un claro ejemplo de esta brecha es la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, donde solo 26 estudiantes lograron acceder a uno de los 200 cupos disponibles este año. Este dato refleja las carencias y deficiencias del sistema educativo público, que dificultan el acceso a la educación superior de aquellos estudiantes que no cuentan con el respaldo de una formación sólida.
#CámaraOpina "Mientras algunos grupos hacen llamados nuevamente a interrumpir el calendario escolar por motivos ajenos a emergencias reales, volvemos a preguntarnos: ¿hasta cuándo vamos a seguir jugando con el futuro de nuestros jóvenes?" @juanariaspty https://t.co/8Hm3g99bqD
— Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura (@CCIYAP) April 6, 2025
La falta de preparación también se refleja en las evaluaciones internacionales que miden las competencias de los estudiantes panameños. En la última evaluación PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), organizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Panamá ocupó el puesto 74 de 81 países evaluados, incluyendo 14 de América Latina y el Caribe. La prueba, realizada entre julio y agosto de 2022, evaluó las competencias en lectura, matemáticas y ciencias de 5,308 estudiantes de 15 años, provenientes de 243 escuelas de todo el país.
Los resultados de la prueba PISA 2022, presentados en diciembre de 2023, pintaron un panorama preocupante para el sistema educativo panameño. Aunque los docentes han hecho esfuerzos por cumplir con los planes de estudio y cubrir los contenidos programados, los resultados siguen mostrando que aún queda mucho trabajo por hacer para mejorar la calidad educativa.
En la evaluación de 2018, Panamá ocupó el puesto 71 de 77 países, y en 2022, aunque participaron menos países, la situación seguía siendo alarmante. Estos resultados reflejan que el sistema educativo panameño sigue rezagado en comparación con otros países de la OCDE, y que los estudiantes no están logrando los niveles de competencia requeridos en áreas esenciales como las ciencias, las matemáticas y la lectura.
Este año, Panamá no participará en la prueba PISA, y en su lugar, el Meduca ha optado por formar parte del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La ERCE se enfoca en estudiantes de tercer y sexto grado de educación primaria y se lleva a cabo cada cinco años en países de América Latina y el Caribe. Su objetivo es medir los aprendizajes en lengua, matemáticas y ciencias, y contextualizar los resultados dentro del marco educativo de cada país, lo que permitirá obtener una visión más específica de los logros y desafíos en la educación primaria.
Según Montero, uno de los primeros pasos para mejorar la calidad educativa sería revisar y actualizar el currículo, una tarea que no se ha llevado a cabo en muchos años. El gremio docente también aboga por mayores recursos en las escuelas, especialmente en las áreas vocacionales y científicas, donde los estudiantes carecen de las herramientas necesarias para su formación práctica.
“Es urgente que el Meduca se ponga al día con las necesidades de los estudiantes. Necesitamos una educación de calidad que no solo se base en cumplir con los planes de estudio, sino en formar a los estudiantes con las habilidades que realmente necesitan para el futuro”, destacó Montero.
En resumen, la educación en Panamá sigue siendo un tema crucial en la agenda nacional. Con paros docentes, un currículo desactualizado y resultados insatisfactorios en pruebas internacionales, es evidente que el sistema educativo necesita una revisión profunda y urgente.


