Zenia Vásquez viuda de Palacios, antigua socia de Odila Castillo y secretaria general de la Contraloría General de la República (CGR) hasta noviembre pasado, tiene un nuevo cargo en la institución, gracias al nombramiento que le hizo el contralor saliente Gerardo Solís.
Hoy se desempeña como “asistente ejecutiva II”, de forma permanente.
Vásquez, que entró a trabajar en la Contraloría el 2 de enero de 2020, junto con Solís, tenía un salario mensual de $3,340, más gastos de representación de $3,000, para una suma total de $6,340.
Sin embargo, con el objetivo de extender su permanencia más allá del período de cinco años —tras haberse desempeñado como personal de confianza de la actual administración—, a partir del 6 de noviembre pasado y a menos de dos meses de verse en la necesidad de renunciar, Solís la nombró de forma permanente en el cargo mencionado, con un salario cercano al actual: $5,500.
La Contraloría General de la República, en consecuencia, carece de un secretario general en propiedad, ya que en las planillas actualizadas de la institución, el cargo ha desaparecido por el momento, al menos hasta que el nuevo contralor Anel Flores designe a uno nuevo.
Vásquez cobró notoriedad luego de que este medio reveló sus vínculos con Odila Castillo, la abogada que trabajó tanto con Vásquez en la Contraloría como de forma directa con el contralor, hasta mediados de 2021, cuando se fue a trabajar a otras entidades del Estado para, posteriormente, dedicarse a tramitar pagos, adendas y otras herramientas contractuales para contratistas del Estado.
La exsocia de Vásquez facturó una fortuna por sus servicios legales, acumulando poco menos de $14 millones en facturación, sin contar sus inversiones en más de una docena de apartamentos y locales comerciales, que suman varios millones de dólares.
El bufete de Castillo, que por entonces se llamaba Palacios, Vásquez & Asociados, hoy Castillo Guardia & Asociados, llegó a tramitar a favor de contratistas del Estado mientras ella era funcionaria externa de la Contraloría, contratada y con contacto directo con Solís y su entonces socia —y supuesta jefa— Zenia Vásquez.
Los contactos de Castillo hoy se extienden hasta el que será el subcontralor a partir de enero de 2025, Eli Felipe Cabezas, quien ha actuado como contador de Castillo y su firma de abogados, en la que laboran, además, varios exfuncionarios de la Contraloría.
Vásquez no es la única: al menos ocho directores y nueve subdirectores nacionales de la Contraloría aparecen ahora en la planilla con el cargo de “asistente ejecutivo II”, con un salario de $5,000.
El pasado jueves se filtró a medios y redes sociales una carta del Sindicato de Trabajadores de la Contraloría General (Sitracog), dirigida a los funcionarios de la institución, en la que protesta enérgicamente por la nueva estructura de personal.
El Sitracog rechaza estos nuevos nombramientos, ya que “anteponen sus intereses personales por encima de los de toda la familia contralora, valiéndose de su poder político… Es sumamente desagradable lo que hemos podido validar en la [nueva] estructura de personal”, indica la carta.
Esta nota se modificó a las 8:15 a.m. del sábado 7 de diciembre de 2024. Se había titulado ‘Solís maniobra en la planilla para dejar a Odila Castillo’. Lo correcto es ‘Gerardo Solís deja en la Contraloría a exsocia de Odila Castillo con nombramiento permanente’