El contralor audita a la Procuraduría de la Administración, por un contrato que se remonta a 2017

El contralor audita a la Procuraduría de la Administración, por un contrato que se remonta a 2017
Procurador Rigoberto González (Izq) y contralor Gerardo Solís. Archivo


El contralor Gerardo Solís ordenó una auditoría a la Procuraduría de la Administración en relación con una licitación que realizó la entidad hace siete años para contratar un servicio que costó menos de $32,000.

La auditoría fue ordenada por el contralor el pasado 10 de abril, con el fin de “determinar la corrección o incorrección en el proceso contractual, en la ejecución, pagos y otras actividades” relacionadas con una licitación pública que se remonta al 13 de febrero de 2017, para impermeabilizar la loza de la azotea y el techo de teja del gazebo del edificio principal de la Procuraduría de la Administración, en Bella Vista.

La Procuraduría confirmó las diligencias y prometió que, en cuanto concluyan, comunicará los resultados de la auditoría.

La relación entre Solís y el procurador Rigoberto González no ha sido fácil. González incluso en una ocasión le pidió públicamente a Solís que cumpliera con las funciones privativas de la Contraloría: fiscalizar, regular y controlar el manejo de fondos y bienes públicos.

“Señor contralor, cumpla usted con sus funciones, que yo seguiré desempeñando las mías”, escribió González en una nota enviada a Solís el 25 de enero de 2022, luego de que el contralor se negara a atender un cuestionario sobre la fiscalización de los gastos de movilización y otros beneficios que reciben alcaldes y representantes de corregimiento.

El contralor audita a la Procuraduría de la Administración, por un contrato que se remonta a 2017
La sede de la Procuraduría de la Administración está en Bella Vista, en un edificio considerado de valor patrimonial.

El procurador de la Administración también cuestionó el manejo de la Contraloría con respecto al contrato ley 406 de 2023, que otorgó la concesión a favor de Minera Panamá (el cual fue posteriormente declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia). El contrato fue aprobado por el Consejo de Gabinete el 10 de octubre, y tres días después, el documento fue refrendado por Solís. “Queda claro que el texto del contrato modificado no tuvo el procedimiento previo y actualizado que requería para ser refrendado por la Contraloría”, indicó González en su escrito de opinión a la Corte.

Este año, pidió a la Corte que se declare “nula por ilegal” la adenda que extendió por 10 años el contrato con el consorcio Panama Lottery Technology Services, que dio vida a la lotería electrónica conocida popularmente como Lotto y Pega 3. La adenda fue refrendada por Solís el 28 de abril de 2023.

El contrato que ahora audita la Contraloría fue adjudicado por $31,458 a la sociedad BCN Distribución Inc., pero fue cancelado el 18 de mayo de 2018, porque la entidad consideró que la empresa no cumplió con lo pactado y que, para colmo, realizó trabajos que permitieron que las filtraciones de la losa del techo se agravasen, “causando su deterioro y afectando grandemente la seguridad del personal y el funcionamiento de la institución”. Además, la Procuraduría inhabilitó a la empresa para contratar con el Estado por un término de seis meses. En este conflicto, el Tribunal Administrativo de Contrataciones Públicas le dio la razón a la Procuraduría de la Administración, aunque redujo el plazo de inhabilitación de seis a tres meses.


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