El 11 de julio de 1942, la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R. abrió sus puertas por primera vez en un local situado entre las calles 5ta y 6ta del Casco Antiguo, contiguo a la Presidencia de la República. Ochenta y dos años después, ahora situada en el Parque Omar, la Biblioteca Nacional sigue siendo un punto de referencia educativo y cultural para cientos de ciudadanos de todo el país.
“La Biblioteca Nacional siempre ha tenido una influencia positiva. Actualmente es un centro de investigación para historiadores, estudiantes, universitarios [...] como regente de un sistema de bibliotecas publicas alrededor del país ha tenido una labor importante en la promoción de la cultura, la educación y la lectura” comentó a La Prensa, María Magela Brenes, directora general de la Biblioteca Nacional.
La institución se estableció con la Ley 89 Orgánica de Educación, de 1941, la cual fue firmada por el entonces presidente de la República, Dr. Arnulfo Arias Madrid y por el Ministro de Educación, Dr. José Pezet.
Han sido ochenta y dos años de evolución y desarrollo de esta institución, con retos y desafíos que, a día de hoy, todavía deben trabajarse, pero el progreso y alcance que ha mantenido la Biblioteca Nacional ha sido muy positivo, así lo describe la directora Brenes quien comenta que: “ha habido un incremento importantísimo en las colecciones nacionales. El número de ejemplares, de volúmenes en las colecciones nacionales se ha incrementado enormemente. Los autores se sienten a gusto, se sienten orgullosos de dar sus obras a la Biblioteca Nacional.”
El desarrollo continuo de la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R. requiere el apoyo de todos los interesados en ver crecer esta institución, incluyendo voluntarios, gestores y personal comprometido. Esta colaboración es esencial para asegurar que la biblioteca pueda seguir cumpliendo su misión educativa y cultural. La institución no solo busca enriquecer su sede principal, sino también fortalecer y expandir la red de bibliotecas públicas en todo el país.