A pesar de que el flujo migrante en el tapón del Darién disminuyó este año, 2024 se ha convertido en un año récord por la trágica cifra de 172 muertes y desapariciones en esta inhóspita selva.
La impenetrable vegetación y los ríos turbulentos que separan Colombia de Panamá siguen siendo una barrera peligrosa para quienes emprenden la travesía en busca de un futuro en el norte. Sin embargo, el endurecimiento de las condiciones climáticas y la violencia en la ruta migratoria han convertido esta zona en un escenario cada vez más letal.
Los datos del programa Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), agencia de las Naciones Unidas, precisan que, en los últimos años, es decir, entre 2015 y 2024, se han reportado 536 muertes de migrantes en esta selva, de las cuales 172 ocurrieron este año.
Se trata de un escenario sin precedentes desde el inicio de los flujos migratorios en 2015 por el Darién.
La cifra de muertes en 2024 marca un trágico récord en comparación con años anteriores, cuando el promedio anual de decesos rondaba las 50 personas o menos. Solo en 2022 se registró un número cercano, con 146 fallecimientos, pero el salto actual a 172 representa un alarmante aumento en la mortalidad.
De acuerdo con datos de la OIM, el ahogamiento se mantiene como la principal causa de muerte entre los migrantes que intentan cruzar el Tapón del Darién. A esto le siguen la violencia ejercida por grupos criminales que operan en la zona, enfermedades derivadas de las duras condiciones de la selva, la falta de acceso a servicios de salud y accidentes fatales que ocurren en el terreno hostil.
El Darién se ha vuelto la tercera ruta migratoria más letal en el hemisferio occidental, solo superada por la frontera entre México y Estados Unidos y la peligrosa ruta marina entre Cuba y Estados Unidos. A pesar de su ubicación aislada y su geografía implacable, la selva del Darién se ha transformado en un corredor de tránsito mortal para miles de personas que buscan llegar al norte.
Algunos casos
En febrero de este año, un trágico naufragio en la comarca de Guna Yala, cerca de la frontera con Colombia, dejó al menos cuatro migrantes fallecidos y dos desaparecidos. El incidente ocurrió cuando una embarcación que transportaba a 27 migrantes, en su mayoría de origen afgano, naufragó en aguas fronterizas.
Según el reporte oficial, el grupo era trasladado de manera clandestina, una práctica que, ante la falta de rutas seguras, expone a los migrantes a peligros extremos en su intento de cruzar esta inhóspita región.
También en julio de este año, el presidente de la república, José Raúl Mulino, ofreció detalles sobre la tragedia que sacudió a la comunidad de Carreto, en la comarca de Guna Yala, donde varios migrantes irregulares perdieron la vida al ser arrastrados por la crecida de un río mientras intentaban cruzar hacia la selva del Darién.
Mulino, en su conferencia semanal, confirmó que la cifra de víctimas era mayor que la inicialmente reportada. El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) había informado de diez fallecidos tras el incidente; sin embargo, Mulino corrigió la cifra, elevándola a 16 tras recibir el último informe del Ministerio de Seguridad.
Según explicó el mandatario, estas personas se encontraban en una ruta no autorizada, una práctica común entre migrantes que buscan esquivar los controles oficiales.
Realidad actual
En medio de esta trágica realidad, el flujo de migrantes irregulares que cruzan la peligrosa selva ha mostrado una notable disminución en los últimos meses.
Según datos del Servicio Nacional de Migración, entre el 1 y el 30 de octubre de este año se reportaron 21,542 migrantes ingresando al país por el Darién, mientras que en septiembre el número fue de 25,111.
En lo que va de 2024, un total de 284,838 personas han cruzado la frontera hacia Panamá, siendo los venezolanos el grupo mayoritario con 196,813 migrantes. Otros grupos destacados incluyen a 16,000 colombianos, 15,000 ecuatorianos, 12,000 chinos y 11,000 haitianos, de acuerdo con las estadísticas oficiales.
Comparado con el año anterior, que registró un récord de 455,414 migrantes, 2024 muestra una reducción de 170,576 personas en esta arriesgada travesía.
El presidente de la república ha señalado que el país ha intensificado sus esfuerzos de repatriación, realizando ya el vuelo número 23 de retorno de migrantes a sus países de origen.
Razones de la disminución
Como se recordará, Panamá ha cerrado al menos tres pasos irregulares que utilizan los migrantes para cruzar el Tapón del Darién, en la frontera con Colombia, mediante la implementación de una “barrera perimetral”. El objetivo, según explicaron las autoridades en julio de 2024, es “canalizar” el flujo migratorio para facilitar un mayor control sobre esta peligrosa ruta que cientos de personas recorren diariamente en su trayecto hacia Norteamérica.
El Servicio Nacional de Fronteras informó que se tomaron medidas estratégicas ante la “migración irregular masiva que enfrenta el Estado panameño” para redirigir a los migrantes hacia Bajo Chiquito, la primera comunidad a la que arriban tras días cruzando la selva a pie. Estas acciones incluyen el bloqueo de tres pasos no autorizados por las costas del Pacífico y el Caribe, además de la ruta terrestre hacia el sector del Hito de Chucurtí, el cual fue asegurado con barreras físicas que impiden el acceso de migrantes.