Panamá aún está lejos de ser certificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un país libre de la malaria, ya que la enfermedad sigue ganando terreno.
La malaria, transmitida por el mosquito Anopheles, este año es la causante de alrededor de 5,130 casos en el país.
Así lo muestran las estadísticas del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa) hasta el pasado 17 de junio, donde se precisa que las áreas donde más casos se reportan son la comarca Guna Yala, la provincia de Darién y la comarca Ngäbe Buglé.
La cantidad de casos de malaria este año puede ser mayor de continuar el ritmo de aumento, ya que el año pasado cerramos con 7,112 casos de la enfermedad parasitaria.
En Panamá, en los últimos 10 años hasta el 2018 se reportaba un promedio anual de 646 casos de malaria, pero en los últimos cuatro años se ha registrado un promedio anual de 3 mil 764 casos, con un incremento significativo en la incidencia, según los datos del Minsa.
Factores incidentes del aumento
Algunos factores que podrían estar incidiendo en el incremento de casos son: mayor movilización de personas sintomáticas o asintomáticas de áreas de transmisión activa de la enfermedad a regiones o áreas no endémica; fenómeno migratorio desde Colombia hacia Panamá; y la reducción en las actividades relacionadas con el control del vector (recurso humano y técnico, fumigación, eliminación comunitaria de criaderos, etc.), resumió Arturo Rebollón, epidemiólogo y miembro de Ciencia en Panamá.
A juicio de Rebollón mientras no se tenga el control de la enfermedad, no se podrá lograr la certificación de un país libre de malaria.
Añadió que Panamá tiene amplia experiencia controlando la enfermedad, pero durante la pandemia el recurso se destinó al control de las enfermedades respiratorias.
De hecho, Rebollón sostuvo que se han observado casos en lugares no habituales, cercanos a las áreas más urbanas.
Además, el Departamento de Control de Vectores del Minsa reconoció en marzo pasado a este medio que debido a la crisis sanitaria no se pudo reclutar a tiempo personal, ni adquirir los insumos, debido a que el presupuesto durante un tiempo determinado se destinó a la contingencia por la covid-19.
La situación surge a pesar de que los funcionarios retornaron a sus labores en noviembre de 2020, luego que el primer caso de la covid-19 fue confirmado en marzo del mismo año.
El entomólogo del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges), Lorenzo Cáceres, recientemente planteó que la malaria que se ha convertido en la enfermedad parasitaria transmitida por mosquito más importante durante los últimos 65 años.
Subrayó que se tienen que efectuar profundos cambios en el Departamento de Control de Vectores para que cuente con una estructura y personal profesional adecuado.
Las acciones tomadas por el Minsa
Frente al escenario epidemiológico, las autoridades del Minsa instalaron en enero pasado un centro de operaciones contra la malaria para coordinar de manera institucional las estrategias que se llevarán a cabo para hacer frente a la enfermedad.
Mientras que esta semana empezaron las capacitaciones a los gerentes del Plan Estratégico Multisectorial y a los asistentes de laboratorio de la comarca Guna Yala, por parte de especialistas del Icgses como parte de las medidas para contrarrestar los casos de malaria.
Tania Blanco, epidemióloga de la sección de Control de Vectores del Minsa, manifestó que en la comarca Guna Yala llevan adelante la aplicación de tratamiento con antimaláricos con el fin de cortar la transmisión en la zona.
Destacó que con estas capacitaciones se lleva un diagnóstico temprano de la malaria y sobre el equipamiento destacó que existen suficientes antimaláricos para seguir controlando los focos maláricos y los casos que puedan surgir.
Situación regional de la malaria
La OMS la semana pasada certificó que Belice está libre de la malaria, tras más de 70 años de esfuerzos continuos del país por erradicar la enfermedad.
Los datos de la OMS indican que un total de 42 países y un territorio han sido certificados como libres de malaria, incluidos 11 países de la región de las Américas.
El año pasado se registraron 247 millones de casos de malaria (también conocida como paludismo) en todo el mundo, lo que supone un aumento del 0.8 % respecto al año 2020 y un incremento del 6.07 % si se compara con los contagios reportados en 2019.
Según el jefe de la unidad de información estratégica para la respuesta del programa mundial contra la malaria de la OMS, Abdisalan Noor, de mantenerse esta tendencia, el mundo no alcanzará el objetivo de reducir en un 90 % las tasas de incidencia y mortalidad de la malaria en el año 2030.
Los efectos de la pandemia respiratoria en la distribución de herramientas de prevención y las interrupciones totales o parciales de la prestación de servicios sanitarios causaron “un aumento de la carga de malaria en muchos países”, dijo Noor.