Fabricación por adición: el auge y potencial de la impresión tridimensional

Fabricación por adición: el auge y potencial de la impresión tridimensional
Fabricación por adición: el auge y potencial de la impresión tridimensional

En los últimos años, la impresión tridimensional (3D) ha ido ganando terreno por su versatilidad y aplicaciones en diversos ámbitos, que van desde el arte, la moda y el ocio, pasando por la gastronomía y pastelería, hasta la industria, la aeronáutica, medicina y la creación de prototipos y prótesis personalizadas.



La impresión 3D requiere de un equipo y software especial que, a partir de un diseño o imagen, crean un modelo tridimensional. La impresora “lee” el diseño y va construyendo el objeto añadiendo capas o cortes del material deseado, que en muchos casos son filamentos plásticos o metal. Por eso también se conoce como fabricación por adición.



Algunas impresoras como la Chef Jet, por ejemplo, imprimen comida, caramelos, collares de chocolate y adornos comestibles, empleando ingredientes como azúcar y agua.



El pasado 9 octubre, un equipo chino anunció que había producido secciones pequeñas del hígado utilizando una impresora 3D, las cuales podrían ser usadas eventualmente para formar una versión artificial completa del órgano. La agencia Xinhua informó que los lóbulos hepáticos se imprimieron en la Estación de Trabajo de bioimpresión en 3D Regenovo, diseñada por el equipo en la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de Hangzhou, China.



Un estudio, publicado este año en la revista especializada Science Translational Medicine, explicaba cómo médicos estadounidenses habían salvado las vidas de tres niños con una afección respiratoria gracias a la producción de implantes personalizados que sus cuerpos pudieron absorber, y que fueron confeccionados por medio de una impresora 3D.



Incluso, piezas elaboradas en estas impresoras pueden combinarse con la electrónica y la robótica. Por ejemplo, Exiii, una incipiente empresa japonesa, ha diseñado un brazo protésico electrónico capaz de agarrar objetos, en el que se ha empleado impresoras 3D para confeccionar unas 60 partes de la prótesis, que se combinan con motores y microcomputadoras.



Para el ingeniero panameño Rolando Gittens, del Instituto de Investigaciones Científicas Avanzadas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat), quien tiene un doctorado en bioingeniería y una maestría en ingeniería y ciencias de los materiales, la impresión 3D es “el futuro de la producción de distintos materiales, no solo biomédicos”. Explica que esta tecnología permite hacer piezas a la medida de un paciente, con diseños muy complejos. Sin embargo, para imprimir dispositivos médicos se debe tener control hasta la microescala, y eso requiere equipos muy avanzados y costosos, señala. Una máquina sencilla puede costar 3 mil o 5 mil dólares, pero una de impresión de metales para implantes biomédicos, por ejemplo, puede estar por el orden de los 500 mil dólares.



Citando un informe de la consultora Wohlers Associates, la agencia Bloomberg detalla que el mercado mundial para la impresión 3D creció de 3 mil millones de dólares en 2013 a más de 4 mil 100 millones de dólares en 2014, y que menos de la mitad del mercado corresponde a la producción comercial de piezas, porque se sigue usando la mayoría de las impresoras para fabricar prototipos.



Pero eso podría cambiar. La industria aeronáutica está empezando a recurrir más a la impresión 3D para reducir el peso de los componentes en los aviones. En una entrevista con Bloomberg, el máximo responsable ejecutivo de la compañía Arcam AB, Magnus René, señalaba que el fabricante sueco de impresoras 3D podría tener problemas para procesar todos los pedidos pronto, porque los fabricantes de aviones y motores están comenzando a usar esta tecnología para elaborar piezas.



“Con General Electric Co., Pratt Whitney Holdings LLC y Rolls Royce Holdings Plc entre sus clientes, Arcam se está preparando para un crecimiento imprevisto cuando la empresa, con sede en Mölndal, Suecia, se concentraba en imprimir implantes médicos como articulaciones de rodillas en 3D”, indica Bloomberg.

El ejecutivo explicó que GE Aviation espera imprimir más de 100 mil piezas para sus motores a reacción para 2020. El fabricante estadounidense de motores usará máquinas de Arcam para producir paletas de turbinas de peso ligero a más tardar en 2018.


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