En 2024, aún sin haber concluido el año, se reporta un promedio de 372 actos de vandalismo en los buses. Esto equivale a más de un acto vandálico por día. La cifra pone de manifiesto la urgencia de implementar medidas para proteger los bienes públicos y garantizar la seguridad tanto de los pasajeros como de los trabajadores del sistema de transporte público.
Solo entre el 21 y el 22 de diciembre se registraron cinco actos vandálicos que dejaron cinco unidades fuera de operación, un operador herido y afectaron directamente a miles de usuarios del sistema, informó Transporte Masivo de Panamá, S.A. (TMP), administradora de Mi Bus.
Entre los incidentes destacados se encuentra el de la unidad 2151, perteneciente al Centro de Operación y Ejecución (COE) La Cabima, vandalizada mientras transitaba por la Autopista Panamá-Colón, a la altura de Kuna Nega, mientras prestaba servicio en la ruta Chilibre. Asimismo, en Ojo de Agua, las unidades 1005 y 219 fueron atacadas por personas en situación de calle. La unidad 1005 recibió una pedrada cerca del Domo de la Universidad de Panamá, mientras que la 219 fue agredida con piedras en Plaza Edison, dejando al operador herido y trasladado a un centro médico para recibir atención.
Otras unidades, como los buses 994 y 1235, del COE El Chorrillo, sufrieron daños en la zona paga de la 5 de Mayo, donde rompieron puertas y ventanas.
Jaime Ruiz, director de Seguridad de Mi Bus, explicó que estos casos son reportados al Centro de Control de Mi Bus, desde donde se informa a la Policía Nacional. Además, el Departamento Legal de la empresa interpone las denuncias ante la Fiscalía Anticorrupción, dado que los buses son bienes del Estado.
Hasta el momento, los mayores casos de vandalismo se han registrado en áreas como El Chorrillo, Chilibre, la ruta del Corredor Norte y la Autopista Panamá-Colón, específicamente a la altura de Kuna Nega.
Ruiz señaló que, además del proceso legal correspondiente, Mi Bus enfrenta el desafío operativo de retirar las unidades vandalizadas para su reparación. Este proceso puede tardar entre tres y cinco días por vehículo, lo que reduce la disponibilidad de buses para atender a los usuarios.
“Estos actos no solo afectan a la empresa, sino también a todos los usuarios que utilizan el sistema de transporte público, porque alteran la programación de tiempos prevista”, indicó Ruiz.
La complejidad de las reparaciones depende del daño. Por ejemplo, un retrovisor puede sustituirse en un día, pero la reparación de vidrios panorámicos o laterales puede tomar varios días, sin contar los costos asociados, que no fueron divulgados en esta ocasión.
Ruiz también destacó que los recientes actos vandálicos han sido provocados, principalmente, por personas en situación de calle, quienes, al intentar ingresar a las unidades y no lograrlo, las atacan con piedras u otros objetos contundentes.
Mi Bus ha rechazado estos actos vandálicos y hace un llamado a la ciudadanía para que tome conciencia sobre la importancia de preservar la integridad de los buses y de su personal, quienes trabajan diariamente para brindar un servicio eficiente.