Más de 5 mil niños han atravesado en 2022 la inhóspita selva panameña de Darién, el doble de menores que cruzaron esta peligrosa ruta hacia Estados Unidos en el mismo período del año anterior, alertó Unicef.
“Estamos en medio de la temporada de lluvias en este momento y nuestros equipos en el campo están viendo un aumento masivo de niños que ponen en riesgo sus vidas y cruzan la selva a pie en las peores condiciones climáticas”, advirtió Jean Gough, directora de Unicef para América Latina y el Caribe.
“Cada vez más niños y niñas” se ven “obligados a huir de sus hogares como única opción viable para sobrevivir”, añadió Gough en un comunicado.
Según Unicef, desde el 1 de enero hasta el 31 de mayo más de 5 mil menores cruzaron el Darién, el doble que en el mismo período de 2021. Además, en mayo de 2022 atravesaron la jungla 2 mil niños, cuatro veces más que en mayo de 2021.
Unicef también destacó que casi 170 niños no estaban acompañados o habían sido separados de sus familias. Algunos tampoco tenían identidad ni registro de nacimiento.
“Lo que vemos es que hay un aumento significativo” de menores por la selva pese a que “hay muchos riesgos”, afirmó a la AFP Laurent Duvillier, jefe regional de comunicación de Unicef.
“Los niños llegan en condiciones muy precarias y necesitan atención médica por problemas de deshidratación, infecciones en la piel, traumas por lo que han visto, como acoso sexual, extorsión o gente que se murió en el camino”,
El Tapón del Darién, de 5 mil kilómetros cuadrados de selva tropical en la frontera entre Panamá y Colombia, se ha convertido en un corredor para la migración irregular que, desde Sudamérica, trata de cruzar América Central hacia Estados Unidos.
En esta ruta no hay carreteras y los migrantes deben enfrentar ríos caudalosos, animales salvajes y grupos criminales.