Sector privado es clave en la prevención de desastres

Sector privado es clave en la prevención de desastres


La participación del sector privado es clave para el diseño y puesta en práctica de políticas en materia de prevención de desastres y en ello coinciden autoridades de diferentes organismos internacionales reunidas en la Plataforma Global para la Reducción de Riegos de Desastres, que se lleva a cabo en Bali, Indonesia.

Por ejemplo, el jefe de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres en Las Américas y El Caribe, Raúl Salazar, dijo que el escenario es propicio para que gobiernos y sector privado unan esfuerzos en esta materia.

‘Un desastre puede acabar con décadas de progreso’: Amina Mohammed

La Plataforma Global para la Reducción de Riegos de Desastres que se lleva a cabo en Bali, Indonesia, apeló ayer en varias de sus conferencias a que los países del mundo, incluyendo Panamá, actúen con “urgencia” para cumplir con las metas del Marco de Sendai en 2030.

Pero, ¿porqué es importante que Panamá y el resto de las naciones cumplan con el Marco de Sendai?

Este instrumento es tan valioso como el Acuerdo de París sobre Cambio Climático o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y ofrece a los Estados miembros una serie de acciones concretas que se pueden tomar para proteger los beneficios del desarrollo contra el riesgo de desastres.

Lo dijo bastante claro la subsecretaria general de Naciones Unidas, Amina Mohammed, durante este cónclave en Asia: “Los desastres pueden acabar con décadas de progreso en desarrollo y crecimiento económico en un solo evento climático o emergencia, con consecuencias económicas y sociales muy graves a largo plazo”.

Se trata de un escenario del que Panamá no escapa, si se toma en cuenta que cada año es más afectado por amenazas climáticas o emergencias debido a desastres.

De hecho, en 2020 los huracanes IOTA y ETA dejaron un saldo de 20 muertos y pérdidas millonarias. Ese mismo año, el Gobierno aprobó $100 millones para enfrentar los daños causados por el evento climático.

El estudio Vulnerabilidad al cambio climático en Panamá y su repercusión en la salud, publicado por el Ministerio de Salud (Minsa) con apoyo del Ministerio de Ambiente y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), da cuenta que en los últimos 50 años el país ha experimentado un incremento en eventos climáticos extremos, que incluyen lluvias intensas y prolongadas, tormentas de viento, inundaciones, sequías, incendios forestales, deslizamientos de tierra, ciclones tropicales e impactos de El Niño (sequías) y La Niña (aumento de lluvias).

También detalla que Panamá ocupa el puesto 14 entre los países más expuestos a múltiples peligros, según la superficie terrestre. A su vez, el país tiene 15% de su área total expuesta a desastres y 12.5% de su población total es vulnerable a 2 o más peligros asociados al clima.

Es en este contexto en el que entra en escena el Marco de Sendai, adoptado por Panamá hace más de cinco años, el cual establece cuatro claves para la reducción de riesgos de desastres.

La primera tiene que ver con comprender el riesgo de desastres y la segunda con fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para gestionarlo mejor. Luego está invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia y finalmente aumentar la preparación para casos de desastre, a fin de dar una respuesta eficaz y reconstruir mejor en los ámbitos de la recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción.

De momento, Panamá creó un Gabinete de Gestión Integral de Riesgo, integrado por 13 ministerios y cuyo fin es promover lineamientos, políticas, planes y programas encaminados a reducir los riegos de desastres y fomentar la resilencia económica, social y sanitaria del país. No obstante, hace falta una ley o marco regulatorio que fije la hoja de ruta en materia de prevención y atención de riesgos de desastres.

En la declaración que presentó durante la Plataforma Global, Panamá subrayó que los últimos eventos ocurridos, como la pandemia de la covid-19 y los efectos de los huracanes ETA e IOTA, han reafirmado la corresponsabilidad y el compromiso del país en la reducción de riesgos de desastres, encaminado hacia la construcción de economías resilientes.

“Panamá está enfocada en alcanzar los resultados , objetivos y metas dentro de lo pactado en el Marco de Sendai, por lo que dentro de las acciones más destacadas el Gobierno Nacional creó el Gabinete de Gestión Integral de Riesgos de Desastres, con el objetivo de promover en una política de Nacional”, es la postura del país.

También hace referencia a la creación del Instituto Meteorológico e Hidrológico que, según afirma, permitirá fortalecer los sistemas de alertas tempranas en tiempo real, prevenir y dar seguimiento al impacto de eventos adversos y favorecer el manejo de información técnica segura y oportuna.

Raúl Salazar, jefe de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres en Las Américas y El Caribe, sostiene que Panamá es una muestra de lo que ocurre en el mundo en términos de amenaza climática y que el escenario actual es propicio para que gobiernos y sector privado analicen cómo se pueden realizar inversiones públicas y privadas, de manera que sean más resilientes y seguras para cada país.

Salazar manifestó que los desastres involucran a más de un sector y en lo que respecta al sector privado informó que tienen un acuerdo con Sumarse, que promueve la responsabilidad social empresarial, con el fin de que las propias empresas integren dentro de sus decisiones criterios como la prevención de riesgos de desastres.

“Hay una cosa que estamos promoviendo y es que las empresas tengan planes de reducción de riesgos de desastres, planes de contingencia o planes de continuidad de negocios”, dijo.

Recordó que un estudio de la Cámara de Comercio de Estados Unidos identificó que sólo el 16% de las medianas y pequeñas empresas tenía un plan de contingencia, lo cual significa que si les ocurría algo no tenían un plan sobre cómo iban a recuperarse.

Agregó que 6 de cada 10 empresas perjudicadas por un desastre no vuelven a operar, lo cual no es positivo si se considera que a nivel mundial el sector privado impulsa aproximadamente el 70% de la economía de un país.

Su conclusión es clara: “hay que involucrar al sector privado en la reducción de riesgo de desastres en todo el mundo”.

Este planteamiento fue compartido por Carolina Díaz Giraldo, directora de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Ministerio de Planificación de Colombia durante la conferencia denominada Soluciones basadas en naturaleza.

Desde su punto de vista, las respuestas fragmentadas no pueden ser la solución en lo referente a la reducción del riesgo, por lo que hay que integrar a todos los sectores.

“En estos momentos, todos los países están trabajando en la reactivación económica y tenemos una oportunidad única en temas de gestión de riesgo y cambio climático”, detalló Díaz.

Este encuentro internacional –que tiene lugar en Indonesia, un país con alta exposición a desastres relacionados con el clima y de otro tipo– reúne por primera vez después del inicio de la pandemia de la covid-19 a cientos de representantes de gobiernos, organismos internacionales y otros actores involucrados en la disminución de riesgos y gestión de las calamidades.

Y todo indica que el principal reto, según lo planteado ayer jueves por la subsecretaria general de Naciones Unidas, Amina Mohammed, es que nadie se debe quedar atrás en este tema.

Eso pasa por tener en cuenta la reducción de riesgos de desastres en los marcos financieros e incluir la resiliencia en todas las inversiones. Asimismo, por fortalecer la cooperación internacional para la prevención y la reducción del riesgo de desastres en los países y comunidades más vulnerables.


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