La gestión y el manejo inadecuado de los desechos sólidos trae consigo la contaminación de los océanos, la obstrucción de drenajes y las inundaciones.
Después de la ausencia y deficiencia en la implementación de un plan de ordenamiento territorial, este es el segundo problema ambiental de mayor importancia, según el análisis técnico Principales Problemas Ambientales de Panamá, elaborado por el Ministerio de Ambiente (Miambiente).
Ante la ineficiente disposición de residuos, se pueden observar enormes alfombras de basura que se acumulan en los principales ríos de la ciudad de Panamá.
El problema radica en que no se realiza la separación de materiales, y la poca que se hace, es de manera informal por parte de los segregadores, iniciativas privadas u organizaciones no gubernamentales.
El documento técnico de Miambiente reafirma lo que ya es conocido: la infraestructura para la gestión y manejo de los recursos sólidos es escasa en el país, generando que muchos de los desechos, especialmente el plástico, terminen en los ríos y quebradas.
La contaminación por plástico en los ecosistemas marino-costero en Panamá implica muchas complejidades, ya que la mayoría de la población de la ciudad capital y sus periferias reside en las cuencas de siete ríos importantes: Curundú, Matasnillo, Río Abajo, Matías Hernández, Juan Díaz, Tapia/Tocumen y Cabra.
Así lo explicó el consultor ambiental y miembro de Marea Verde Álvaro Quirós, quien detalló que, de los siete ríos, solo Juan Díaz, Tapia/Tocumen y Cabra mantienen vivos sus ecosistemas ribereños.
El resto son ríos enfermos, contaminados e intoxicados por la gran cantidad de desechos que son arrojados por su población, señaló Quirós.
Lo anterior es respaldado por un estudio de caracterización de basura, realizado por la organización Marea Verde, luego de captar toneladas de basura en el BoB o barrera flotante ubicada, hasta julio de 2020, en el río Matías Hernández.
El informe de Marea Verde muestra que el 22.2% de lo encontrado fueron botellas plásticas; 21%, foam; 6.9% acrilonitrilo butadieno estireno; 6.4% textiles, entre otros desechos. El BoB evitó, en poco más de un año, que 95 toneladas de basura terminaran en el océano.
Consecuencias a futuro
El plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y sus volúmenes se triplicarán para 2040, con consecuencias irreversibles para la salud, la economía, la biodiversidad y el clima, según el informe De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos, publicado en 2021 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
En Panamá, organizaciones ambientales como la Sociedad Audubon, Marea Verde, entre otras, llevan adelante proyectos para elevar la importancia de los ecosistemas marino-costeros de Panamá, promoviendo su valoración, protección y mejoramiento.
La última iniciativa presentada es el proyecto Patrimonio Natural Azul, el cual cuenta con $2.3 millones, provenientes del Fondo de Carbono Azul del Reino Unido, y administrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La representante del BID en Panamá, Rocío Medina Bolívar, subrayó que la contaminación causada por plástico es una amenaza creciente para los ecosistemas, por lo que están apoyando la iniciativa Patrimonio Natural Azul, que lleva adelante Sociedad Audubon de Panamá y National Audubon Society, junto con otras organizaciones.
Los planteamientos de Quirós y Medina Bolívar se dieron en el simposio Repensar el plástico: Hacia una gestión integral para la reducción de la contaminación del plástico.
En tanto, Jenifer Díaz, directora de Proyectos de la Sociedad de Audubon Panamá, añadió que hay muchas acciones en conjunto que se deben implementar y medidas de conservación urgentes por adoptar.
Toneladas de basura
En Panamá, cada año se descargan al mar 102 mil 229 toneladas de basura, es decir, un promedio de 280 toneladas por día, de acuerdo con datos del más reciente informe publicado por el Pnuma en el 2019.
Mientras, se calcula que el 40% de la basura que se produce a diario en la ciudad capital —unas 700 toneladas— va a parar a los océanos del país. La mayoría de esas toneladas corresponde a plástico, un elemento que tarda unos 400 años en degradarse.
En efecto, “Wanda Díaz”, la rueda de agua que atrapa los desechos sólidos flotantes en el río Juan Díaz, cerca del corredor sur, en el distrito de Panamá, cada vez que llueve en la ciudad capital deja en evidencia el grave problema.
Un mes después de su ponerla en funcionamiento, el pasado 22 de septiembre, esta rueda de agua, que trabaja en conjunto con la barrera flotante conocida como BoB, recoge botellas de plástico, pelotas, zapatos, foam, envases de desodorantes, juguetes de niños y neveras, entre otros materiales que flotan en el río.
La directora ejecutiva de la organización ambiental Marea Verde, Sandy Watemberg, precisó a La Prensa que con la lluvia fuerte del pasado 13 de octubre se recogieron 22 bolsas de botellas plásticas, cada una de 1.3 metros cúbicos, lo que representa un contenedor lleno de basura correspondiente a una semana.
Watemberg es consciente de que para el éxito de este proyecto se requieren cambios profundos en la manera en que los panameños generan y disponen de los desechos plásticos.