Otra vez, la ciencia se queda sin el presupuesto solicitado

Otra vez, la ciencia se queda sin el presupuesto solicitado


Dos de las entidades científicas más importantes del país: la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges), como todos los años, tendrán que pedir que su presupuesto para el año siguiente sea reconsiderado, a fin de poder seguir robusteciendo la investigación científica.

El proyecto de ley de presupuesto 2023 del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) señala que a la Senacyt se le otorgarán $46.6 millones, de los cuales $39.7 corresponden a inversión y $6.9 millones para funcionamiento. El monto está $4.1 millones por debajo de lo asignado para 2022, que asciende a $50.7 millones.

El secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Eduardo Ortega Barría, manifestó que pedirán al MEF que el presupuesto sea reconsiderado, ya que la entidad había solicitado $88 millones.

La cifra solicitada por la Senacyt es considerable, porque representa $37.3 millones más de lo que tiene para el año en curso.

El presupuesto más alto del que dispuso la institución en los últimos años asciende a $59.3 millones y le fue otorgado en 2019, a pesar de que tiene bajo su paraguas los centros de investigación e innovación en la modalidad de asociación de interés público (AIP), con los que debe distribuir el presupuesto.

Entre estos centros se encuentran el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat), Infoplazas, el Centro Nacional de Metrología de Panamá (Cenamep), Coiba, Investigación Científica Aplicada en Tecnología de Información y Comunicaciones (Indicatic), el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (Cieps) y otros tres en formación.

Ortega Barría manifestó que en la Asamblea Nacional presentarán los argumentos planteados cuando elaboraron el presupuesto para tener $88 millones. No obstante, reconoció que el presupuesto solicitado se elaboró antes de que ocurriera toda la situación que se ha registrado en el país en las últimas semanas, lo que ha obligado al Gobierno a hacer algunos ajustes.

“Tenemos en planes centros regionales de investigación con centros agrícolas de ambiente controlado (Tocumen-ciudad de Panamá, Los Santos-Guararé y en Chiriquí), fortalecer las universidades con la creación de centros de investigación, entre otros proyectos”, detalló.

Añadió que es muy importante el incremento del presupuesto si se quiere ir en el camino de ese 1% del producto interno bruto (PIB) en materia de ciencia, tecnología e innovación, para lo cual se requiere que ese aumento sea progresivo, y no solo para la Senacyt sino para todo el sistema científico.

Ortega Barría explicó que han estado en contacto con el MEF y hay un entendimiento claro de las prioridades y necesidad de inversión en el sistema de ciencia, tecnología e innovación y la intención de identificar los fondos que permitan fortalecer el presupuesto.

Lograr la inversión pública total en materia de ciencia, tecnología e innovación hasta el 1% del producto interno bruto (PIB) es una promesa del Gobierno —plasmada en el Plan de Acción Uniendo Fuerzas—, sin embargo, es poco probable que en lo que resta del mandato se cumpla.

Datos proporcionados por la Senacyt indican que Panamá invierte alrededor de 0.13% del PIB en esta materia, lo que se reduce a 0.08% al restar la inversión que en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales hace Estados Unidos.

El Gorgas: entre nueva sede y presupuesto

Mientras, el Instituto Gorgas solicitó para el próximo año $34 millones, pero en la propuesta de ley de presupuesto se estimó como suficiente la suma de $32.7 millones, de los cuales $16.7 millones son para inversión y $16.0 para funcionamiento.

La reducción se produce a pesar de que el monto que solicitó el Gorgas es menor al presupuesto que se le otorgó para la vigencia fiscal 2022, que fue $40.7 millones.

Ante esta situación, el director del Icges, Juan Miguel Pascale, mencionó que pedirán que el presupuesto del 2023 sea reconsiderado.

Así como Ortega Barría, el director del Gorgas solicitará que el presupuesto sea reevaluado. Las veces que lo hemos hecho nos va muy bien, dijo Pascale.

La comunidad científica del Gorgas tiene entre sus planes la construcción de un nuevo Campus Gorgas, cuyo costo estimado es de $150 millones, y a la fecha solo cuenta con $70 millones otorgados por un préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica.

El presupuesto para la Senacyt y el Gorgas para 2023 suma, en conjunto, $79.3 millones. La asignación contrasta con la de la Asamblea Nacional —$150 millones—, cuya gestión es cuestionada constantemente. Su presupuesto es $70.7 millones más que el de Senacyt y el Icges juntos.

Menos oportunidades para hacer estudios

A juicio del investigador distinguido del Sistema Nacional de Investigación de Senacyt, Paulino Vigil De Gracia, los presupuestos previos y actuales asignados a Senacyt y al Instituto Gorgas prueban el desconocimiento o poco interés de las autoridades encargadas de asignar y aprobar los fondos para el campo científico.

“Sí, quedan instituciones serias y de orgullo para este país, entre ellas están la Senacyt y el Instituto Gorgas y las autoridades que le asignan presupuestos no lo entienden. A todos nos consta el gran trabajo hecho por ambas instituciones durante la pandemia y el enorme esfuerzo de sus directores, lastimosamente el premio ha sido bajarles el presupuesto”, manifestó el investigador.

Sostuvo que bajarle el presupuesto a instituciones donde se genera conocimiento científico de alto nivel y subírselo a la institución más criticada por la corrupción en este país (Asamblea Nacional) es muestra del subdesarrollo de las mentes que nos dirigen.

Karen Courville, investigadora del Instituto de Ciencias Médicas y de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión, indicó que menos presupuesto afecta las nuevas convocatorias para estudios que lanza Senacyt, por consiguiente habrá menos oportunidades para estudios que requieran grandes presupuestos.

“Los países que no investigan, les toca esperar lo que publican los otros países y no pueden generar información en su población”, remarcó.

Para Courville, las autoridades no han entendido que la investigación es una inversión para la salud, ya que de los resultados se pueden tomar decisiones en cuanto a prevención, diagnóstico temprano y tratamiento.

El escenario económico para la ciencia no cambia al pasar los años, y a pesar de que durante la pandemia demostraron su importancia, plantean los científicos.

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