La administración de la Gran Terminal de Transporte de Albrook cerró sus puertas a la llegada de migrantes, que ahora son trasladados desde la provincia de Darién hacia Clayton, en el corregimiento de Ancón.
Benjamín Solís, jefe de Operaciones de la terminal, informó que actualmente no permiten el acceso de autobuses de la ruta Darién-Panamá que transporten migrantes, y mantienen retenes para evitar su ingreso a estas instalaciones.
Detalló que, tras un encuentro realizado con personal de la Fuerza de Tarea Conjunta, concluyeron que la presencia de los extranjeros provenientes de Haití, Cuba y el continente africano generaba “inseguridad” e “incomodidad” entre los usuarios habituales del sitio.
A la vez, expuso que la terminal es un centro de interconexión y trasbordo, por lo que hicieron la solicitud a las autoridades para que buscaran otra alternativa. Como resultado de ese encuentro, el Gobierno resolvió habilitar una estación temporal para los migrantes en los estacionamientos de las instalaciones de la Cadena de Frío, ubicada en Ancón.
NUEVA RUTA
José Donderis, director del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), señaló que los extranjeros son trasladados a esa zona en donde se mantienen aproximadamente 30 minutos para bañarse, cambiarse, y se les ofrece agua y alimentos.
Posteriormente, abordan otro bus que los lleva directamente hacia la comunidad de Paso Canoas, en la línea limítrofe entre Panamá y Costa Rica, para que puedan continuar su recorrido y llegar a su destino final que es Estados Unidos.
Precisó que en el marco de la estrategia de tener un “flujo controlado” de los migrantes, también se hicieron conexiones con el sector empresarial para que se habilitara una agencia de transferencia de dinero en Darién para que estas personas no se vean obligadas a llegar hasta el área de Albrook.
Agregó que se coordinó con las empresas de transporte, tanto de Chiriquí como de Darién, para que establecieran una tarifa única de 50 dólares para el circuito completo de frontera a frontera, con escala en Clayton.
“Entendemos la situación, y es por ello que hemos actuado de forma responsable, brindando asistencia humanitaria y garantizando la seguridad de los panameños”, subrayó Donderis.
Por su parte, Javier Carrillo, director general del Servicio Nacional de Migración, dijo que actualmente hay cerca de 2 mil migrantes ubicados entre ambas fronteras del país.
Recordó que se han habilitado tres albergues en las comunidades de Nicanor, Peñitas y Metetí, en Darién, para atenderlos.
Allí se les toman datos generales, como por ejemplo el nombre y la edad, se captan las huellas dactilares y además fotos al iris y al rostro con el fin de tener un registro del ingreso al país.
El funcionario reiteró que los migrantes están entrando “ilegalmente” porque no tienen documentos de viaje, lo que los obliga a abandonar el país en un término de 72 horas, o de lo contrario se procederá con el inicio de los trámites para su deportación.
Ambos funcionarios hicieron el llamado a los foráneos para que eviten arriesgar sus vidas por ingresar al país.