Panameño aspira a dirigir alto cargo en la ONU

Panameño aspira a dirigir alto cargo en la ONU


Nació en 1992, año en que se estableció la Convención de Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para contrarrestar y estabilizar la contaminación causante del calentamiento global y prevenir los peores impactos de esta crisis.

Ahora, con 30 años, Juan Monterrey, un joven oriundo de Pesé, provincia de Herrera, aspira a ser secretario ejecutivo de dicha convención, un cargo de suma trascendencia a nivel global, porque si es elegido tiene la responsabilidad de que se concreten las negociaciones internacionales inherentes al cambio climático.

En entrevista con este medio, Monterrey dio a conocer de dónde viene y cuál sería su labor si lo escogen para esta posición en las Naciones Unidas.

Tras cursar estudios en el colegio José Daniel Crespo de Herrera, en 2009 obtuvo una beca para estudiar en la Academia de Misuri de Ciencias, Matemáticas y Computación de Estados Unidos. Luego, se formó en Economía en la Universidad de Tulane, Nueva Orleans.

Pero fue el sitio donde nació el que marcó su relación con el cambio climático. “Cuando era niño no sabía lo que significaba el cambio climático, pero crecí enfrentando sus impactos en el arco seco de Herrera”, contó.

Al terminar sus estudios de economía en Tulane en 2014, regresó a Panamá y se enteró de que la entonces Autoridad Nacional del Ambiente, hoy Ministerio de Ambiente, buscaba jóvenes profesionales y laboró allí por poco más de cuatro años, en los que tuvo oportunidad de trabajar en asuntos como las negociaciones del acuerdo de París; el desarrollo del primer paquete de compromisos climáticos nacionales; y la movilización de fondos para combatir el cambio climático en Panamá.

De acuerdo con el joven profesional, en 2019, tras culminar estudios en políticas públicas en la Universidad de Chicago, Estados Unidos, se integró a la Oficina Regional del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente como especialista en Adaptación al Cambio Climático, y en 2020 retornó al Ministerio de Ambiente, donde fue designado como jefe por Panamá para las negociaciones climáticas.

Sin embargo, un año después, en la Cumbre del Clima de Glasgow de 2021, fue nominado por los países de América Latina y el Caribe, y electo por los 197 países que integran la Convención Climática de la ONU, como vicepresidente para la Implementación de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, cargo que desempeña hasta ahora.

“Aspiro a convertirme en el secretario ejecutivo, porque creo firmemente que un cambio generacional en el liderazgo mundial es una necesidad para salvarnos de una calamidad total. Es hora de que los jóvenes tomen las riendas de su propio destino”, puntualizó.

Sobre su propuesta, Monterrey apuntó que se centraría en incentivar la participación de más delegados jóvenes, renovar el discurso, descentralizar la gestión climática y trabajar de la mano con el sector privado.

La competencia

Además de este panameño, otras personajes del mundo también aspiran a este cargo, entre ellos, Alok Sharma, ministro del Gabinete del Reino Unido; y la exministra española Teresa Ribera. Monterrey, empero, es optimista de que puede ser considerado por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

En lo referente al manejo actual de la crisis climática, opinó que como comunidad global no hemos logrado enfrentar la crisis con la urgencia necesaria.

“Si continuamos en este camino, nuestra inacción pasará a la historia como el mayor fracaso de la humanidad. La meta que nos planteamos en 2015 es limitar el aumento de la temperatura media global en 1.5 grados y así evitar los impactos más severos. Sin embargo, al ritmo actual, no vamos a poder cumplir con esa meta”, dijo.

Además, manifestó que para alcanzar los objetivos es importante la participación de la empresa privada, la sociedad civil y los jóvenes. “Soy prueba de que los jóvenes somos capaces y estamos listos para liderar, si se brindan las oportunidades y líderes experimentados están dispuestos a apoyarnos en el camino. La complejidad del problema que afrontamos requiere de la movilización de la mayor coalición en la historia de la humanidad”, concluyó.

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