El grooming y su forma digital, el online grooming, son delitos de acoso en los que un adulto establece contacto con un niño, niña o adolescente para ganarse poco a poco su confianza y, finalmente, involucrarlo en actividades de carácter sexual.
De acuerdo con la organización Save the Children, esta práctica puede ir desde conversaciones sexuales o la obtención de material íntimo, hasta la concreción de encuentros físicos.
El proceso implica una manipulación progresiva: el abusador establece un vínculo emocional con la víctima, la aísla de su red de apoyo −familia, docentes, amistades− y crea un ambiente de secreto e intimidad. En el entorno digital, el agresor puede incluso hacerse pasar por un menor, adaptar su lenguaje a la edad de la víctima y enviarle material sexual explícito. Se trata de una violencia tan real como la física, pero muchas veces más difícil de detectar.
Fases del online grooming
Aunque las conductas pueden variar, el online grooming suele seguir un patrón con fases comunes:
Creación del vínculo de confianza: el agresor suele fingir tener una edad similar a la de la víctima, empatiza con sus problemas e incluso ofrece regalos o halagos para ganar su afecto.
Aislamiento: una vez establecida la confianza, intenta alejar al menor de sus vínculos cercanos, pidiéndole mantener la relación en secreto.
Valoración de riesgos: el acosador busca asegurarse de que nadie sospeche, preguntando quién más tiene acceso al dispositivo del menor o si alguien conoce la existencia del vínculo.
Introducción del contenido sexual: con la confianza ganada, comienza a hablar sobre sexo de forma progresiva, introduciendo términos y temas sexuales en la conversación.
Solicitudes sexuales: esta fase representa el objetivo final del delito. El agresor puede manipular, chantajear o amenazar a la víctima para obtener material sexual, relatos íntimos o incluso un encuentro físico.
Recomendaciones de las autoridades
La Policía Nacional exhorta a los padres y cuidadores a supervisar las actividades que sus hijos realizan en redes sociales y videojuegos en línea.
“Recuerda que el material recopilado por estos delincuentes puede ser utilizado en plataformas de abuso sexual infantil o para extorsionar al menor hasta llevarlo a un punto extremo, incluso al suicidio”, advirtió el Mayor Wladimir González, jefe de Ciberdelito de la Dirección Nacional de Investigación Judicial.