En un reciente encuentro con Human Rights Watch (organización no gubernamental dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos), funcionarios del Ministerio de Ambiente (Miambiente) compartieron detalles sobre la elaboración de un decreto de adaptación climática, cuya implementación está prevista para abril de este año.
Este decreto establecerá las bases jurídicas para abordar los desplazamientos y la reubicación planificada de comunidades afectadas por fenómenos climáticos extremos, asegurando un marco legal que proteja a las poblaciones más vulnerables.
La iniciativa forma parte de una estrategia integral que busca fortalecer la resiliencia climática del país, informó el ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, quien retomó el tema con el objetivo de consolidar una planificación basada en evidencia científica, derechos humanos y participación comunitaria, para garantizar que las soluciones sean sostenibles y adecuadas a cada territorio.
Las comunidades costeras de Gardi Sugdub y Ukupa, en la comarca Guna Yala, han sido identificadas como algunas de las más afectadas por el aumento del nivel del mar y las inundaciones recurrentes.

Ante este panorama, Miambiente ha subrayado la importancia de incluir a la población en el proceso de diseño e implementación de estrategias de reubicación, permitiendo que sus voces sean escuchadas.
“La institución seguirá impulsando espacios de consulta y trabajo conjunto para que la reubicación planificada responda a las necesidades reales de la población y garantice su bienestar en el contexto del cambio climático”, afirmó Juan Carlos Monterrey, funcionario de Miambiente.
En este esfuerzo, Panamá ha avanzado en la recopilación de datos sobre desplazamientos humanos vinculados a fenómenos climáticos, estableciendo una línea base para la creación del protocolo nacional de reubicación planificada, dijo Monterrey.
A juicio de las autoridades de Miambiente, este protocolo representará un paso fundamental para garantizar la seguridad de las poblaciones expuestas a los impactos del cambio climático y consolidar a Panamá como un referente en la gestión de riesgos climáticos en la región.
Las familias de Gardi Sugdub se han visto obligadas a dejar su hogar. La isla, una vez próspera y acogedora, se ha convertido en un lugar cada vez más difícil para vivir. El nivel de las aguas marinas aumenta a un ritmo de 3.4 milímetros por año, una cifra alarmante considerando que las viviendas de la isla están apenas a medio metro sobre el nivel del mar.
Los estudios oficiales del Ministerio de Gobierno indican que, desde 2014, la isla ha experimentado un descenso constante en su superficie, obligando a los residentes a recurrir a rellenos de coral para evitar el deterioro del sitio. Sin embargo, esta práctica ha contribuido al crecimiento de oleajes y a un aumento en las inundaciones.
El 29 de mayo de 2024, el gobierno entregó 300 viviendas a los residentes de la isla Gardí Sugdub, quienes fueron trasladados a la urbanización Nuevo Cartí.
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