La respuesta de Panamá al informe de Human Rights Watch, publicado el pasado 3 de abril, que denunciaba que las autoridades de Colombia y Panamá no protegen eficazmente el derecho a la vida y a la integridad física de los migrantes y solicitantes de asilo en tránsito por el tapón del Darién, ni investigan las violaciones a sus derechos de forma efectiva y rápida, fue un rechazo “categórico”.
La directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, aseguró que este informe no refleja la realidad de lo que sucede en el Darién y que tiene un propósito oculto que solo la organización conoce.
La funcionaria añadió que más de 900 mil personas han pasado por el Darién en estos cinco años, hay más de 17 instituciones y oenegés, y jamás han escuchado los relatos de lo que se dice en el informe.
Subrayó que este informe tiene más aristas de ser un informe ideológico que la realidad objetiva de lo que pasa en el Darién, puesto que no recoge los derechos de los niños y niñas que sus padres han abandonado en la selva.
“En esas 130 páginas no ha habido una sola línea dedicada a esos niños”, dijo. Tampoco se habla del incendio de los módulos donde pudieron haber perdido la vida 30 funcionarios de migración y 17 del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), acotó.
“Si les importara que no violen a las mujeres en la selva, les dirían que no pasen por allí, pero hay reportes periodísticos de que en Colombia les dicen a las mujeres que van a ser violadas en la selva y les entregan anticonceptivos”, manifestó Gozaine en una conferencia de prensa ayer 8 de abril sobre el flujo migratorio en el Darién.
Además, Gozaine sostuvo que los informes negativos y las crisis son los que generan más fondos para estas organizaciones. En este caso, se refería a la organización no gubernamental dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos, Human Rights Watch.
Oenegé lamenta los señalamientos
Sobre las declaraciones de Gozaine, la directora para las Américas de Human Rights Watch, Juanita Goebertus, lamentó que la directora del Servicio Nacional de Migración de Panamá pretenda desviar la atención de la responsabilidad que le cabe por lo que está sucediendo en territorio pananeño. Human Rights Watch no recibe fondos de ningún gobierno y no tiene una filiación ideológica, afirmó.
Añadió que a diferencia de lo que señala la directora, el informe incluye secciones sobre la situación de los niños y niñas en Colombia (pág. 41) y en Panamá (pág. 93) y menciona el grave incendio en la estación de San Vicente (pág. 72).
Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch
Human Rights Watch no recibe fondos de ningún gobierno y no tiene una filiación ideológica. Nuestro único propósito es la defensa de los derechos humanos”.
“Como he hecho en privado, le reitero a la directora nuestra disposición a reunirnos para compartir los hallazgos de nuestra investigación en terreno de más de dos años, con más de 300 entrevistas, y conversar constructivamente sobre las medidas que podría adoptar Panamá, con apoyo de la comunidad internacional, para judicializar a grupos criminales que operan en la zona y asistir a los migrantes más vulnerables”, expresó Goebertus a La Prensa.
Un viaje riesgoso
El informe de Human Rights Watch sobre el manejo de los derechos humanos hacia los migrantes no es el primero. Un documento de 18 páginas con fecha del 9 de diciembre de 2022, enviado por el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los derechos humanos de los migrantes, Felipe González Morales, y un equipo de expertos, planteó una serie de cuestionamientos a Panamá sobre el manejo que se le brinda a la crisis humanitaria en la provincia de Darién.
El informe indicaba que los migrantes que atraviesan el tapón de Darién no solo se enfrentan a abusos sexuales durante el trayecto por la selva, sino que también los sufren en las Estaciones de Recepción de Migrantes (ERM) del Gobierno de Panamá, por parte de funcionarios del Servicio Nacional de Migración (SNM) y del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).
También la semana pasada, el diario The New York Times, publicó que los asaltos, robos y violaciones han sido durante mucho tiempo un riesgo sombrío en los viajes de los emigrantes alrededor del mundo. Pero grupos de ayuda que trabajan en el tapón del Darién dicen que en los últimos seis meses han registrado un aumento extraordinario en ataques, con patrones y frecuencias raramente vistas fuera de zonas de guerra.
Casi todos los ataques, según dijeron, están sucediendo en el lado panameño de la selva. Grupos de ayuda con larga trayectoria, incluyendo Médicos Sin Fronteras y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con experiencia trabajando en conflictos, afirman que los ataques son organizados y excepcionalmente crueles. Los perpetradores golpean a las víctimas y les quitan su comida, incluso la fórmula para bebés, dejando a las personas maltratadas y hambrientas en la selva, señala la investigación periodística.
No obstante, el director de Senafront, Jorge Luis Gobea, indicó que más de 200 personas señaladas por robo, violaciones y tráfico humano en Darién y Guna Yala, han sido puestas a órdenes de las autoridades competentes.
Aseguró que desde el año 2021 a lo que va del 2024 se han rescatado a mil 760 migrantes mediante acciones de evacuaciones médicas y operaciones de resca
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— Migración Panamá (@migracionpanama) April 1, 2024
En un 25% se ha incrementado en comparación con el año pasado el flujo migratorio irregular, informó la Directora del Servicio Nacional de Migración Samira Gozaine.
De igual manera habló cómo se mantienen las acciones operativas del SNM entre otros temas. pic.twitter.com/wOC1himf5F
Este año, los cruces por el Darién en enero, febrero y marzo aumentaron casi un 25% en comparación con el mismo periodo de 2023, según las autoridades panameñas , y la mayoría de las personas procedían de Venezuela, Ecuador, Haití y Colombia.
Los datos del Servicio Nacional de Migración indican que de enero a la fecha han pasado más de 114 mil migrantes por la selva de Darién, un 20% es menor de edad.