El presidente Nicolás Maduro pidió el miércoles a los venezolanos ignorar las críticas y darle una oportunidad al nuevo plan con el que busca solventar la severa crisis social y económica que azota a Venezuela.
"Pido una oportunidad para el éxito del programa de recuperación económica", dijo el mandatario en un mensaje transmitido a la nación por radio y televisión. El nuevo plan está destinado a enfrentar la galopante inflación y una economía en caída libre que ha derivado en una migración masiva de venezolanos en busca de un futuro mejor, entre otras penurias.
La inflación este año podría cerrar el año en un millón por ciento, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional.
Como parte del plan, el lunes entró en vigencia una reforma monetaria que contempló la eliminación de cinco ceros al bolívar con miras a combatir la inflación y la escasez de billetes en el país.
Maduro también incrementó el salario mínimo a partir del 1 de septiembre en más de 3.000%, elevó los impuestos a las empresas y anunció el próximo aumento de los precios de la gasolina --la más barata del mundo-- a precios internacionales para resolver las distorsiones económicas que provoca, ya que es la más barata del mundo y esto estimula el contrabando del combustible hacia países vecinos.
Además estableció el miércoles nuevos precios de 25 productos alimenticios básicos que estarán anclados a la criptomoneda venezolana petro, que es equivalente a 60 dólares. Advirtió que no dudará en encarcelar a los que traten de burlar el control de precios.
“La clase obrera tiene que salir como fiscales a las calles” para hacer respetar los “precios acordados” y “ustedes me dicen quién viola los acuerdos para mandar al Sebin (la policía política) y meterlos presos”, aseveró.
En Venezuela rige un férreo control de precios desde 2003, pero la tasa de cambio en el mercado negro --donde la divisa estadounidense se negociaba casi diez veces al valor de la tasa oficial del mecanismo de subasta, conocido como Dicom-- se ha convertido en el referente de los precios de numerosos productos, generando presiones adicionales sobre la inflación.
En la víspera, el Banco Central de Venezuela anunció la activación de un nuevo sistema cambiario que operará con una tasa única que también fue atada al petro. El organismo emisor ubicó la tasa de cambio en 60 bolívares soberanos por dólar, que equivalen a unos seis millones de bolívares del viejo sistema monetario y que casi se asemeja a la cotización del dólar en el mercado negro.
El gobernante indicó que en la primera subasta del Dicom realizada el miércoles bajó el nuevo esquema la cotización se ubicó en 60.7 bolívares soberanos por dólar. Eso, dijo, sería un indicio de que próximamente se logrará "la estabilidad cambiaria en Venezuela".
Muchos economistas, empero, temen que las nuevas medidas provocarán una mayor miseria a la población de este país sudamericano, otrora uno de los más prósperos de la región.
Los críticos del mandatario sostienen que la debacle económica del país está estrechamente relacionada con el agotamiento de los sistemas de controles de cambio y de precios, vigentes desde 2003, entre otras distorsiones de la economía, que no son abordadas en el nuevo plan.