Plan de ordenamiento territorial para el manejo de la cuenca del Canal de Panamá

Plan de ordenamiento territorial para el manejo de la cuenca del Canal de Panamá


La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) informó que cuenta con un Plan Indicativo de Ordenamiento Territorial Ambiental (PIOTA), el cual es un nuevo instrumento de planificación para fortalecer el manejo de la cuenca hídrica en temas como: la gestión ambiental existente, el ordenamiento del territorio y los factores relativos al desarrollo urbano y rural.

No se trata de cualquier plan de ordenamiento, si se toma en cuenta que será determinante para quienes habitan y desarrollan actividades allí, para el futuro de las operaciones del Canal y la disponibilidad de agua para suplir las necesidades de la zona metropolitana.

La ACP detalló que la “formulación” del PIOTA implicó realizar 40 actividades de participación pública, en su mayoría virtuales, de las que fueron parte más de 860 actores institucionales, del sector productivo, consejos consultivos, comités locales, municipios, oenegés y universidades.

Específicamente, la ACP mencionó que este plan permitirá orientar las actividades de desarrollo territorial en la cuenca, considerando el desarrollo sostenible y la gestión integrada del recurso hídrico, de tal manera que las actividades productivas puedan ejecutarse, generando bienestar socioeconómico, pero a la vez, que proteja y conserve los recursos naturales del lugar.

El diagnóstico

Como parte de esta nueva herramienta de planificación y ordenamiento territorial, se requirió de un diagnóstico de la cuenca hídrica sobre la población existente y todo lo que la rodea.

El documento detalla que la cuenca hídrica del Canal tiene una población de 238 mil 911 habitantes, los cuales se localizan en una huella de 10 mil 418 hectáreas, un 3% de la superficie total de la cuenca, la cual es de 345 mil 225 hectáreas. El 60% de esta población se concentra en áreas urbanas y periurbanas a lo largo del corredor Transístmico, marcado por un “crecimiento lineal” sobre este eje vial entre las provincias de Colón y Panamá.

El restante 40% se caracteriza por localizarse en asentamientos rurales dispersos, al noreste y suroeste de la cuenca del Canal, que están vinculados a actividades agropecuarias. En términos distritales, de los cinco distritos que conforman la cuenca (Panamá, Colón, Arraiján, La Chorrera y Capira), Panamá es el que posee mayor población dentro de esta, con 135 mil 619 habitantes, lo que representa el 57% de la población que habita la cuenca del Canal.

Seguido se encuentra el distrito de Colón, con 63 mil 74 habitantes (26%), Arraiján, con 14 mil 981 habitantes (6%); Capira, con 13 mil 33 habitantes (6%); y el distrito de La Chorrera, con 12 mil 209 habitantes (5%).

Además, esa zona cuenta con ocho áreas protegidas, lo que representa el 40% del total de la cuenca hídrica.

Durante la presentación de este PIOTA, el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez, manifestó que todas las acciones para el desarrollo sostenible deben ser planificadas considerando a las personas que viven y dependen de la cuenca hídrica.

De hecho, la ACP respondió a este medio que el PIOTA considera no solo un análisis técnico del área, sino las características sociales y ambientales del territorio, la inclusión de los actores claves, la normativa vigente y la variable cambio climático.

“El instrumento establece además un enfoque de descarbonización, resiliencia al cambio climático y desastres, con el ánimo de aportar a una planificación informada del territorio para la adopción de medidas de adaptación cónsonas con las realidades climáticas presentes y futuras proyectadas”, puntualizó la entidad.

Siguiente paso

Luego de la presentación de este documento, la ACP comunicó que la implementación de todas las acciones que contempla el PIOTA demandará nuevos compromisos y están trabajando en establecer una “hoja de ruta” en la que se coordinen las tareas y responsabilidades con otros actores clave locales, institucionales, autoridades, academia, entre otros, de tal manera que se pueda ejecutar y dar seguimiento a la implementación, y que también permita evaluar y realizar las actualizaciones necesarias.

Si bien la ACP es la responsable de coordinar este plan, hay otras entidades a las que se debe consultar en este proceso, ya que están ligadas directamente a temas dentro de la cuenca hídrica. Por ejemplo, el Ministerio de Ambiente es el responsable de las áreas protegidas del país, o si se desea hacer algún cambio de uso de suelo se tendría que tomar en cuenta a entidades como el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, la Unidad Administrativa de Bienes Revertidos del Ministerio de Economía y se necesitaría la consulta previa de la Comisión de Infraestructura Pública y Asuntos del Canal de la Asamblea Nacional.

De esta manera resumió la ACP el valor de este nuevo plan de ordenamiento: “El PIOTA es importante porque plasma esa imagen del territorio que se necesita para que, de esta manera, se garantice que el área siga manteniendo su capacidad de generar oportunidades económicas que contribuyen al desarrollo sostenible de la gente que allí habita, y siga brindando, servicios ecosistémicos como la protección del agua que permite la operación del Canal”.

Consulta ciudadana

Para Susana Serracín, parte de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo, este tema merece un tratamiento “muy serio” y “cuidadoso” por parte de todos, ya que los últimos instrumentos legales, técnicos y de gestión de la cuenca hídrica datan de hace 25 años y nuevos desafíos nos ocupan debido a la ampliación del Canal, el crecimiento poblacional, entre otros.

No obstante, subrayó que deben ser respetadas las normas de protección ambiental internacionales y nacionales, además de las categorías de manejo especiales, garantizando en todo momento la consulta y participación ciudadana para la mejor toma de decisiones, y considerando los retos globales que tenemos frente al cambio climático.

“Bajo ningún concepto el PIOTA debe constituirse en un instrumento de gestión que favorezca el principio de regresión ambiental o ampare cambios de zonificación territorial perversos que estimule la especulación del suelo y la codicia de algunos promotores”, concluyó.

Por su parte, el urbanista Manuel Trute, explicó que los planes indicativos de ordenamiento territorial son una “hoja de ruta” para el manejo de cierta zona.

En palabras del especialista esta herramienta de ordenamiento es “bienvenida” y ahora toca implementar las acciones que dice el plan.

Trute también dejó una sugerencia sobre la ruta que debe tomar el debate de este instrumento de planificación territorial para la cuenca del Canal: “Debe haber un balance entre el funcionamiento de la cuenca frente a muchos desafíos como cambio climático, el tema urbano y el suplantar actividades como ganadería por otras más sostenibles. Su fin último debe ser la gestión adecuada de su recurso hídrico tanto para el Canal como para la población”.

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