El Ministerio de Salud (Minsa) recomendó la aplicación de la cuarta dosis (segunda de refuerzo) de la vacuna anticovid a las personas a partir de los 50 años y a las inmunosuprimidas, como paso para ofrecer protección adicional a los más vulnerables en caso de que el SARS-CoV-2 prosiga en alza.
La condición para aplicar la vacuna es que hayan pasado al menos cuatro meses desde la última dosis, y es sugerida para personas con comorbilidades.
La recomendación se adoptó mientras la subvariante de Ómicron BA.2, más contagiosa que la BA.1, comienza a ganar terreno en el país, pues en marzo pasado se encontraba en el 20% de 127 muestras secuenciadas en el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges).
Si bien la cuarta dosis (segundo refuerzo) se comenzó a aplicar el pasado 26 de abril, unas 803 personas se la habían colocado hasta el pasado 30 de abril, según un informe del Programa Ampliado de Inmunización del Minsa.
Ante esta decisión surge la pregunta ¿por qué una cuarta dosis (segundo refuerzo) es importante? El exdirector del Icges Javier Nieto explicó que el riesgo de infección y enfermedad severa por la Covid-19 es menor en aquellos que reciben un segundo refuerzo versus un primer refuerzo (dos veces menos infección y tres veces menos enfermedad grave).
Más anticuerpos
El infectólogo señaló que estudios indican que con esta cuarta dosis los anticuerpos neutralizantes se multiplican de 7 a 10 veces versus la tercera dosis, que multiplica 6 veces los anticuerpos versus la segunda dosis. Todo esto ante Ómicron.
Panamá adoptó la decisión de otro refuerzo luego de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó —el pasado 29 de marzo— aplicarla a personas mayores de 50 años y a las inmunosuprimidas.
Los datos que se tienen sobre la cuarta dosis (segunda de refuerzo) tienen su génesis en un estudio realizado en Israel, de una cohorte de más de 180 mil adultos de más de 60 años.
Otros datos de Israel sugieren que una segunda dosis de refuerzo únicamente tiene beneficios marginales en los jóvenes sanos.
Otra interrogante que surge ante este nuevo refuerzo es ¿qué podría pasar si la persona mayor de 50 años no se aplica la vacuna? Nieto manifestó que extrapolando los resultados del estudio de Israel, más allá del riesgo de infección sintomática o asintomática de la covid-19, habría mayor posibilidad de enfermedad grave, particularmente en las personas que presentan algunas comorbilidades.
Para el infectólogo, cada país debe hacer su recomendación con base en la información local. Así se han estado gestionando las recomendaciones aquí, particularmente para refuerzo, dijo.
Con respecto a cuándo se tendrá definido un esquema de vacunación contra la covid-19, el especialista en vacunas dijo que la evidencia es cambiante, y en el contexto actual, las recomendaciones se basan en lo que hasta el momento se sabe con respecto a la dinámica de las vacunas sobre la respuesta de anticuerpos y la inmunidad celular.
“El mensaje es que mientras la pandemia no termine, tendremos que administrar las dosis que se vayan dictaminando a través de la evidencia. Eso no es culpa de aquellos que compartimos la información”, manifestó.
Esta cuarta dosis también puede ser aplicada a aquellos mayores de 12 años inmunosuprimidos, como pueden ser quienes recibieron un trasplante de órganos o padecen algún tipo de cáncer.
La cuarta dosis comenzó a aplicarse en el país en febrero de 2022, en pacientes inmunosuprimidos a partir de los 16 años, es decir, que la edad se redujo.
Para Eduardo Ortega Barría, secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, el factor de riesgo más importante para la enfermedad es la edad, y al analizar en qué grupo de edad está la mayoría de las personas fallecidas se puede verificar que son mayores de 60 años y que tenían comorbilidades como diabetes, hipertensión, obesidad, entre otras, lo que permite concluir que es este grupo el que debe ser intervenido.
El tema fue analizado por varias semanas entre las autoridades de salud y asesores, incluso antes de que la FDA tomará una decisión en marzo pasado, planteó.
Cobertura vacunal
La cobertura vacunal de la tercera dosis (primera de refuerzo) es aún muy baja. Esta dosis se aplica desde finales de 2021.
Datos del vacunómetro muestran que solo un 38% de la población meta de 3 millones 541 mil 142 personas tiene tres dosis (primer refuerzo).
La directora del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, Ivonne Torres Atencio, atribuyó al bajo porcentaje de la tercera dosis que la cuarta sea opcional.
Torres Atencio coincidió con Nieto en que con los datos que se tienen hasta el momento se ha visto la necesidad de un segundo refuerzo. No tenemos certeza de cuántas dosis serán necesarias, es un proceso en construcción, acotó.
