La falsificación, el contrabando y la creación de laboratorios clandestinos para la fabricación de medicinas se ha vuelto un problema de salud pública creciente en todo el país.
Datos suministrados por la Dirección de Farmacia y Drogas del Ministerio de Salud precisan que, entre 2021 y 2022, se han llevado a cabo 58 operativos e investigaciones relacionados con este tema, en los que se han incautado miles de unidades de cerca de 518 productos, que van desde insumos médicos y artículos dermatológicos hasta fármacos como ibuprofeno y ampicilina.
La directora de Farmacia y Drogas, Elvia Lau, subrayó que ante la creciente amenaza conformaron una unidad compuesta por siete entidades, para atender estos delitos. Sospechan que hay crimen organizado detrás de la falsificación de fármacos.
Falsos fármacos, una cura peor que la enfermedad
La falsificación y contrabando de medicamentos tiene en alerta a estamentos de seguridad como la Policía Nacional o el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), así como a la entidad responsable de regular el tema de los fármacos en el país, es decir, al Ministerio de Salud (Minsa).
No se trata de un problema nuevo, pero sí les llama la atención que se viene reportando con mayor frecuencia y comienzan a detectar la aparición de locales y laboratorios que se dedican a la fabricación de productos farmacéuticos, sin ningún tipo de permiso sanitario.
Por ejemplo, en enero pasado, unas 16 mil 450 unidades de medicamentos de presunto contrabando y falsificación fueron retenidos por inspectores de la Dirección de Prevención y Fiscalización de la Autoridad Nacional de Aduanas, dentro de una bodega ubicada cerca de Condado del Rey.
La entidad informó que la mayoría de los medicamentos ubicados no estaban conservados en sus envases originales, incluso se detectaron sobres para empacarlos. Además, los propietarios del lugar no pudieron presentar documentación que garantizara su legalidad y, ante esa irregularidad, se procedió a retener y también contactar al equipo de Farmacia y Drogas del Minsa. Aquella vez se encontraron tabletas de ibuprofeno, ampicilina, amoxicilina y diclofenaco.
Otros casos
Personal del Minsa y del Ministerio Público realizó, el pasado 18 de febrero, diligencias de inspección y allanamiento en locales naturistas de Juan Díaz, que vendían productos sin registro sanitario. Además de los locales inspeccionados, se allanó un establecimiento donde se encontraron envases, stickers, pesas y otros insumos utilizados presuntamente para el reenvase de los productos.
El Ministerio Público inició una investigación por delito contra la salud pública y señaló que los productos, promocionados para el tratamiento de enfermedades, provenían de Colombia.
Luego, el 28 de marzo, Farmacia y Drogas decomisó medicamentos y cremas en un local que no tenía autorización en Bella Vista. Allí se dedicaban a la preparación de medicamentos, sin tener la autorización requerida para dicha actividad.
El Minsa detalló, en su momento, que esta operación se realizó en colaboración con Costa Rica, cuyas autoridades sanitarias proporcionaron información.
Cifras suministradas por la Dirección de Farmacia y Drogas revelan que entre 2021 y 2022 se han llevado a cabo 58 operativos e investigaciones relacionadas con este tema, en los que se han incautado miles de unidades de cerca de 518 productos, que van desde insumos médicos y productos dermatológicos hasta fármacos como ibuprofeno o ampicilina.
La directora de Farmacia y Drogas, Elvia Lau, subrayó que ante la creciente amenaza conformaron una unidad compuesta por siete entidades, para atender estos delitos. En palabras de Lau, sospechan que hay “crimen organizado” detrás de la falsificación de fármacos.
La funcionaria detalló que las entidades que integran el Comité para la Prevención y Persecución de Productos Farmacéuticos Falsificados son: Aduanas, la Universidad de Panamá, el Ministerio Público y la Policía Nacional. También están Senafront, Servicio Nacional Aeronaval y Minsa.
Actualmente, dicho comité está en el proceso de elaboración de un protocolo, el cual determinará cómo proceder ante este problema. “Ya sabemos cómo actuar, pero debemos tenerlo por escrito. Si ellos [crimen organizado] actúan de esa manera, nosotros también debemos organizarnos”, dijo.
La directora de Farmacia y Drogas se refirió a que se trata de un problema que trasciende fronteras, pues en el caso del laboratorio de Bella Vista, las autoridades de Costa Rica alertaron a Panamá sobre esta irregularidad.
“En Costa Rica encontraron productos y nos informaron, lo cual nos llevó a realizar un operativo”, afirmó la funcionaria, quien hizo un llamado a la población para que antes de adquirir su medicina, se asegure de que la farmacia o local tenga permiso del Minsa.
En cuanto a las consecuencias de consumir un fármaco falso, Lau explicó que es posible que el producto no tenga efectos sobre la enfermedad, con lo cual el padecimiento se agrava y la persona podría morir
Los consumidores
Los más afectados por este negocio ilegal son los consumidores. Emma Pinzón, farmaceuta y presidenta de la Fundación de Artritis Reumatoide de Panamá, planteó que toda farmacia en Panamá debe tener un certificado que indique que está avalada por el Minsa y que este debe estar a la vista de los consumidores.
“El usuario debe estar informado sobre dónde compra su medicina y el Minsa debe realizar una campaña que eduque y oriente a la población sobre dónde adquirir su medicina con seguridad”, añadió la activista.
A juicio de Pinzón, este tema tiene varias aristas, ya que por un lado está la falsificación de fármacos, por el otro el contrabando y también están los laboratorios sin permiso del Minsa.
“Esto no es nuevo, pero ahora nos está afectando mucho más. Cuando se detecta una farmacia vendiendo medicinas falsas debe ser cerrada, ya que esto es un atentado contra la salud de la persona. Por ejemplo, si una persona hipertensa compra su medicamento adulterado, no tendrá mejoría en cuanto al tratamiento de su padecimiento y eso complicará su estado de salud poco a poco. Incluso, podría fallecer”, concluyó.