Los primeros días del nuevo año 2023, en el tapón del Darién, entre Panamá y Colombia, transcurrieron igual que en todo el 2022: con una crisis migratoria en la que a diario, en promedio, están llegando a esa apartada área del país unos 600 caminantes irregulares.
Ya lo había advertido la semana anterior el obispo de Darién, Pedro Hernández Cantarero.
“Debemos prepararnos para lo que se viene en los próximos meses en el tema migratorio. Hay que desarrollar un plan sobre este tema y poner todas las fuerzas y todos los ministerios para que colaboren en todos los sentidos, tanto social y económico, para hacer frente a lo que podría ser una avalancha migratoria”, puntualizó el religioso.
Hernández no está alejado de la realidad, ya que el último informe estadístico del Servicio Nacional de Migración da cuenta que entre el 1 y el 10 de enero de 2023, atravesaron la peligrosa jungla 6,042 migrantes. De ese total, aún permanecen en el país 1,790 caminantes, mientras que el resto continuó con su camino a países como México, Estados Unidos o Canadá.
La cifra de ingresos en los 10 primeros días de 2023 es ya superior a todo el mes de enero de 2022, cuando llegaron por el tapón 4,703 migrantes.
A diferencia de 2022, este año los haitianos son quienes más se están adentrando a la selva (3,232), seguido de los ecuatorianos (566) y en tercer lugar están los indostanes (250). Como se recordará, el año pasado los venezolanos fueron los que más utilizaron esta peligrosa ruta para migrar.
En el caso de Haití, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados señala que los grupos armados que operan en ese país han desatado una ola de violencia, delincuencia y bloqueos de carreteras que, en conjunto con la pobreza imperante y el brote de cólera que se ha registrado recientemente, ha dado lugar a una crisis humanitaria de grandes proporciones. De hecho, el organismo para los refugiados solicitó el pasado mes de noviembre a los países de la región no devolver a los ciudadanos haitianos a su país natal.
Además, explicó que las personas haitianas que están fuera del país y que son devueltas a él pueden enfrentar nuevos desplazamientos, así como riesgos de seguridad y de salud que atentan contra sus vidas.
Mientras que en Ecuador, los migrantes consultados por este medio señalan que huyen de la violencia y la pobreza que azota el país.
Las restricciones
Recientemente, Estados Unidos anunció nuevas medidas regulatorias para aquellos migrantes que desean ingresar a su territorio de forma ilegal. En ese contexto, comunicaron que permitirán la entrada cada mes de hasta 30,000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, pero endurecerá las restricciones para aquellos que intenten cruzar la frontera con México sin la documentación necesaria.
“Estas medidas ampliarán y acelerarán las vías legales para una migración ordenada y tendrán nuevas consecuencias para quienes no utilicen esas vías legales”, informó la Casa Blanca en un comunicado.
Así las cosas, podrán ingresar a Estados Unidos quienes tengan “patrocinadores”, es decir, algún conocido o familiar en ese país que reúna ciertos requisitos y cuyos antecedentes puedan ser verificados.
En octubre ya se lanzó un programa similar para 24,000 venezolanos, que les permitía ingresar al país mediante una petición formal, para la cual precisaban tener también un patrocinador en Estados Unidos.
Varados en Panamá
Rafael Nieves fue uno de los afectados en octubre, cuando Estados Unidos anunció esa nueva regulación. Ahora mismo está en el albergue de Los Planes, en Gualaca, provincia de Chiriquí, junto a amigos y otros 250 migrantes.
Nieves se encontraba en Guatemala, donde recibió la noticia de los nuevos requisitos para ingresar a Estados Unidos, con lo cual tomó la decisión de retornar a Panamá. “Nos enteramos que en Panamá podíamos tomar vuelos para regresar a Venezuela”, indicó el migrante.
No obstante, manifiesta que en Los Planes no se ha informado de más vuelos humanitarios desde el 30 de diciembre pasado. Frente a este escenario, instó a las autoridades a que les den una respuesta sobre su salida.
“Lo único que pedimos es que nos den una fecha de salida para volver a nuestro país por medio de un vuelo y así estar más tranquilos. Acá hay personas que tienen un mes en el albergue y también niños enfermos”, planteó el venezolano.
Al igual que muchos de sus compatriotas, el joven no olvida la pesadilla que vivió en Darién al encontrarse con los cadáveres de tres personas y niños que se perdían en la jungla. “La esposa de un amigo sufrió una fractura en la selva y tuvimos que dejarla en el camino, mientras llegamos a las estaciones receptoras de migrantes. Una vez allí, los agentes de la policía nos ayudaron a rescatarla. Fue una experiencia horrible lo que vivimos dentro de esa jungla”, contó Nieves.
La migración irregular creció un 86% entre 2021 y 2022. En total, el año pasado fueron 248 mil 284 migrantes los que ingresaron al país por Darién, una cifra que supera el registro del año 2021, cuando se reportó un flujo migratorio de 133 mil 726 personas.
