Íntima y desafiante, Anatomía de una caída es la apuesta francesa a mejor película y una de las más sobresalientes producciones de un courtroom drama de los últimos años. La ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes se centra en la incertidumbre en torno a la muerte de un padre de familia y el proceso de investigación y enjuiciamiento que involucra a su esposa e hijo.
Los courtroom dramas, o por lo menos los mejores, tienen la característica de poner a la audiencia en el lugar del jurado, donde el hecho central de la película se nos esconde y dependemos de nuestra imaginación y la información que nos brindan los protagonistas para entender lo sucedido. “Anatomía de una caída” logra esto de forma magistral, tratando a la audiencia con respeto y permitiéndonos formar nuestras propias conclusiones a partir de los testimonios de los protagonistas.
Las brillantes actuaciones de Sandra Hüller (una de las mejores actuaciones del año, quien fue merecidamente nominada al Oscar de mejor actriz) y Milo Machado-Graner como la madre e hijo de la víctima respectivamente, son capaces de transmitirnos complejas emociones de duelo, angustia, desconfianza y amor.

Estos personajes son complementados con el entorno mundano de una casa familiar y un diálogo realista que evita los teatrales monólogos que imperan en producciones americanas de este tipo, dándonos la impresión de que esta situación extraordinaria está siendo experimentada por personas comunes y corrientes. Estas cualidades facilitan a la audiencia relacionarse con los personajes y explorar las relaciones interpersonales que alimentan nuestro entendimiento de los hechos, incluso si como audiencia, y jurado, creemos ser imparciales.
Si uno de los adagios más conocidos del cine, y la escritura narrativa, es “mostrar, no contar”, un concepto comúnmente atribuido al dramaturgo ruso Anton Chekhov, la genialidad de “Anatomía de una caída” yace en la decisión de la directora Justine Triet de ocultarnos el hecho trascendental de la película y optar por “contarnos” lo sucedido. Nos lo cuenta a través de la subjetividad de personajes imperfectos, con carencias, sesgos, limitaciones y emociones encontradas que nos hacen cuestionar sus “verdades” pero con los que resulta difícil no simpatizar en un nivel sumamente humano, hilando así una relación compleja y desafiante entre la audiencia, la historia y sus protagonistas.
“Anatomía de una caída” es merecedora de sus nominaciones a los Oscar de mejor película, actriz, directora y guión original, por la calidad de su narrativa, la humanidad de sus personajes y un desenlace a la altura de las mejores películas del género, el cual deja a la audiencia reflexionando sobre los hechos y el valor de la verdad.

