Nació en 1992, año en que se estableció la Convención de Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para contrarrestar y estabilizar la contaminación causante del calentamiento global y prevenir los peores impactos de esta crisis.
Ahora, con 31 años de edad, Juan Monterrey, oriundo de Pesé, provincia de Herrera, fue una de las voces jóvenes en la conferencia mundial Our Ocean 2023, la cual se llevó a cabo en Panamá entre el 2 y 3 de marzo. Incluso, fue uno de los oradores del acto inaugural.
Tras cursar estudios en el colegio José Daniel Crespo de Herrera, en 2009 obtuvo una beca para estudiar en la Academia de Misuri de Ciencias, Matemáticas y Computación de Estados Unidos. Luego, se formó en economía en la Universidad de Tulane, Nueva Orleans.
En entrevista con este medio, Monterrey señala que el tiempo se agota para garantizar la conservación de los océanos y que, sin estos ecosistemas, no hay futuro para la humanidad.
¿Qué esperas de esta conferencia mundial Our Ocean 2023?
Mi expectativa es que más países y empresas anuncien su apoyo inequívoco a la moratoria mundial de la minería en aguas profundas del mar. Me enorgullece decir que Panamá ya es parte de esta coalición. El departamento de ambiente de la Cancillería y la embajada de Panamá en Jamaica lideran una labor titánica, junto con otros países como Fiji, Francia, Alemania, Palaos, Costa Rica y Chile, para crecer la coalición en contra de este tipo de práctica suicida. No sabemos casi nada sobre las aguas profundas del mar y creo que podemos saber más sobre la luna. En julio de este año se podrían otorgar las primeras concesiones de fondo de mar para esta práctica suicida. Gracias a los jóvenes guerreros en pro de los océanos del mundo y los líderes políticos que han escuchado este llamado, la resistencia global en contra de la minería en aguas profundas del mar está creciendo. Lo más espeluznante es que si se aprueban estas concesiones, Panamá y toda Centroamérica serán los más afectados en todo el mundo.
¿Cómo fuiste escogido para hablar en nombre de los jóvenes?
Desconozco cuál fue el proceso de selección. Simplemente, me llegó la invitación del comité organizador del evento, que preside la Cancillería de la República.
¿Qué se debe hacer para que a los jóvenes les interese más la conservación de océanos y el clima?
El problema es que a nosotros nos han educado que el ser humano y la naturaleza son dos cosas distintas. Nosotros somos una sola cosa. El ser humano es un animal más de la naturaleza y lo que hace falta es que nos podamos conectar con la naturaleza. Si no la vives y no la experimentas, nunca te va a importar. Necesitamos más programas educativos y más concienciación. Hay que enfocarse en el aprendizaje de los niños y su interacción con la naturaleza.
¿Cuáles son las deudas del Estado panameño para con el cuidado de los mares?
Una de las deudas más significativas es luchar contra el aleteo de tiburones y la comercialización de esta práctica. Por eso, desde mi discurso, solicité el apoyo al presidente Laurentino Cortizo, en la aprobación de un anteproyecto de ley que presentó el diputado Juan Diego Vásquez, sobre el tema. Los tiburones son parte de los reguladores del ecosistema marino.
¿Qué responsabilidad tiene la empresa privada en la contaminación marina y cómo hacer para que se involucre?
Tiene una gran responsabilidad porque son ellos los que producen los plásticos que contaminan los ecosistemas marinos. Ellos deben cambiar sus métodos de producción. También hay empresas mineras que no tuvieron suficiente con acabar con los ecosistemas terrestres y ahora están pidiendo concesiones marinas para extraer minerales. A mí me preocupa que se metan con este ecosistema marino. Hay que sentarlos en la mesa e involucrarlos en el cuidado de los océanos.
¿Cómo atacar el tema de los plásticos marinos?
De la misma forma en la que pudimos atacar las bolsitas de plásticos en los supermercados podemos contrarrestar otros plásticos de un solo uso. Es un trabajo de regulación, pero también de innovación que debe ser liderado por la empresa privada, lo cual lo estamos viendo en algunas áreas. Hay que acelerar esos procesos para encontrar reemplazos al plástico. Esto debe venir acompañado de incentivos.
¿Qué opinas de la migración en zonas como Guna Yala?
El tema de Guna Yala tiene varios componentes. El primero tiene que ver con el aumento del nivel del mar. Otro tema es el hacinamiento, en el que ha crecido la población de una forma rápida y el otro hecho es que ha existido un gran nivel de deterioro de los arrecifes de la zona. Se unieron estos tres escenarios que están provocando la migración a tierra firme. Las soluciones de vivienda para esta población deben ser pensadas con base en la cultura y costumbres de estos pueblos.
¿Por qué es importante cuidar nuestros mares?
Nuestros mares son la fuente de vida en nuestro planeta. Los mares regulan el clima y el clima define lo que somos y hacemos. Cada región se define por su tema climático, es decir, no comemos lo mismo, no nos vestimos igual. Los océanos son una pieza fundamental de nuestra existencia. Nosotros, los jóvenes, debemos preocuparnos porque sin océanos no hay futuro y no tendremos una vida digna. O evolucionamos o nos morimos.
¿Qué se le viene a la mente cuando escucha que alguien como John Kerry, enviado presidencial de Estados Unidos para el Clima, habla bien de su discurso?
Tengo sentimientos encontrados porque, por un lado, me parece una completa locura que un niño de un campo de Pesé que ahora tiene 31 años pueda trabajar en un espacio en el que están figuras como Kerry. Eso me llena de compromisos y saber que tener éxito también es posible aun viniendo de una comunidad pobre.
¿Se nos agota el tiempo de verdad o es solo alarmismo, como dicen algunos?
Se agota el tiempo y por todas partes del mundo estamos viendo señales del calentamiento global y la inestabilidad climática. Aquí lo vemos con lo que pasa en Guna Yala, donde los océanos suben, y en Los Santos y Herrera, donde hay sequías, hubo grandes inundaciones en 2022. La desestabilización de los océanos y el clima es la factura que nos pasa el planeta por no cuidarlo. No es alarmismo y el que no lo quiera ver es porque se está poniendo las manos en los ojos o le llenan los bolsillos de plata.