A pesar de su crecimiento económico sostenido, Panamá enfrenta un rezago en su desarrollo científico y tecnológico debido a dos obstáculos fundamentales: la baja inversión en investigación y desarrollo (I+D) y la escasez de investigadores. Esta situación genera preocupaciones sobre el futuro del país en términos de innovación y competitividad en un mundo cada vez más globalizado y tecnológico.
El secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), Eduardo Ortega Barría, detalló esta problemática el 7 de abril de 2025, durante la presentación de la Memoria Anual 2024 ante la Comisión de Educación, Cultura y Deportes de la Asamblea Nacional.

Según Ortega Barría, la inversión de Panamá en I+D es de apenas el 0.18% de su PIB, una cifra baja que coloca al país en una clara desventaja frente a otros países de la región y del mundo. Este porcentaje está muy por debajo del promedio regional del 0.61%, lo que evidencia una falta de compromiso con el sector científico.
La necesidad urgente de más inversión
Ortega Barría subrayó que, aunque Panamá es una de las economías que más ha crecido en la región y en el mundo en las últimas décadas, la inversión en I+D no ha crecido proporcionalmente con la economía. “Si Panamá aspira a liderar en innovación, debe aumentar su inversión en ciencia al ritmo de su crecimiento económico”, expresó el secretario.
Como respuesta a esta brecha, la Senacyt tiene como objetivo incrementar la inversión en I+D en un 0.2% del PIB cada año, con la meta de alcanzar el 1% para 2029. Este esfuerzo se considera clave para garantizar el desarrollo sostenible del país y su competitividad en la economía global. Sin embargo, la falta de recursos ha frenado el progreso.

En 2024, la Senacyt solicitó un presupuesto de $108 millones para fortalecer el sector de la ciencia y la tecnología, lo que habría representado un aumento del 33% en comparación con los $65.2 millones asignados en 2024. No obstante, el presupuesto actual de la entidad es de $83.3 millones, de los cuales solo $9.7 millones se destinan al funcionamiento administrativo, y el resto se asigna a proyectos e investigaciones.
Falta de investigadores: un déficit crítico
Otro de los problemas que enfrenta Panamá es la falta de recursos humanos especializados en ciencia y tecnología. Actualmente, el país cuenta con solo 300 investigadores por cada millón de habitantes, cuando la norma internacional recomienda un mínimo de 1,000 investigadores por millón. Este déficit de aproximadamente 2,800 investigadores lo que dificulta generar conocimiento y desarrollar innovaciones tecnológicas que puedan resolver los problemas más urgentes, como la crisis del cambio climático, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de la producción energética.

A pesar de este déficit, el Sistema Nacional de Investigación (SNI) ha logrado ciertos avances en los últimos años. El número de investigadores ha crecido en la última década, pasando de 59 miembros en 2014 a 259 en 2024. Aunque este crecimiento es notable, sigue siendo insuficiente para satisfacer las demandas de un país que necesita expandir su base de conocimientos para enfrentar los retos del futuro, enfatizó Ortega Barría a los diputados.
El desafío de generar conocimiento real
La Senacyt enfatiza que no solo es necesario aumentar la cantidad de investigadores, sino también fomentar una cultura de conocimiento y solución de problemas reales. “No se trata solo de aumentar los números. Queremos investigadores que generen conocimiento, innovación, políticas públicas, artículos, patentes y soluciones reales a los problemas del país”, afirmó un vocero de la institución.
Para lograr este objetivo, el SNI ha implementado incentivos financieros en tres categorías: nivel I, nivel II y nivel de investigador distinguido. Los investigadores son evaluados cada tres años, y aquellos que no cumplen con los criterios de productividad son excluidos del sistema.
Un aspecto crítico que destacó es la persistente desigualdad de género en el campo científico. Aunque en áreas como las ciencias médicas se observa una mayor participación femenina, en disciplinas como las ciencias naturales y agrícolas sigue existiendo un predominio masculino.
Además, aunque en ciencias sociales e ingeniería se han logrado avances hacia una mayor inclusión de mujeres, la brecha sigue siendo considerable. Para abordar esta desigualdad, la Senacyt ha diseñado estrategias para fomentar la inclusión de mujeres en todas las ramas del conocimiento científico y tecnológico, buscando no solo igualdad de oportunidades, sino también potenciar la diversidad en las soluciones científicas.
Un logro significativo
Un logro importante de la Senacyt en 2024 fue la aprobación de un préstamo de la CAF - Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, para la construcción del Centro de Investigación y Producción en Ambiente Controlado. Este centro, que se construirá en colaboración con la Universidad de Panamá, estará ubicado en Tocumen, Guararé y Chiriquí, y se especializará en la investigación y desarrollo de agricultura vertical.
Este modelo innovador de agricultura en entornos controlados permitirá la producción de alimentos sin la necesidad de tierra, agroquímicos ni sol, lo que representa una solución sostenible frente a los desafíos del cambio climático.
El centro de Tocumen será el primero en operar y contará con tecnología avanzada para optimizar el uso de recursos, garantizando la seguridad alimentaria de Panamá. Este proyecto no solo impulsa la modernización de la agricultura del país, sino que también tiene el potencial de posicionar a Panamá como líder en soluciones sostenibles para la producción de alimentos.
Por último, Ortega Barría hizo un llamado urgente a las universidades nacionales para que asuman un papel más activo en la formación de nuevos investigadores. “Los centros e institutos de investigación no pueden hacerlo solos. Las universidades son las que otorgan los títulos que permiten a los profesionales convertirse en investigadores. Sin su participación, no podremos cerrar la brecha que nos separa del desarrollo científico y tecnológico que el país necesita”, concluyó Ortega Barría.
Mientras que el diputado independiente de la coalición Vamos, Miguel Ángel Campos, reconoció que aún hay mucho por hacer en el ámbito de la ciencia, tecnología e innovación. “Soy creyente de la formación de los investigadores que realiza la Senacyt”, agregó.
Por su parte, Jorge Bloise, otro diputado independiente de la coalición Vamos, indicó que durante los años que permanezca en la Asamblea Nacional, espera lograr el presupuesto que la Senacyt realmente necesita
Con estos avances y retos, Panamá sigue trabajando en fortalecer su posición como un país innovador que, con una mayor inversión en ciencia y tecnología, puede ofrecer soluciones sostenibles y competitivas para el futuro del país.