Senacyt tendrá aprietos en el 2023, por falta de presupuesto

Senacyt tendrá  aprietos en el 2023, por falta de presupuesto
Panamá requiere una colaboración entre los diferentes sectores del país (público, privado y académico) para incrementar la inversión en la ciencia, tecnología e innovación. Archivo


La promesa del Ejecutivo de aumentar en este mandato la inversión pública total en materia de ciencia, tecnología e innovación hasta el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) —plasmada en el Plan de Acción Uniendo Fuerzas— se esfumó, pues la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) no cuenta con el presupuesto deseado.

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Grito de auxilio de la Senacyt por $8.6 millones adicionalesClamor del Instituto Gorgas: El presupuesto del 2023 no le alcanza

La entidad, que busca elevar el nivel de productividad, competitividad y modernización del sector privado, académico-investigativo, gobierno y la población en general, manejará un presupuesto de $49.6 millones, siendo este inferior con respecto al presupuesto de 2022, que fue de $50.4 millones.

De hecho, la Senacyt logró $49.6 millones, luego de solicitar a la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional y al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) una reconsideración en el proyecto de ley de presupuesto general por un monto de $8.6 millones.

Sin embargo, el resultado no fue el esperado, debido a que les aprobaron solo $3 millones adicionales, a pesar de que lo solicitado era para más inversión.


Senacyt tendrá  aprietos en el 2023, por falta de presupuesto
Presupuestos de los últimos años.

La solicitud original que presentó la Senacyt ante la Asamblea Nacional y el MEF fue de $88.6 millones, del cual el MEF le recomendó $46.6 millones, lo que resultaba ser $3.8 millones menos que el año pasado.

El presupuesto más alto del que dispuso la institución en los últimos años asciende a $58.7 millones y le fue otorgado en 2019, a pesar de que tiene bajo su paraguas los centros de investigación e innovación en la modalidad de asociación de interés público (AIP), con los que debe distribuir el presupuesto.

Entre estos centros se encuentran el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat), Infoplazas, el Centro Nacional de Metrología de Panamá (Cenamep), Coiba, Investigación Científica Aplicada en Tecnología de Información y Comunicaciones (Indicatic), el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (Cieps) y otros en formación.

Una entidad en aprietos

El secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Eduardo Ortega Barría, señaló que no obtener los $8.6 millones que pidieron adicionales, tendrá un impacto en la planificación original, pues deberán repriorizar los proyectos.

La entidad tendrá inconvenientes para llevar adelante programas de educación superior de universidades nacionales; construcción de centros de investigación; equipamiento del centro regional de innovación en vacunas y biofármacos, y la construcción del tercer piso del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat-AIP), que debe ofrecer servicios analíticos y de equivalencia farmacéutica a la industria global y local para el registro y producción de medicinas en el país.

Ortega Barría manifestó que tendrán que reducir el número de investigaciones que financiarán a través del presupuesto el próximo año. Las estimaciones indican que solo podrían financiar unos 12 proyectos, precisó.

Entre los años 2015 y 2022, la Senacyt ha financiado aproximadamente 53 proyectos en Investigación y Desarrollo (I+D) por año, con excepción del 2020 por la pandemia de la covid-19, que se redujo significativamente el número de proyectos adjudicados a 27.

También se afectará la creación de centros regionales de investigación, con el objetivo descentralizar los estudios y ofrecer un espacio a las provincias de enfocarse en sus problemas, con investigadores e instituciones locales, subrayó el funcionario.

Además, añadió que se complicará llevar adelante nuevos programas académicos en la Universidad de Panamá y la Universidad Tecnológica de Panamá.

Tampoco se podrá lograr expandir el Sistema Nacional de Investigación, el cual está integrado solo por 200 investigadores, cuando el país requiere de mil por un millón de habitantes.

Datos proporcionados por la Senacyt indican que Panamá invierte alrededor de 0.13% del PIB en esta materia, lo que se reduce a 0.08%, al restar la inversión que en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales hace Estados Unidos.

El mismo escenario

El escenario económico para la ciencia no cambia al pasar los años, pues la Senacyt y el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, dos entidades clave durante la pandemia, cuentan por año con un presupuesto que no suma $100 millones entre ambas.

El investigador distinguido del Sistema Nacional de Investigación de la Senacyt, Paulino Vigil De Gracia, indicó que el no otorgar el presupuesto solicitado por la Senacyt, universidades y hospitales, muestra la poca claridad en salud e investigación de los encargados de aprobar y ratificar esos presupuestos.

A juicio del investigador, la Senacyt tendrá que detener su planificación y proyectos futuros por la limitación de dinero. Es una pena no cumplir con metas proyectadas en la inversión en ciencia por las limitaciones presupuestarias, cuando la ciencia, tecnología e innovación es parte importante del crecimiento y desarrollo de un país, además retribuye en la economía del país, expresó.

En tanto, la investigadora y miembro de Ciencia en Panamá, Arlene Calvo, manifestó que esperaba que las autoridades hubiesen aprendido en la pandemia, que apostar a la ciencia, tecnología y educación es fundamental para la estabilidad y desarrollo de l país.

“Hay que invertir en ciencia para preparar al país para cualquier vicisitud, no solo en el área de salud, sino en todos los temas de índole social y ambiental, como hemos observado recientemente. No se puede escatimar en estos gastos, hay que ajustar el presupuesto nacional para que refleje estas necesidades eminentes”, dijo.

El proyecto de ley que dicta el presupuesto general del Estado para la vigencia fiscal 2023, el cual asciende a $27,579 millones, fue aprobado el pasado 27 de octubre por el pleno de la Asamblea Nacional, en tercer debate.

Los diputados de la bancada independiente cuestionaron que dentro de este presupuesto no se destinara más recursos para la ciencia y la tecnología.

“Se recortó recursos, por ejemplo, para el Hospital Santo Tomás”, dijo el diputado Gabriel Silva. Acotó que ve con “preocupación” que no disminuyeron los fondos para “los privilegios en los altos cargos” del Gobierno.

“Hay aumento en consultorías y planilla”, sostuvo.


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