Organizaciones humanitarias no se dan abasto ante estallido migratorio en Darién

Organizaciones humanitarias no se dan abasto ante  estallido migratorio en Darién
Migrantes son trasladados hoy en el sector de Lajas Blancas en el Darién. Una media de 2 mil 500 migrantes llegan cada día a Panamá en su viaje hacia Norteamérica tras cruzar la inhóspita selva del Darién. EFE/Carlos Lemos


El flujo migratorio irregular de 2 mil a 3 mil personas a diario por la selva de Darién, que separa Panamá de Colombia, pone en jaque a las organizaciones médicas y humanitarias que brindan asistencia en la zona, que hacen un llamado a los donantes como a la comunidad humanitaria a “multiplicar los esfuerzos” y a los gobiernos de Panamá y Colombia a “desarrollar acciones efectivas para garantizar una ruta segura a la población migrante y garantizar su acceso a servicios.

Ante el incremento de migrantes cruzando por la zona montañosa de Darién, Médicos Sin Fronteras (MSF) es otro organismo humanitario que alertó la semana que no se están dando abasto ante la crisis migratoria.

El flujo migratorio cada vez ejerce mayor presión sobre las ya sobrecargadas capacidades de recepción, redes de albergues y comunidades de acogida.

El coordinador de terreno de MSF en el Darién panameño, José Lobo, aseguró que las organizaciones humanitarias no se dan abasto ante el incremento de personas que llegan a diario. “En las últimas semanas, hemos tenido días de hasta 3 mil migrantes en un solo punto”, añadió.

“Son más 2 mil personas que a diario se ven forzadas a enfrentar riesgos como lesiones y ahogamientos por las condiciones geográficas, robos, agresiones y violencia sexual por cuenta de las bandas criminales. Luego, a su llegada a Panamá, no encuentran la atención que necesitan”, denunció Lobo.

Aún faltan dos días para que finalice agosto y según los últimos reportes del Servicio Nacional de Migración cruzaron la frontera entre Colombia y Panamá unos 62 mil 281 migrantes, algo nunca antes visto en un mes desde que comenzó esta crisis humanitaria por Darién. Este año ya ha superado la cifra de años anteriores, puesto que más de 300 mil migrantes, sobre todo, venezolanos, han emprendido esta ruta con destino a Norteamérica.

Organizaciones humanitarias no se dan abasto ante  estallido migratorio en Darién

Además, una vez en las Estaciones Temporales de Recepción Migratoria (ETRM), hay “hacinamiento” debido al alto número de personas que están cruzando. “El aumento ha sido tan grande que tanto las comunidades de acogida como la capacidad de las organizaciones en las ETRM, especialmente la de Lajas Blancas, se han visto desbordadas”, explicó Lobo.

La organización MSF atiende a los migrantes a su llegada a las poblaciones de Panamá, al otro lado de la selva, donde la gran mayoría llega con algún tipo de afección, ya sean heridas en la piel y dolores musculares por la extenuante travesía, diarreas y enfermedades por beber agua de los ríos o problemas de salud mental por la violencia en la ruta.

MSF ha brindado en los siete primeros meses de 2023 casi 36 mil consultas médicas y ha atendido a 673 mujeres embarazadas y a más de 200 personas sobrevivientes de violencia sexual.

Organizaciones humanitarias no se dan abasto ante  estallido migratorio en Darién
Las organizaciones que atienden en los puntos de asistencia están desbordadas, alerta MSF, por lo que hacen un llamado tanto a donantes como a la comunidad humanitaria a 'multiplicar los esfuerzos'. EFE/Carlos Lemos

El clamor de Acnur

Otro organismo que la semana pasada clamó por más apoyo fue Acnur, la Agencia de la Naciones Unidas para los Refugiados brinda protección y asistencia para 21.4 millones de personas en las Américas, enfrenta grandes desafíos en la capacidad de respuesta debido a la insuficiente financiación de sus operaciones.

El informe “Necesidades críticas en las Américas”, da cuenta de la situación y plantea que a finales de julio de este año solo se había alcanzado a cubrir un tercio de las necesidades financieras de Acnur para 2023, gracias a las donaciones de la comunidad internacional, el sector privado e individuos.

El documento pone de relieve las operaciones con financiamiento más crítico, donde destacan las necesidades persistentes en Colombia, Costa Rica, Honduras y Brasil, entre otros países.

Las actividades que pueden verse afectadas por la falta de financiación son el mantenimiento de espacios seguros y albergues en zonas fronterizas; la distribución de artículos de primera necesidad; el apoyo para el acceso a procedimientos de determinación de la condición de refugiado y a procesos de regularización y documentación; la distribución de ayuda en efectivo en beneficio de personas en situación de vulnerabilidad; y la realización de actividades de protección de la infancia y de prevención de la violencia de género.

La falta de recursos financieros puede afectar actividades importantes como “el acceso a albergues y asistencia humanitaria para los más vulnerables, apoyo financiero para cubrir necesidades básicas y atención a la salud”, aunque también reduce las posibilidades de que los migrantes se integren a las comunidades de acogida, señaló José Samaniego, director de la Oficina Regional del Acnur para las Américas.

Las autoridades de Panamá están al límite con el flujo migratorio, por lo que está semana se analizan acciones, entre ellas, el cierre de la frontera entre Panamá y Colombia.

El ministro de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino, manifestó que de ser un tema humanitario el asunto pasó a “problema de seguridad nacional”, pero advirtió que esto “tiene un límite”.

En una reciente gira por Darién, el ministro de Seguridad manifestó que “esto tiene un límite, esto tiene un límite y los países del sur le han dado la espalda al problema”

De paso anunció que como gobierno tomarán “ciertas decisiones”. No adelantó cuáles, pues las posibilidades serán analizadas en consejo de gabinete.

Ayer lunes el embajador de Canadá ante las Naciones Unidas, Bob Rae, realizó una gira por el área de Darién para tener mayores detalles de la migración irregular en el área.


LAS MÁS LEÍDAS